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ABC MADRID 06-04-1969 página 25
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ABC MADRID 06-04-1969 página 25

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. D O M I N G O 6 PE A B R I L PE 1969. EDICIÓN PE LA MAÑANA. PAG. 15. LA ALIANZA ATLÁNTICA CUMPLE VEINTE AÑOS LA PRESIÓN REÍ! -RAZONES DE UNA La decisión del Canadá en este XX aniPARTE DE SUS FUERZAS versario de la Alianza Atlántica que mar- MANTIENE LA UNIDAD MILITAR eaba el primer plazo de su vigencia, no ha sido, como cabía esperar de anuncios preOCCIDENTAL DELO. T. A. N. cedentes, la de retirarse del O. T. A. N. sino solamente la de reducir sus fuerzas militares encuadradas en él Pacto. (Canadá mantiene autora diez mil hombres en Europa. Contra las crecientes demandas de abandonar el O. T. A. N. el Comité de Defensa del Parlamento de Ottawa recomendó la pasada semana, tras una visita al cuartel general de Bruselas, permanecer en el organismo militar de la Alianza. El informe parlamentario ha pesado en la decisión del Gobierno, que ha elegido la reducción de gastos frente al abandono total. Hace un año, cuando el joven y brillante Fierre Elliot Trudeau (una carrera política mete arica) Elliot Tru eau fue elegido jefe délos liberales, tras la dimisión de Lester Peorson, e inmediatamente jefe del Gobierno, se afirmó que renovaría la política exterior de su país, revisando las relaciones con Norteamérica (hay que tener en cuenta que los Estados Unidos controtan un 60 por 100 de la economía canadiense) e iniciando una mayor apertura hacia los países del bloque socialista. Trudeau planteó en seguida la cuestión del O. T. A. N. afirmando que los europeos no tienen tanta necesidad de nosotros ahora como antes Sin embargo, vino agosto y la invasión soviética de Checoslovaquia amenazó con el peligro de un desequilibrio militar en Europa. De Gaulle dio seguridades durante la Semana Atlántica de Bruselas de qibe Francia no abandonaría la Alianza cuando ésta cumpliera los veinte años. La decisión del Canadá tiene dos motivos principales: primero, la necesidad de reducir gastos, común a todos los países qv ¡e pertenecen a la Alianza, y segundo, Z deseo de dar una prueba de independencia con respecto a tos Estados Unidos, fuertemente criticados en él Parlamento de Ottawa a propósito del proyecto Centinela La reducción de los efectivos militares canadienses en él O. T. A. N. va a fortalecer km demandas de aquellos norteamericanas partidarios también de una disminución de loe efectivos estadounidenses puestos a disposición de la Alianza Atlántica, y que se debaten entre las necesidades militares reales que existan en Europa, principalmente desde el segundo golpe de Praga y la urgencia de una reducción en los gastos de defensa. -Miguel TORRES. Londres 5. (Crónica telefónica de nuestro corresponsal. Cuando Washington decidió el año pasado retirar parte de sus efectivos del O. T. A. N. desplegados por Europa. los dirigentes norteamericanos inventaron una expresión sugestiva para enmascarar aquel reajuste de plantilla. Bajo la fórmula tropas con doble base los soldados cruzaron el Atlántico para volver a sus cuarteles de origen, aunque teóricamente seguirían defendiendo el cogollo industrial Sur desde Tejas o Arizona. Aquella man. n. ra logística, en colaboración con el diccionario, na sido imitada por el primer ministro fie Canadá, Mr. Trudeau. Para alebrar el vigésimo aniversario del O. T. A. N. acaba de anunciar la retirada parcial de los efectivos de su país destacados en nuestro Continente. Esta vuelta al hogar ha sido calificada de nuevo despliegue de efectivos La medida entrará en vigor a finales de este año. Actualmente hay 10.000 soldados en Europa agrupacios en una unidad del Ejército del Aire, con Í 08 aviones Starfihter, y en unos batallones mecanizados. Según comentarios hechos en el cuartel general del O. T. A. N. la retirada progresiva de aquellos aparatos planteará una situación seria a las Fuerzas Aéreas aliadas He ahora sólo pueden presentar un avión frente a dos del adversario. En Londres se dice que la decisión canadiense supone un serio contratiempo para Mr. Wüson, porgue el dirigente británico había aconsejado durante la Conferencia de jefes de Gobierno de la ConunoMwealth. el mes de enero, que Canadá mantuviera el nivel de su aportación a la defensa fle Europa. El temor principal, sin embargo, es que esa retirada de efectivos anime más aún a los dirigentes de Washington, que promsieven una gran ofensiva política para reducir la plantilla de las fuerzas norteamericanas en Europa. El único consuelo, segrwn los comentaristas ingleses, es que a lo largo de la última campaña electoral canadiense se haMa insinuado repetidas veces que el nuevo despliegue de efectivos debería equivaler a Ja retirada completa del O. T. A. N. l a importancia fie cualquier decisión política depende del punto de referencia, y si se recuerda aquella amenaza, las medidas adoptadas