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ABC MADRID 03-04-1969 página 19
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ABC MADRID 03-04-1969 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página19
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MIRADOR ESCRITORES AL HABLA FERNANDO LÁZARO CARRETER S poco madrugador el río Tormes; el mediodía le sorprende sin haber recogido aún la brisa ribereña que en la noche ha sabido por las costanillas de Tentenecio, Horno, Veracruz, Silencio... y por la Peña Celestina Pero por la tarde, cuando dejo el Unamuno en bronce de Pablo Serrano- -el de los hombros alados, el caminante- en la apacibilidad de la plazoleta de las Úrsulas y me dirijo a la casa de don Fernando Lázaro Carreter, la Plaza Mayor es una agradable resolana barroca. En el cuarto piso del edificio de los catedráticos se intenta asegurar el siler. ció, que no se escape, acolchando la Pi; Brta, alfombrando enteramente la casa. Presencia del libro apenas transpuesta la entrada. Corpulento, turnio, de hablar quedo; escuchándole llegamos al convencimiento de que es de clavo pasado la facilidad de palabra. Ha recorrido el mundo como conferenciante. -Si hoy nos dijeran que vivía Moratín- -pongo un ejemplo- creo que las universidades nos disputaríamos la posibilidad de traernos a Moratin- -una figura de segundo orden- -y enseñar a los universitarios en carne, en cuerpo y en alma a este autor. Por cuanta más razón si tenemos a estos escritores que están haciendo la historia, ¿por qué no traerlos, para que los conozcan y traten los chicos? En este sentido puedo anticiparle que en estos momentos la Universidad está organizando unas semanas que tienen la misión fundamental de que a través de conferencias se hable sobre temas políticos, religiosos, culturales, y naturalmente habrá una semana, por lo menos, dedicada a la literatura. El propósito nuestro es traer a los escritores de hoy para que la gente los vea, los oiga, conozca el timbre de su voz, pueda tomar café con ellos en una tertulia, puedan ver la historia cuando se está haciendo, no añorarla cuando ya solamente es historia. Lázaro Carreter es catedrático de G r a mática General y Critica Literaria de la Universidad de Salamanca desde 1949; decano de la Facultad de Filosofía y Letras durante cinco años; investigador, crítico y escritor. Próximamente publicará u n libro sobre la construcción del Lazarillo de Tormes discutiendo si funda o n o la novela moderna. Fruto de su continuada labor están el Diccionario de términos filológicos Lope de Vega. Introducción a su vida y cbra Toesía lírica en E s paña en el siglo XVTH Estilo barroco y personalidad creadora y una edición crítica del Buscón de Quevedo, con m a nuscritos inéditos y un estudio textual para intentar reconstruir el texto. Curiosamente Lázaro Carreter, en su faceta de autor teatral- -autor teatral de gran éxito- prefiere ocultar su nombre tras un seudónimo. Firmada con su nombre está La señal encuadrada en u n clima r e ligioso. Pero no hablamos de teatro, sino de novela. -La novela, en la actualidad, se está acompañando de un proceso de democratización en todos los órdenes de la vida española. Zalá decía en el siglo pasado qué la novela era el género que correspondía a los tiempos modernos; la identifica, incluso, E con una forma política democrática, y este hecho nuevamente se está produciendo. El apogeo de la novela en este instante creo que tiene bastante significación y que iebería ser enfocado sociológicamente, incluso politicamente. La novela española tiene obras de extraordinaria calidad en estos momentos. El camino, la gran brecha que abrieron en la posguerra Carmen Laforet y Camilo José Cela lo han seguido nombres realmente eminentes y creo que tenemos novelas que contarán en la historia de la literatura. Aparte de estos escritores está Deübes, con una obra que va progresando de una ma- nera visible; lo que me extraña es que no se haya expuesto con el relieve que merece la enorme, importancia que tiene Cinco horas con Mario novela que representa un progreso extraordinario en el trabajo del autor, pero además un hallazgo importantísimo, desde el punto de vista formal, en la novela. Pero