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ABC MADRID 18-04-1969 página 9
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ABC MADRID 18-04-1969 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página9
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Los optimistas augurios sobre el futuro del caucho- comenzaron a tener realidad el día. en que la carroza de la Reina Victoria cruzó las calles de Londres equipada con ruedas del exótico producto. cho- -con el carbón, el hierro, la madera y el petróleo- -eran piezas fundamentales de la máquina impulsora del progreso. Soñaba con un mundo en que la exótica sustancia habría de ser tan indispensable para el desarrollo industrial de los pueblos como el alimento o el vestido lo son para el individuo. Comenzó a tener realidad esta previsión el día en que la carroza áurea de la reina Victoria cruzó las calles de Londres equipada por primera vez con ruedas de caucho. Esta novedad señala una fecha importante en. la circulación de vehículos, pues vino a aliviar las penosas incomodidades de los carruajes provistos de llantas metálicas. El ritmo vertiginoso alcanzado por las actividades de la industria, del caucho en su increíble proliferación fue mucho más lejos de lo provisto. Al resultar insuficiente para las exigencias del consumo la mataría prima suministrada por áíltensw plantaciones de hevea surgió la necesidad de emplear caucho sintético e incluso de regenerar o rehabilitar viejos materiales en desuso. Pero las más optimistas previsiones sobre el futuro del caucho no acertaron, sin embargo, a vislumbrar un acontecimiento apasionante: equipos de inves- tigadores cargados de prestigio, formados en un ambiente de rigurosa disciplina científica, han elegido el viejo látex tropical como materia idónea para la creación, de corazones artificiales. ¡El exótico castüloa elástica descubierto por españoles en las intrincadas selvas americanas, es convertido, por manos taumatúrgicas, en viscera palpitante, capaz de mantener con vida a un organismo humano! La noticia merece ser destacada. Por encargo de un grupo de investigadores da la Universidad de TJtah, una importante industria americana del caucho ha creado un corazón de tamaño normal que se ajusta perfectamente a la cavidad torácica. Se consigue de esta forma conservar la vida del paciente hasta el momento sn que las circunstancias permiten trasplantarle un corazón humano. Una válvula impulsora facilita la circulación de la cantidad necesaria de sangre. Para superar el riesgo de aglutinación por contacto con materias extrañas se ha formulado un caucho sintético que reproduce las propiedades isoeléctricas del sistema vascular humano. Los vasos sanguíneos fabricados con este material son sensiblemente análogos a los naturales. Está a punto de lograrse un diafragma de caucho que sustituye la función respiratoria del paciente sometido a cirugía de corazón abierto o al tratamiento de enfermedades cardíacas o pulmonares. El primer dibujo del árbol del caucho y la referencia más antigua sobre la utilización de dicha sustancia por los indígenas de Nueva España se debsn al médico toledano Francisco Hernández, que informó sobre sus experiencias americanas dos siglos antes de que lo hiciesen La Condamine y Fresneau en la Academia de Ciencias de París. Hernández satisfizo, con rigor científico la curiosidad de sus contemporáneos en una época en que las noticias de ultramar llegaban a España envueltas en aromas tropicales, aureolas de novedad y misterio. Presintió el médico de cámara de Felipe H posibles virtudes curativas del caucho e intuyó algunas de sus aplicaciones prácticas. Pero una cosa no acertó a imaginar: que la audacia científica del hombre llegase a reemplazar el ritmo y el latido del corazón humano por otro artificial creado con la savia del árbol por él descubierto. Francisco RODRÍGUEZ BATLLOíU

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