ahora no parecen tan inquietantes. Si los miembros del O. T. A. N. se contagian de esa fiebre, que sólo disminuye con la reducción de los efectivos en Europa, estará pronto defendida por unas cuantas expresiones ingeniosas para ocultar el vacío militar. Al parecer, los argumentos de léxico son capaces de sustituir a los soldados. Se mantiene en pie una esperanza: la reacción nuclear de Estados unidos en caso d ataque. Pero la verdad es que no hay dedos europeos cerca del disparador. Se diría que en el uniforme del O. T. A, N. quefian las botas- -las bombas atómicas- pero sonde propiedad aleña. La situación responde á la tecría militar de moda. El propio ministro británico de Defensa, Ms Healey, repite que el O. T. A. N. es tan débil en armas convencionales que tan solo el temor a rana represalia puede frenar a los rusos. Si esto es así, ¿qué necesidad tienen los canadienses y los norteamericanos de castigar su cartera para mantener en Etirtfpa a unos contingentes incapaces de resolver cualquier situación comprometida? Si los europeos s a incapaces de- contribuir satisfactoriamente a su propia defensa, es lógico que los americanos del Nor te traten ñe salvs- re? de la quema- de divisas. -Alfonso BARRA. París 4. (Crónica de nuestro corresponsal, por teles En el cuadro de la discreción con el que acaban de abrirse en Nueva York las conversaciones- -por primera vez desde hace veinte años- -entre los principales aliados de la segunda guerra mundial para intentar ponerse de acuerdo sobre una solución en Oriente Medio; en el cuadro igualmente de la discreción- -confirmada por el secretario de Defensa americano, Melvin Laird, y desmentida, sin embargo, ayer por las Delegaciones de Hanoi y del F. N. L. en la onceava reunión de la avenida Kleber- -de que se están llevando a cabo conversaciones privadas y al parecer satisfactorias sobre el Vietnam, al margen de las infructuosas negociaciones oficiales y asimismo, en el cuadro de la seria agravación, estos últimos días, de la situación en Checoslovaquia, el aniversario de hoy, 4 de abril, veinte años exactos de la firma en Washington del Tratado de la Alianza Atlántica, no pasa inadvertido en esta capital, al hacer el balance de un encadenamiento de fechas que van jalonando la historia del disiazicíamiento de Francia respecto a la Organización Militar del Tratado, pero igualmente al considerar el aspecto que hoy presenta la encrucijada internacional y que obliga París a meditar sobre el tema. Todas las noches a las 12,30 ESPECTÁCULO TÍPICO ESPAÑOL GBSñW PLAZA D E L REY 7 ¿221 18 08 Hace ahora un año, el general De Gaulle no escondía una vez más sus intenciones de que Francia se retirara pura y simplemente del Tratado de la Alianza Atlántica: confirmando una línea establecida ya por el rechazo de una fuerza multilateral, expresado en enero de 1963; por la retirada de las fuerzas navales francesas del Atlántico respecto al O. T. A. N. en junio de 1 S 63; por la retirada de oficiales franceses de los Estados Mayores Navales aliados, en abril de 1964, y por el anuncio de la decisión, en marzo üe 1966, de que Francia cesaba de participar en los mandos integrados en el O. T. A. N. Los acontecimientos ocurridos en Checoslovaquia, Jas amenazas soviéticas en Europa central, la extrema movilidad de los rusos en sus operaciones militares, tan veloces como calculadas; ese segando y nuevo golpe de Praga cuya temperatura vuelve a remontar, precisamente en estos días, a los veinte años de aquel primer golpe de 1948, que cosistituyó el punto de partida para la creación de la gran alianza defensiva de Occidente; todo ello pesa sin duda en las intenciones que hoy muestra París y que se expresan señalando que Francia no piensa abandonar una alianza a la qne reconoce por lo menos utilidad y eficacia. El 24 de agosto de 1949 tuvo lugar la ratificación de los principales E s t a d o s miembros, y es, pues, a partir fiel 25 de agosto de 1969 cuando el derecho de cada nación a poner fin al Tratado, en lo que a ella le concierne- -según señala eJ articulo 13 áe su texto- podra ser Invocado. Francia, abandonando la organización militar, desea, sin embargo, permanecer fiel a la alianza. Así se recuerda hoy, aquí, al hacer tanto el balance e estos veinte años d paz. como al trajear las perspectivas de revisión, renovación y evolución que la alianza puede necesitar en el umbral d una nueva etapa. El pacto establecido en 1949 ha cumplido bien la tarea que le había sido asignada. Es, en definitiva, porque la Alianza Atlántica ha mantenido una potencia militar y una solidaridad política en Occidente, que la guerra fría ha entrado en ana fase de deshielo opina esta mañana 8o ger Massip, en Le Fígaro Si se coincide en la eficaz utilidad que ha supuesto el Panto Atlántico, gracias al cuál no se ha pravoeaíl hasta hoy etna tercera guerra tmmáia! también se coincide en el interés de studiar totas transformaciones deí sis-

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