ABC MADRID 27-04-1969 página 73

ABC. DOMINGO Ü 7 DE A B R I L DE 1989. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 63. LA VUELTA CICLISTA A ESPAÑA EL ITALIANO SGARBOZZA, NUEVO LÍDER DESDE TALAVERA, Y PEQUEÑA REVOLUCIÓN EN LA CLASIFICACIÓN G E N E R A L Un grupo de once hombres, en el que iban siete españoles, entró ligeramente destacado en la meta. -La velocidad prevista para la etapa fue ampliamente rebasada. -Pizarro pudo sentir ayer celos de la cantante Salomé. -Talavera no nos da ya la bienvenida con cerámica, sino con percal publicitario Talavera 26. (Crónica telefónica de nuestro redactor, enviado especial. La vieja Talábrida romana, donde Wellington le zurró las nalgas a José Bonaparte, siete siglos después de que Alfonso VI le midiera las costillas a la morisma en el siglo XI; donde el mundo de los toros inscribió en sus anales una triste efemérides, aquel día de mayo de 1920, en que Joselito- -que venia de torear en los Sanisidros de Madrid- -cumplió en la de aquí la última etapa de su quehacer por las plazas de toros, ha presenciado esta tarde cómo un italiano zurraba en incruento, pero duro combate velocipédico, a un inglés que lucha bajo pabellón francés y a otros europeos, entre los cuales militaban dos escuadras de españoles. Talavera ha visto cómo la Vuelta cambiaba de líder aquí mismo, en su campo municipal de deportes. Wright ha cedido el jersey amarillo, con todo lo que ese jersey comporta, a Luigi Sgarbosza, un magro corredor itam. liano que tiene apelli -do de condottieri y aquí se ha converLuigi Sgarbozza tido en condottieri de la tropa ciclista. Y digo que en nuestro libro de ruta la llegada estaba prevista vara las cinco y media de la tarde y se ha llegado a cinco y diez, y agrego que la velocidad oficial de la etapa era de 40 kilómetros ¡por ñora y se ha corrido a 43,132, con lo que ya queda usted informado de Que la etapa ha sido disputadísima, sin necesidad de que yo se lo diga. Pero vamos a tomar el relato por orden cronológico. Plaza Mayor de Toros, poco más allá del Ayuntamiento se alza la llamada torre del Bujaco. Él uso ha deformado el nombre del almohade Abu- Jacob, que dejó en Cáceres fetos memoria de su asalto a esa torre. Allí, en lo altó, coronando Ir torre en equilibrio sobre una de sus puntiagudas almenas, la cigüeña bate sus alas perezosamente bajo el sol de medivlia, como desperezándose, y mira atónita a la tropa ciclista que vivaquea allá abajo delante de la Casa Consistorial. Pero, ¡ay, pobre cigüeña, súbitamente obligada a saltar de su eminente observatorio y batir las alas con apresuramiento de fugitiva, espoleada por el terror! Un tremebundo monstruo volador pasa lentamente sobre esa torre. Es el helicóptero de Televisión, en el que José María Bermejo viene a usurpar a la curiosa cigüeña su aventajado oi -rvotorio. Cuando, poco más tarde, la cigüeña retorna a su observatorio, después de comprobar que él monstruo volador ha pasado sobre su nido sin dañarlo, la plaza ha recobrado ya su ritmo habitual. El espectáculo que allá abajo se representaba ha concluido y sus actores están lejos de Cáceres, corriendo hacia Trujillo. Por cierto, bastante desavenidos, como conviene al interés de la carrera. Los corredores se vienen zurrando va por Trujillo. ¡Qué tentaciones deben darle a Pizarro de espolear al caballo de bronce que monta en la Plaza Mayor, para ponerse a la cabeza de ese pelotón de modernos conquistadores! Desde su pedestal no alcanza el conquistador a ver la carrera, pero no dejará de oír los gritos de sus convecinos, congregados en el zig- zag que hace la carretera al internarse en la parte baja de la ciudad. Y, quizá, no deje de sentir justa y borrascosa indignación al saber que un pequeño grupo de sus convecinos, en vez de invocar sus gestas, invoca a Salomé, la famosa cantante, para estimulo del corredor Ocaña. al escribir en su pancarta: ¡Como en televisión, queremos un campeón: Ocaña! Después de varios intentos de escapada, apenas Cáceres ha quedado atrás, fácilmente contrarrestados en los que suenan los nombres de Wagtans. Preziosi, Flabat y Nuelandt, a ios treinta y tres kilómetros de la salida, cuando ya la carrera va al encuentro con el con uistador. salen del pelotón dos españoles: Aurelio González y Santamarina, y, detrás de ellos, dos franceses, uno de les tales, Pingeon. no el ganador del Tour hace dos años, sino su hermano y coequipier Rene. Se les unen sin pérdida de tiempo trece corredores, entre los que van otros ocho españoles: Momeñe, Chilloni, Pereda, G- andarias. Linares. Azcue, Vélez y Perurena. Con ellos va también el italiano Sgarbos-