la novela, en general, ha estado lastrada y tarada un poco por la obsesión, un tanto apriorística- -insisto que hay unas relaciones curiosas entre el apogeo de la novela y- la política- del realismo critico. El realismo crítico cerno fórmula única de imponer una visión desde una postura socialista- stalinista. En este caso las apariencias engañan, la presencia física de Lázaro Carreter no hace suponer esa personalidad accesible y cordial con que me sorprende desde las primeras palabras. -En esta novela realista española ha habido un mucho de monotonía, de reiteración de ambientes, tipos, determinados medios, etc. que ha perjudicado, sin duda, el progreso de la novela. En este sentido creo que el contacto con la literatura sudamericana tiene que ser enormemente fecundo para nuestra novelística, que está excesivamente aferrada a fórmulas envejecidas; el envejecimiento no es ningún valor ni ningún desvalor, sencillamente tenemos que ver si produce o no cansancio. La literatura sudamericana, que pasó ya ese sarampión con el indigenismo de las formas, de la novela revolucionaria... ha entrado en un camino admirable, ha descubierto que la fantasía puede ser el gran motor, otra ves, literario. Parece, en cambio, que nuestra literatura padece una inhibición, que nuestros escritores están frenados con un concepto de verosimilitud que es decimonónico, él realismo de 1870; y le falta a nuestra novelística actual una decidida entrega a la imaginación, en el orden, diríamos, de contenido y en el orden verbal. El realista tiene que buscar otros caminos. Claro que la novelística sudamericana, con su extraordinaria eclosión de los fenómenos imaginativos que han comportado un gran enriquecimiento de metáforas y tratamiento verbal riquísimo, puede producir en España un gran beneficio con el estudio de estos grandes escritores sudamericanos actuales. Un Quijote de porcelana, ¿cansado o ensoñador? o ¿cansado de ensoñar? un pequeño grabado persa; tina reproducción de un dibujo de Picasso: Alonso Quijano y Sancho, llanura, sol y molino. -Yo no acierto bien a distinguir lo que es literatura española y lo que es literatura sudamericana. Leyendo libros de autores mejicanos o de Márquez o de Sábato me encuentro inmerso en la visión del mundo que comparto; además, está escrita en mi idioma; pbr tanto, para mí estos señores los consiUero parientes un poco más lejanos del que ha nacido en Málaga o en Soria, pero absolutamente parientes, y no podemos establecer una f Tontería entre ellos y nosotros o decir: éste es mejor porque es nuestro... no, esto no se puede hacer. La literatura española no podemos minimizarla reduciéndola a la península. Por lo contrario, la grandeza de nuestra lengua, de nuestra literatura, ha de ser una lenyua y una literatura de muchos millones que piensan, que ven en gran medida igual. Me habla de la necesidad de una campaña en A B C para fomentar la preocupación por el idioma. Horroriza el actual estado de nuestra lengua- -no se domina, se empobrece y tergiversa- que nos está llevando insensiblemente a la ineomunica ción. Pasa a hablarme de Sender y Max Aub y de su contacto con este último con ocasión, hace unos meses, del m Congreso Internacional de Hispanistas en Méjico. -Las figuras áe Sender y Max Aub son extraordinarias y en mi preferencia coloco primero a Sender, porque lo que más le admiro es su portentosa imaginación, que pasa de ese prodigio que es Míster Witt en el Cantón a la fantasía frivolísima, Kgerísima, de La tesis de Nancy 1 Es un hombre que lo ha intentado todo, al contrario de nuestra novela que está encorsetada, envarada, tímida a afrentar nuevas fórmulas, nuevas experiencias que el realismo critico; ¡esto es la muerte láe la literatura! por fatiga, porque el lector se aburre de volver otra vez a esos medios. En cambio, los divertimientos, como El reinado de Witiza de García Pavón, nos entusiasma. Hay que abrir caminos nuevos, lo cual no quiere decir que haya que ofrecer una visión crítica de la sociedad. La estantería de libros se extiende a lo largo del pasillo; me dice que piensa colocar- -no es una broma- otra estantería en la cocina. Antonio R. DE LAS HERAS

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