Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 18-03-1969 página 11
ABC MADRID 18-03-1969 página 11
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 18-03-1969 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página11
Más información

Descripción

UNA VUELTA AL MUNDO L A vuelta al mundo ya no es noticia. Muchos la dan por profesión o por gusto varias veces al año. Los ochenta días de Julio Verne pueden tomarse a la inversa: cómo emplear ochenta días en realizar una cosa tan rápida y sencilla. Quizá el interés de esta bellísima bola azul, que por primera vez ajeábamos de ver retratada por los cosmonautas del Apolo VIII no ssté ya en el misterio, o la grandiosidad, o las distancias, sino precisamente en lo contrario, en la intimidad, en el detalle, en la pequeña diferencia dentro de lo similar. Egipto es, por supuesto, las Pirámides, el valle de los Reyes, los templos colosales dé Karnak y dé Luxor; pero también es Egipto aprender un viejo juego de dados en una tienda coloreada junto al Mío, o la fulgurante conversación del arquitecto Hassan Fafchy, en su casa de la Ciudadela. Tanto o más que la grandiosidad de las ruinas de Medina Habou pueden conmovernos las pinturas del sepulcro de Khamnast, hijo de Ramsés EC, en las que vemos al Faraón presentando al joven príncipe a distintas divinidades de la muerte, hasta que al fondo del sepulcro está el príncipe haciendo su ofrenda solo. Admiramos en Bangkok los conjuntos de templos de airosos tejados y muros de porcelana y cristal, el Euda de oro, el de esmeralda; pero los bonzos, afeitados y sonrientes, se acercan a preguntarnos y a conversar: allí somos nosotros el elemento exótico. El caudaloso Chao Piya íorana un laberinto de afluentes y canales. El mercado fletante es una de las visitas más inolvidables. Nuestra barca se abre difícilmente paso entre la multitud de embarcaciones cargadas de pescados, de verduras, de telas, de frutas; de cuando en cuando pasa una esbelta canoa impulsada por una hélice situada en un largo vastago que sirve al tiempo de timón. La estela parece poner en trance de naufragio a las frágiles barcas vendedoras, generalmente tripuladas por una sola mujer, tocada con el clásico sombrero thailandés; pero nadie pierde la confianza, ni el buen humor. Las antiguas casas tai suelen constar de varios pabellones de madera, construidos sobre pilastras, con ventanas en todas direcciones y completamente abiertos por uno de los lados. Todo preparado para aprovechar la más leve brisa o el menor frescor. Los suelos son de riquísimas maderas enceradas. En ellas, como en los temiplos, jamás se entra con zapatos. En la del secretario del rey (la familia Tula Bunnag ha servido a los reyes de Siam durante cuatrocientos años) estamos sentados sobre almohadas en torno a una mesa de pocos centímetros de altura. Por lo demás, las bebidas y la conversación son las mismas que en cualquier reunión refinada de Occidente. También es estilo tai la casa de la princesa Shambot, con un bellísimo pabellón de laca. Antes del almuerzo la princesa da de comer a sus peces. La escena podría ser idéntica a la de cualquier gran dama en su jardín, sólo que los peces son los extraños peces- gato de cara redonda y un metro de largo. Cambodia guarda el misterio del Imperio Kmsr, desaparecido no más lejos que en pleno siglo XV, abandonando a la selva la ciudad de Angkor, maravillosamente trazada, y los templos prodigiosamente esculpidos, dedicados unos a Brahma y otros a Buda, según la religión de los sucesivos reyes. El arte Kmer camina en el espléndido Angkor Wat, de donde está inspirado, sorprendentemente, el Palacio Nacional de la Exposición de Barcelona. Para dar una idea de lo que el conjunto de Angkor supone, es como si se hubiera abandonado y perdido toda noticia del París del siglo XVXH y de Versalles. Estos recuerdos de la Cambodia monumental se entrelazan con el de los monos jugando entre las ramas, sobre las ruinas, o el de las sonrientes figuras de los bonzos con sus togas y sombrillas color azafrán, o el de la extraña y fugaz visión desde el jeep de una mujer rubia siguiendo una carreta tirada por búfalos, cerca ya de las sierras donde empieza la región dsl tigre... Hong- Kong es el emporio de la Banca y del comercio. El punto de encuentro y de trato de dos mundos gigantescos y hostiles, pero en Aberdeen- -que pese a su nombre inglés es la bahía donde miles de personas viven hacinadas en las barcas- -hay una serie de Lolitas orientales que se acercan irresistibles y sonrientes remando de pie en su barca a pedir unas monedas, y conseguido su modesto fin se alejan infinitamente gráciles como unas divinidades marinas. El Japón es los caminos elevados, los magnííicos trenes a 200 kilómetros por hora; el Fusi- Yama, cuya, forma escueta y perfecta ha influido en todo el arte japonés. Pero el Japón es también el país de la sobriedad, del buen gusto, de la dignidad. En el kabuki no sólo es interesante la escena o el juego de los actores, que tanto enseña sobre el carácter japonés, sino la acomodadora que se arrodilla al inaicar la localidad o nuestra vecina madura que, cansada de estar sentada, se encararflh ágilmente y queda en cuclillas sobre i a butaca con gesto de evidente satisfacción. También en el kabuki encontramos un viejo amigo: el listo de la tradicional pareja de payasos; el augusto de traje de luces y cara pintada de blanco ss un personaje del teatro japonés. La variedad de Asia es superior a la de Europa. Las diferencias culturales y raciales son aún más profundas de las que a nosotros nos dividen. Una cosa tienen, sin embargo, en común: la cortesía, que incluye la ceremonia, la deferencia, la sonrisa. Los españoles- -dice Salvador de Madaíiaga- -aportaron a una Europa sumida en una barbarie social inaudita el sentido de la sobriedad, de la dignidad, de la pulcritud que hizo posible el rito social. Vinieron a ser los arquitectos de la ciudad de vallas y leyes en que iba a vivir la civilización occidental. Según esto, los españoles, creadores de las reglas en que la vida se encauza y se mesura, estamos mejor preparados que otros para apreciar el refinamiento de la cortesía oriental. En una entrevista para el Bangkok Post me preguntaron cuál había sido mi mayor impresión al conocer Oriente. Respondí que el descubrir tantos valores aún dedicados al agrado, a la felicidad, al cuido del ser humano. La actual civilización, en la que todos estamos comprometidos, es exclusivamente técnica y parece dirigida por bárbaros. El día que esta civilización se detenga un momento y piense de nuevo enj esa cosa tan importante que es la felicidad del ser humano, hará bien en volver la vista a Oriente, y Oriente tendrá mucho que decir. Luis ESCOBAR

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.