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ABC MADRID 29-03-1969 página 85
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ABC MADRID 29-03-1969 página 85

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. S Á B A D O 2 E M A R Z O BE 1969. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 59. VALENCIA ¿IDIA TEMPERATURAS DE LA CAPITAL Max. 16.6 M 3 n. 6.8 EL SANTO CÁLIZ n mas ae una ocasión he escrito acerca del sagrado Cáliz de Ja Cena, que se conserva en nuestra catedral. La literatura que existe sobre la joya más grande que tiene Valencia demuestra, sin género de duda, su autenticidad. Es cierto que se ha intentado demostrar algo parecido con el Sacro Catino de Genova, el de Venecia, el Volto Santo de Lucca y el Ánfora de la abadía de Fecamp, pero en ningún caso existe una documentación de valor definitivo. Examinemos brevemente nuestros testimonios: Beuter, en la Corónica General de España publicada en 1604, escribe que era costumbre en tiempo de Heredes de preciarse los ricos de vajillas de piedras preciosas y extrañas, y quiso el Señor honrar sus divinos misterios consagrando su sacratísima sangre en cáliz de calcedonia, que tenemos en nuestra iglesia mayor de Valencia entre las reliquias de los Beyes de Aragón. Díago, en los famosos Anales de 1613 precisa que San Lorenzo embió a España, al repartir sus tesoros antes de ser martirizado, el Cáliz en que Cristo consagró su sangre, el cual posee la ciudad de Valencia, que antes estuvo en San Juan de la Peña, hasta su entrega al Bey don Martín, llegando a Valencia de mano del Bey de Navarra el 18 de marzo de 1437. En la Historia de San Juan de la Peña publicada en 1620, se dice que los obispos de Huesca, al huir de la ciudad con motivo de la invasión árabe, subieron a San Juan de la Peña con las reliquias de San Laurencio, tesorero del Papa, y entre ellas el Cáliz que hoy tiene y goza la santa iglesia de Valencia. El cronista de la ciudad Agustín Sales escribió un libro en 1763 dedicado exclusivamente a la reliquia, en el que demuestra de forma inequívoca la ruta seguida por la joya desde Jerusalén a Boma, de aquí a Huesca y posteriormente a San Juan de la Peña; la donación hecha en el Palacio de la Aljafería, de Zaragoza; el ulterior envío al Palacio del Real, de Valencia, y la definitiva e n t r e g a al Cabildo de nuestra catedral. Como prueba documental parece oportuno reproducir un extracto de la escritura de donación otorgada por el prior del monasterio de San Juan de la Peña ante el notario Berenguer Sarta, dodel nacimiento de este gran español que juntamente con las disciplinas históricas cultivó intensamente el periodismo, y creo que Valencia debía recordar públicamente que entre todas sus virtudes cultivó, como la más querida, la del amor a Valencia, siendo siempre un gran valenciano. -Hipólito T Í O tributo obligado al periodista? se podría Preguntar. Es tributo merecido al maestro, cabría responder, porque Teodoro Llórente Falcó fue maestro de los periodistas de ayer y su maestría se extiende a los de hoy. De él se pudo aprender la serenidad en los juicios, la veracidad en las exposiciones y la moralidad en la conducta, porque éstas fueron las dotes con las que Dios engrandeció al que murió ochentón en la palestra, en que se ejercitan los ingenios. El valenciano García Sanchiz, que le conoció antes que yo, dice de su autor en el prólogo que puso a las Memorias de un setentón que Teodoro Llórente durante su juventud parecía escribir por compromiso genealógico o en continuidad poco menos que burocrática y esto es verdad, porgue fue ya en el último decenio de su vida cuando su pluma vibró enérgica y magnífica a través del libro y de la Prensa como manantial contenido que fluye a borbotones, dando por resultado la aparición de una figura señera en el cambo del periodismo. Hijo del gran poeta de la Renaixenca don Teodoro Llórente Olivares no cultivó, sin embargo, la poesía a pesar de ser también poeta por naturaleza; me pareció cosa extraña y al preguntarle el motivo él me respondió diciendo que era un pequeño tributo de amor y de respeto a la obra poética de su padre. Yo conocí personalmente al Setentón pues así firmaba en sus Memorias hace veintitrés años, según reza la dedicatoria que escribió en el primer. volumen de las que me regaló en gracia a nuestro conocimiento. La obra está reunida en seis volúmenes, en cuyas páginas se recopilan los artículos y crónicas publicados en Las Provincias -diario que dirigió desde la muerte de su padre- recogidos de la Valencia de otros tiempos, con sus costumbres, sus