Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 24-04-1969 página 48
ABC MADRID 24-04-1969 página 48
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 24-04-1969 página 48

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página48
Más información

Descripción

ABC. J U E V E S 24 DE A B R I L DE 1989. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 28. fundamental; si una y otra cosa se inscriben en el orden de las totalidades: donde nadie está dispuesto a renunciar a nada. A este campo pertenece lo nacional, que en circunstancias muy concretas, coDIRECTOR: Torcuato LUCA de TENA mo esta de los condados de Ulster, responde a la expresión de máxima totalidad DIRECTOR ADJUNTOS Pedro de LORENZO en un sentimiento político. SUBDIRECTOR: Jesús REVUELTA IMAZ La historia del parlamentarismo, inglés REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y no se caracteriza precisamente por episoTALLERES: SERRANO, 61- MADRID. dios en que se han discutido las verdaAPARTADO NUM 43- TELEF 225 17 10 des básicas, pues todas ellas han sido aceptadas por cada partido; la mecánica Editor: PRENSA ESPAÑOLA, S. A. Gobierno- Oposición nunca ha sido la de unos absolutos políticos turnantes: cada mayoría en el Poder ha continuado la labor de la que le precedió. Los partidos ingleses han comulgado siempre en una única Las explosiones de violencia que de nue- y absoluta verdad: el supremo interés del vo sacuden en Irlanda del Norte una nor- país. ¿Qué quiere decir, si no, el especmalidad entendida como el acatamiento táculo, insólito en otras latitudes, de esos por la mayoría católica de la discrimina- primeros ministros del Gobierno de Su ción política protestante plantea la cues- Majestad que prescinden e incluso actúan tión orevia de si en estos hechos se denun- contra los programas de su propio parcia sólo una insuficiencia localizada de la tido, si es que así lo exige el bien común democracia inglesa o de si, además, con- nacional? curre también- -quizá como nota princiPero esta primacía de lo conveniente pal- -un problema de colonialismo. La con- sobre lo dogmático resulta posible, porsideración de los hechos en su más ínti- que lo dogmático que circula por el cuermo sentido inclina a pensar que, efectiva- po de la política inglesa es relativo, refemente, el tema ofrece estas dos caras. rido siempre a una contingencia, jamás a Se trata de un problema colonial por una esencialidad. Por ello ha funcionado cuanto los irlandeses del Norte confesio- tan afinadamente el sistema político y la nalmente católicos, demográficamente mi- democracia de Inglaterra. Y tal es, por el noritarios, soportan en su propio solar contrario, la razón de los disturbios de Iruna presión política extraña expresada en landa del Norte, donde se encuentran enla limitación de sus derechos constitucio- frentados dos sentimientos políticos nanales y en la obstrucción de sus oportuni- cionales: dos totalidades excluyentes. El anglicanismo, como esencia de la nadades económicas. Disminuidos políticamente y existencialmente coartados, los cionalidad británica, no ha sabido, o no católicos de los seis condados de Ulster ha podido, hacerse compatible con el case configuran como grupo nacional obje- tolicismo, que define en este caso la esento de un dictado colonizador. En sustan- cia del patriotismo irlandés. Una y otra cia, puede decirse que se encuentran en son actitudes políticas yuxtapuestas- -arrimás graves condiciones de secuestro his- ba, dominando, la británica: el anglicanistórico que aquellas que, hasta la termina- mo como imposibles de mezclar o sinción de la I I Guerra Mundial, caracte- tetizar, en contacto colonial y antidemorizaron la situación de los pueblos aho- crático. ra descolonizados. Bien puede decirse, en fin, que el proEl factor religioso les diferencia políti- blema de Irlanda del Norte pudiera enca y nacionalmente de la otra población contrar salida más fácil por la vía de la del territorio confesionalmente anglicana, descolonización que por la de las refory cierto es que no por propia voluntad de mas democráticas, seguramente estériles los católicos. Este rasgo confesional no en un terreno nacionalmente dividido y hubiera cobrado tal relieve e importancia enfrentado. La cuestión irlandesa, desde de rio haber puesto los protestantes el én- la lógica más sensata, parece corresponder fasis de su propia nacionalidad en las a la O. N. U. Al menos, así lo entiende el creencias anglicanas. Partiendo de esta ob- Gobierno de Dublín, que ha enviado a servación, cabe señalar de qué forma el Frank Aiken, su ministro de Asuntos Expatriotismo irlandés- -tanto el irredento teriores, a Nueva York para que dialogue como el liberado- -se ha nutrido con afir- sobre el problema con U Thant. maciones