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ABC MADRID 01-04-1969 página 43
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ABC MADRID 01-04-1969 página 43

  • EdiciónABC, MADRID
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ABO, M A R T E S 1 DE A B R I L DE 1969, EDICIÓN DE LA MAJTANA. PAG. 33, BARCELONA al DÍA TEMPERATURAS OE LA CAPITAt M a x IB, -O Mín. 7.3 UN GENERAL CATALÁN DE VEINTICUATRO AÑOS Hemos recibido varias cartas de amables lectores de ABC en las que refiriéndose a las croniquillas de carácter histórico que tenemos publicadas nos consultan o piden aclaraciones sobre determinados sucesos relatados en las mismas. Ello nos complace porgue es indicio del interés que despiertan las cosas del pasado, sobre todo cuando descubrimos algún dato inédito merced a la paciente búsqueda en los archivos. En una de estas cartas, un barcelonés residente en Madrid nos dice: Me interesaría saber si el general Llauder, citado por usted en sus artículos como capitán general de Cataluña en 1832- 35, es el mismo Llauder de quien habla Pérez Galdós en su episodio nacional Gerona y que tomó parte en la defensa de la inmortal ciudad. He aquí nuestra respuesta: en efecto, Manuel Llauder estuvo en los dos sitios de Gerona, donde sirvió en el famoso regimiento de Uttonia desde que entró en el mismo como cadete noble en 1805, a los quince años de edad. En 1807 era subteniente y el 23 de marzo de 1809 ascendió a teniente. A este año se refiere Galdós cuando tras expresar el ansia con que tes sitiados esperaban la llegada de socorros, escribe literalmente: Se oye tiroteo en los Angeles, donde dicen está Llauder. El convoy entrará por el Mercadal... Por su parte, la hoja de servicios de Llauder. que tenemos a la vista, dice así: Fue comisionado el 28 de agosto para tomar la altura de los Angeles y entrar un convoy en Gerona, lo que ejecutó, sosteniéndose en la ermita de dicha altura contra fuerzas enormemente superiores por espacio de seis horas, en cuya acción recibió una fuerte contusión, salvándose a la cabeza de 120 hombres que le quedaron por entre los enemigos. (La entrada de este primer socorro a Gerona ha sido relatada por Toreno, Blanch, Lafuente y demás historiadores, lo mismo que la del segundo convoy, el 26 de septiembre, en la que Llauder participó como ayudante del general Enrique CDonnell, más tarde conde de La Bisbal. No vamos a detallar aquí las numerosas acciones en que tomó parte nuestro antepasado durante la gloriosa guerra de la Independencia, entre las que figuran la liberación de tas Islas Medas, la toma de Prats de Molió, en Francia, y su victoria en el Valle de Ribas, que le valió la Cruz Laureada de San Fernando. Pero sí resaltaremos estas palabras de sus Memorias Lo que hice en aquella lucha escrito está. ¿Pero quién se acuerda de aquello si todos hicimos lo que podíamos? El heroísmo no era un mérito, era una imitación reciproca, porque afortunadamente no estábamos divididos y la gloria de cada uno era la de todos. Lo cierto es que a lo largo de seis años de lucha aquel joven militar, natural de Argentona (si bien, la casa en que nació y sus tierras pasaren después a Matero) obtuvo por méritos de campaña todos los grados hasta el de general de brigada (brigadier se decía entonces) cuando contaba tan sólo veinticuatro años. Y mandando la vanguardia del Primer Ejército Español le cupo el alto honor de recibir al Rey Fernando VII en Bascara, a orillas, el 24 de marzo de 1814. Ateniéndonos siempre a lo documental, con abstención de todo juicio propio por tratarse de un antepasado, brindamos al lector el singular panegírico que el más prominente enemigo de Llauder, el mariscal Suchet, que acompañaba al Monarca español, le dedicó a aquél, según consta en el prefacio de la traducción de las Memorias del célebre caudillo francés, por Antonio Gui- Uén de Mazón. Transcribimos el párrafo que interesa: También el mariscal Suchet nace la debida justicia al valor español. Buen testimonio de ello es el magnífico elogio que hizo en presencia del Rey de los SS. Sarsfield, Manso, Puig y otros, cerno de la bizarría de las legiones catalanas, de la brigada de vanguardia sobre todo, mandada por. el joven don Manuel Llauder, de quien el mariscal, harto conocedor, decía con mucha gracia que debería haber nacido general. Para terminar: este general catalán de veinticuatro años, que sirvió con la mayor fidelidad a España, y a su Rey, fue ascendido a mariscal de campo (general de división) a los veintisiete años, y apenas cumplidos los