tipos populares o popularizados por el vulgo y cuanto en el folklore o la menuda historia ciudadana podían ser anécdota desde la última decena del pasado siglo hasta la mitad del que vivimos. Nos estrechamos por primera ves la mano con motivo de una entrevista que le. hice para el diario Levante Se hallaba en su biblioteca; una biblioteca espléndida en contenido y continente, montada en una amplia sala, en mitad de cuyas paredes sobresalía una balconada circundante a la que se ascendía por una escalera fija, de hierro. En uno de los ángulos de la estancia, una mesa camilla con papeles y libros, y en ella don Teodoro, ágil de piernas y de mente, que repasaba unas cuartillas, se levantó para recibirme y decirme después: Siéntese, por favor. Acabo esas cuartillas y le atiendo: Curiosee entre tanto- -me dijo- es cosa que nos va a los periodistas. Así lo hice, y paseando la mirada encontré algunos títulos: Ráfagas del campo Cuentos maravillosos Epistolario Llórente Mistral- Llórente Miniaturas En defensa de la personalidad valenciana Eduardo Escalante Memorias de un setentón su obra más destacada y de más alto valor histórico. Seis volúmenes que reúnen una serie de evocaciones de la Valencia que vivió el autor en su juventud. Acaba de cumplirse el primer centenario cumento que constituye lo que hoy. llamaríamos título de adquisición; el texto dice así: En el nombre de Dios, manifiesto sea a todos cómo el excelentísimo Príncipe y Señor Don Martín, por la gracia de Dios, Bey de Aragón... etc. haya desseado effectuosamente tener en su capilla real aquel Cáliz de piedra en el que Nuestro Señor Iesu Christo consagró su preciosísima sangre. Y el bienaventurado San Lorenzo, que lo recibió del Papa S. Sixto, cuyo discípulo y diácono era, lo embió y dio con una carta suya al monasterio de San Juan de la Peña... Prior y Frayles que hallándose en el palacio de la Aljafería, previo capítulo determinaron que le fuese dado al Bey, lo que hizo el Prior en nombre suyo y de su convento, entregando el Cáliz en manos del monarca... todo lo que dicho señor Bey mandó a mí, Berenguer Sarta, secretario suyo, que me hallé presente, tomarlo por testimonio en presencia de los nobles Berenguer de Cruüles, Boger de Moneada y don Olfo de Proxista, Cavalleros de la Cámara y Consejo de Su Majestad. En 1959 se celebraron especiales fiestas de homenaje con motivo de la conmemoración del XVII centenario de la llegada del Santo Cáliz a España, llevándose la preciada reliquia por tierras de Aragón. El cronista de las memorables jornadas, don José Zahonero, refiere que de pueblos lejanos acudían a los lugares del paso del Santo Cáliz centenares de personas que desde el amanecer se habían puesto en marcha a través de sendas y por caminos inverosímiles de monte y precipicio, bajo un sol de fuego, para ver de cerca la reliquia. Nadie había anunciado el acontecimiento y, sin embargo, por todos aquellos contornos corrió la voz de que el Santo Cáliz volvía al mismo lugar donde permaneció seis siglos. Si esta fe popular puede ser mirada con desdén por alguien, ahí queda transcrito el documento notarial rigurosamente auténtico, que nadie puede poner en duda, reflejo fiel de la realidad recogida por el fedatario en presencia de tres cualificados testigos, y que. termina de este modo: Señal 4- de mí Berenguer Sarta, secretario de dicho Señor Bey y por su authoridad Real Notario Público por todas sus tierras, ue a todo estuve presente y lo hice escribir y cerré. -Enrique T U w r r EN EL 5 AL 0 N DE ACTOS DFL AYUNTAMIENTO SE CELEBRO LA FIESTA DE LA PRIMAVERA Entronización de una imagen de la Patrono de Brasil, en la Real Capi lia de Nuestra Señora de los Desamparados Valencia 28. (De nuestro corresponsal. Con lleno rebosante se celebró en el salón de sesiones del Ayuntamiento la Fies ta de la Primavera y la proclamación de la reina de la Poesía. Es un acto que organiza anualmente esa sociedad, que, apartada por completo de todo matiz político o económico, se enfrasca en la belleza y el amor oyendo versos de un puñado de socios que llevan adelante tan magnifieo quehacer. Ha sido proclamada para el presente año reina de la Poesía la señorita María del Carmen Montesinos Soucase. Una be- ACEROS INOXIDABLES ROLDAN, S. A. Precisa VENDEDORES para Madrid Introducidos en la rama metalúrgica. Imprescindible coche propio. Presentarse en Barquillo, 18, 1. dcha. De seis a ocho tarde. CHALETS Empresa especializada estudia presupuestos y proyectos desinteresadamente Dirigirse: Teléfono 228 03 18 Madrid

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