de su credo católico y con la repudiación del anglicanismo, por cuanto éste es expresión trascendente, o religión secularizada, del nacionalismo británico reelaborado con la reforma de Enrique VIII. Tal pudiera ser la más importante razón de que el elemento o factor religioso haya sido en las relaciones angloirlandesas causa primera de sus antagóniESTÁN TOTALMENTE TERMINADOS cas diferenciaciones nacionales. Y en los garaje, casos más extremos, cantera de las acti- Con todas las comodidades, Incluso. central tudes más extremadas: repárese si no en gas, calefacción y agua caliente TJds. mismos, el grave papel desempeñado por algún que VéanlosCano, n. 27- incluso festivos, en Alonso Amplias facilidades otro clérigo anglicano en el estallido de la actual crisis. Si se considera el problema de Irlanda del Norte desde el otro aspecto, es decir, desde la perspectiva de una insuficiencia LES OFRECE SUS SERVICIOS DE democrática, las consecuencias que cabe recabar también parecen del mayor inte 0 Plaz- s fijas. rés. La democracia inglesa, mito y paraO Plazas eventuales. digma de la forma en que debe ser orga Aparcamiento. nizada una comunidad política, demues Engrase. tra, en el caso de Irlanda del Norte, cómo Lavado automático. es imposible que funcione con su fabulosa capacidad para concertar el consenso y GENERAL MOLA, 11 S dkimir las discrepancias, si el alcance de Entrada por Duque de Sevilla, 1 éstas y el problema de aquél afectan a lo ABC planetario VOLTIOS Y VOLUTAS Un agudo escritor amigo mío me hace notar que, según la Encuesta de Presupuestos Familiares realizada en 1965 por ei Instituto Nacional de Estadística, los españoles vienen a gastar al año, por familia, 1.307 pesetas en tabaco y sólo 834 por consumo eléctrico, a pesar de que éste les proporciona películas, partidos de fútbol, circo y teatro a domicilio, además de lavado, secado, calefacción, plancha, iluminación y hasta cocina. La estadística nos descubre así, o bien una cierta permanencia todavía en formas de sociedad anticuada, o bien una marcha irregular de nuestro desarrollo. Estamos en una sociedad anticuada si el español distribuye aún su presupuesto familiar concediendo primacía a lo superfino sobre lo necesario. El francés, el alemán, el holandés, el inglés destinan mayores sumas de sus ingresos al consumo útil que al consumo que pudiéramos llamar suntuario. Por término medio el europeo invierte más dinero en alimentación, electricidad, o sea, servicio, hogar, que en tabaco, en aperitivos. Por eso no existen en París, Londres, La Haya estos opíparos bares de Madrid, donde las gentes almuerzan y cenan antes de ir a almorzar y cenar otra, vez, naturalmente mal, en sus casas. Estamos ante una marcha irregular de nuestro desarrollo si el valor de las cosas inútiles, tal vez nocivas, como el tabaco, crece más de prisa que el costo de los elementos imprescindibles a nuestro bienestar, como puede ser, y muy fundamentalmente, la electricidad con todo lo que reporta en una sociedad teenificada, superelectrificada. Los precios políticos enmascaran la situación. No han subido en la misma proporción que otros bienes de consumo, los transportes urbanos, los teatros y cines, la electricidad. Se trata así de asegurar al español una situación de consumidor que tenga analogías con el nivel de vida de los países adelantados del Continente. La medida que, ocasionalmente, es justificable, a largo plazo se revela contraproducente. No avanzan los países en la producción de bienes dé consumo si éstos no resultan realmente rentables. El progreso se estanca. La sociedad se instala así en una superficie de apariencias que no coincide exactamente con la de realidades deseables. Si los españoles gastan menos dinero en la electrificación de su hogar que en tabaco, o es que su nivel de bienestar moderno es todavía inferior a los niveles alcanzados fuera, o es que el Estado, por medios indirectos, les compensa una parte de su consumo eléctrico, con lo que un importantísimo sector de la producción industrial nacional pasa a ser un carga en lugar de constituir un impulso de progreso. Parece absurdo que el español dedique 329 pesetas a convertirías en inútiles volutas y sólo 211 a transformarlas en voltios. La comparación de estas dos cifras, especialmente si se tiene en cuenta 1 gran número de no fumadores del país, denuncia la persistencia de un cierto nomadismo que nos viene de los siglos de la Reconquista y hace del español un curioso fugitivo de su hogar. Parece evidente la necesidad de ir acomodando nuestras estadísticas, nuestras volutas y nuestros voltios a las cifras europeas. -Lorenzo LÓPEZ SANCHO. DE BELFAST A LA 0. H. U. PISOS d LUJO e GARAJES MOLA, S. A.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.