ABC MADRID 09-03-1969 página 155

fin los últimos meses han llegado a In educción del dominical de 4 tt C infinidad de cartas de feriares solicitando que descubriéramos la identidad de una actriz jovencisimn, conocida sólo tísicamente para el grun público n través de un anuncio en televisión. En principio pensamos que se trataba de un truco publicitaria, pero posteriormente, y ante In insistencia de las rurtus, identificamos a alguno de los remitentes hasta comprobar que se trataba de un deseo espontáneo de muchos lectores. El asunto parece interesante. Son muchas las grandes actrices del cine internacional y también del cine español que han triunfado en el cine después de ser descubiertas a través de los anuncios de la pequeña pantalla. Hace unas semanas encargamos a nuestro correspanml en Málaga la localizarían de e n joven wtrii que tantos entusiasmos despierta. Seguramente los lectores pensarán que el correuponsid de A H C consiguió encontrar a la actriz en un plato, o en unti sala de fiestas, o en un escenario, o en itmi academia dé baile. Pero no fue así. l. a encontró... en un colegio de monjas de Granada, donde Esperanza Méndez, que sólo tiene dieciséis año cursa el bachillerato y es una colegiala despierta, revoltosa, simpática y bellUima. ¿Estamos ante la joven estrella que necesita el cine español Su figura se ha hecho familiar para millones de españoles, y, romo se dice en los teatros, pasa la batería en este cuso la difícil batería de la pequeña ¡lantatla. A la gente, al español medio, le cae bien Esperanza Méndez; le cae bien, su gracia, m belleza, su risa contagiosa, su juventud y su encanto. Es una promesa que ha conseguido ya el primer y más difícil éxito: gustar a la gente. Nuestro corresponsal en Mátaga hace a continuación una breve semblanza de Esperanza Méndez. Complacemos así a los numerosísimos lectores que deseaban identificar a la estrelln anónima; a poner nombre y apellidos, en fin, a la chica rubia de los anuncios. y su madre, pero nadie sabe cómo se desenvolverá su porvenir. Para lograr el título de azafata ha de conocer perfectamente dos idiomas, además del castellano, por lo que tendrá que trasladarse a Francia, y cuando domine el francés marchará a Inglaterra. Quizá se valga de algún intercambio, pues uno más en una casa de siete, nunca se notaría. Su padre es presidente de la Peña Flamenca de Vélez Málaga y viene dedicando el mayor esfuei- zq en conseguir el dinero necesario para erigir un monumento a Juan Br va. el gran cantaor veleño ya desaparecido, para lo Que en estos momentos en la Caja de Ahorros se exhiben unos cuadros de diferentes pintores, regalados por éstos, para que sean vendidos y contribuir con ello al monumento. Esperanza ha estado en la exposición y le han gustado los cuadros de su paisano Her- nández, pero no puede opinar de la poesía contemporánea aunque sus estudios los realice an la Granada da García Lorca. Sin embargo, nos habla con entusiasmo de Shakespeare, al que admira en ese almacén de conocimientos, s i n clasificar, que le ha proporcionado el bachillerato, continúa 43