cuarenta ya era teniente general. Entre otras altos cargos ocupó los de inspector general de Infantería, capitán genera! de Aragón y Vascongadas, virrey de Navarra, capitán general de Cataluña y ministro de la Guerra. -EL MARQUES DEL VALLE DE RIBAS. comienzo del mes pilla al ciudadano absorto en sus cavilaciones sobre materia de circulación. No es nada extraño, porque es el pan nuestro de cada día. Pero en esta ocasión el ciudadano tiene motivos más que sobrados para estar verdaderamente perplejo. Resulta que tiene a la vuelta de la esquina unas cortas, pero sabrosas vacaciones, y en lugar de dar saltos de alegría se ha puesto muy pensativo y con pocas ganas de bromear. No le falta razón. En efecto, tenemos aguí cuatro días y medio de fiestas si se tiene en cuenta que el lunes de Pascua es fiesta en la Ciudad Condal y que el sábado anterior es un puente del que goza un buen número de barceloneses. En todo caso se trata de las pequen vacaciones de Semana Santa. El buen ciudadano, que por fin ha visto la oportunidad de gozar de unos cuantos dios seguidos de descanso, no quiere desaprovecharlos por aquetto de que la ocasión la pintan calva Entonces reúne a la familia y todos juntos se ponen a discutir y a ultimar los planes. Ya está elegido el sitio de descanso, preparado el coche y el equipaje necesario. Pero ahí, precisamente ahí, es cuando comienzan las complicaciones. El factor climático en este caso queda relegado a un segundo plano. Haga bueno o malo, la salida no va a cancelarse. De todas formas en casi cinco días el tiempo puede dar muchas vueltas. No; las preompaciones no vienen por ahí. Las preocupaci ones proceden de la problemática Asi tráfico. ¡Siempre el maldito tráfico! El buen ciudadano abre el periódico y ve toda una página con las normas adoptadas por la Jefatura Provincial de Tráfico para evitar en lo posible las aglomeraciones, las caravanas, los Uos, las coUsiónes y los accidentes graves. El buen ciudadano agradece, cómo no, esa inestimable ayuda, pero sabe que, a pesar de todo, habrá aglomeraciones, caravanas, líos, colisiones y accidentes graves. Al buen ciudadano le bailan en la cabeza, en danza reiterativa y siniestra, las estadísticas proféticas, según las cuales- -y de acuerdo con escrupulosos cálculos cmnparativos- -en esos días en que se ha decidido salir a descansar se han de producir tantos heridos y tantos- muertos. Y, naturalmente, al buen ciudadano se le ponen los pelos de punta, su alegría se torna en negros presagios y le dan unas ganas tremendas de queSon más interesantes darse en casa, ¡que eso sí que es descanso Por su precio y situación. y tranquilidad! Pero el buen ciudadano ha Por su sólida construcción. de hacer de tripas corazón y complacer a la Por sus facilidades de pago. familia, que también ha estado anhelando Por estar completamente acabados. durante tiempo estas pequeñas vacaciones. Por tener garaje para eu vehículo. De regreso, olvidados ya los malos ratos pasados en la carretera y confortado con Y porque además están en la calle las largas horas de asueto, el buen ciudadano de FUENCARRAL, 158- 160, donde parece otro: rostro radiante, aire juvenil, pueden verse comportamiento dicharachero... pero eso no dura mucho. Exactamente lo que tarda en efectuar la primera parada forzosa. A partir de ahí se sabe el resto de memoria. Y el buen ciudadano se promete a si mismo que no volverá a tropezar en la misma piedra hasta que- se arreglen las cosas. Siempre lo Ahorre dinero modernizando su calefacción mismo. z -o ya sabemos todos el refrán. -de carbón por íuel- oil N. y G. ¡I NCASA 279 10 70 J? L NUESTROS PISOS B LA CATEDRAL Y EN LA PLAZA MAYOR DfL PUEBLO ESPAÑOL Llamamiento de la Asociación de Donantes Voluntarios de Sangre para hacer frente a las necesidades de los próximos días Barcelona 31. (De nuestra Redacción, por telex Con gran fervor y una animación extraordinaria se celebró ayer la festividad del Domingo de Ramos. En todos los templos de la archidiócesis se verificó la bendición de palmas y palmones y ramos de laurel con gran concurrencia, especialmente en la catedral basílica, donde a las diez y media de la mañana ofició la ceremonia el arzobispo doctor don Marcelo González Martín. A continuación se celebró una misa conventual oficiada por el canónigo doctor Cascante y en la que pronunció la homilía el doctor González Martín. Finalizada la misa y tras el canto de la Passio se organizó la tradicional procesión que recorrió ios DE INTERÉS

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