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ABC MADRID 09-03-1969 página 3
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ABC MADRID 09-03-1969 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO PRENSA SOCIEDAD M A D POR ESPAÑOLA, ANÓNIMA R I D FUNDADO EN 1906 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ABC REDA CCI 0 N ADMINISTRACIÓN Y T A L LE R E S SERRANO, 6 1- MADRID C OMO llovidos del c i e l o se p o s a r o n los tres helicópteros en plena columnata del Bernini, frente al eficaz y perenne a conferencias y foros gigantesco portón del Vaticano. Dentro desde 1919 cuando menos. Sino otra livenía el presidente de los Estados Uni- mitación apremiante, que por la enormidos con su séquito. Colofón del viaje dad de su dispendio- -decenas de billonorteamericano a Europa. Después de vi- nes de dólares- -provoca el riesgo de sitar Bruselas, Londres, la Roma civil, ahogar el presupuesto de los Estados el muro de Berlín, Bonn, Richard Nixon U n i d o s dejándolo exhausto para las se despedía del viejo mundo dialogando grandes inversiones interiores, el urbacon Pablo VI. Antes, durante un larguí- nismo, los negros, la pobreza, la educasimo coloquio de muchas horas, había ción. El desarrollo de los antimisiles escuchado de labios del general De Gaul- antídoto de la sorpresa nuclear, ha llele lo que su experiencia política y su gado, en efecto, a tales complejidades sentido de la historia le aconsejaban de- técnicas que su costo en espiral desborcir al joven presidente ansioso de cono- da todas las previsiones razonables. La cer más cercanamente al anciano esta- Unión Soviética aborda el mismo probledista que sobrevive a su tiempo y que ma por la otra vertiente de la escalada escudriña ansioso las lineas de un futuro mutua de estos ingenios. Sólo un acuerque la inquietud de los tiempos y la cri- do limitativo puede detener esta locura sis universal hacen dudoso, incierto, pro- presupuestaria que del lado americano llevaría consigo también este delicado y blemático y difícil. ¿Qué ha venido a decir el jefe del Es- grave problema: el de entregar al pentatado americano a los grandes de Occi- gonismo una parte tan importante del dente europeo? Aproximadamente lo si- gasto público que acabaría desequilibranguiente: Voy a dialogar con la Unión do el tradicional campo de fuerzas que Soviética. La condición de nuestros po- hace marchar la democracia estadounideres respectivos es tal que la ausencia dense. Otro de los grandes temas del diálogo de contacto es impensable. Estamos, unos y otros, sujetos al duro engranaje de la, USA- URSS será inevitablemente el del tecnología nuclear. Los pequeños países gigante chino con sus ochocientos millopueden permitirse aún el lujo de mante- nes de seres- -casi el doble que americaner la guerra fría o los incidentes de nos y rusos juntos- -y sus primeras arfrontera. Nosotros, los superpoderes, no. mas nucleares operativas en 1970. ¿Cómo Tenemos que atenernos a la servidumbre apartar del primer plano de las mutuas de la potencia propia que nos atenaza y preocupaciones esta porción de la Huobliga. Y acaso llegar a ciertos acuerdos manidad encerrada en su continente y en en su revolupara impedir el abuso de los poderes su cultura, regimentadapropósitos? Los menores que tratan en su impunidad de ción, expansiva en sus y Moscú pueden, arrastrar a los grandes al supremo holo- intereses de Washington la pocausto. Nixon ha querido, ante todo, por distintas razones, coincidir enningún lítica con Pekín y, en todo caso, tener el gesto abierto y liberal de expo- plan efectivo de paz en el Pacífico y en ner a sus aliados el propósito y de oír el Sudeste asiático puede ser realista sin sobre el particular sus opiniones. Es muy abordar este problema que encierra en sí probable que en Londres, Roma, Bruse- matices variadísimos y, como tantas velas y Bonn le haya acompañado mayo- ces ocurre, contradictorios, pues ya es ritariamente el beneplácito. Es muy po- sabido que la política internacional en sible, también, que De Gaulle haya con- blanco y negro no se da sino en las hisfrontado sus ideas, pues a su juicio el torietas infantiles o en las mentes unieje del entendimiento Occidente- Oriente dimensionales. es un paralelo que pasa también por Pa ¿Medio Oriente? ¿Política monetaria? rís. ¿Buscaba Nixon la solución de un problema europeo? ¿Venía a exhortar a la unidad a los antiguos pueblos de este Continente en que la semilla del nacionalismo sigue encontrando tierra abonada para su proliferación espontánea y exuberante? Yo no creo que el presidente republicano tuviera en la mente propósitos de esta naturaleza, ni siquiera que en su diálogo último con la Unión Soviética sea Europa el centro de sus conversaciones o de sus temas de prioridad. Otras cuestiones absorben el interés de los Estados Unidos de modo preferente. En primer lugar, el desarme. No el deMADRID, 2657802. BARCELONA, 2514223 sarme genérico que sirve de rótulo inVALENCIA. 272826 HELICÓPTEROS EN SAN ¿Berlín? ¿El mismo Víetnam? Seguramente han sido estos temas evocados también por Nixon. Hasta la propia Alianza Atlántica necesitada de un aggiornamiento fue objeto de largo coloquio en Bruselas. Henry Kissinger, el brillante asistente presidencial, no ha ocultado, en sus más recientes trabajos, hasta q u é punto compartía las tesis gaullistas sobre el nuevo contexto europeo. En Europa no hay probabilidad verosímil de guerra caliente por parte de la URSS El riesgo máximo llega hasta el status de Berlín y aun allí, con limitaciones y cautela por parte rusa. Hay preocupaciones soviéticas cuando, por ejemplo, la libertad intelectual- -c orno en Checoslovaquia- -agrieta el monolito dogmático del mito totalitario. Pero no desborda, el acto de fuerza, del ámbito jurisdiccional que congeló el telón de acero hace ya veinte años. Y si el contexto es distinto y los dos grandes van a dialogar, ¿no sería preciso que la voz de Europa como tercera fuerza se escuche, no ya sobre los grandes temas como el desarme, anticohetes o la China de Mao, que nos son excéntricos, sino sobre cómo establecer el día de mañana unas bases nuevas de mutua seguridad entre el Este y el Oeste europeos? Tal es la vieja tesis del general De Gaulle a quien Nixon ha dedicado los más cálidos elogios en su jornada de París, demostrando así su fina agudeza psicológica. Los límites y el uso del poder. He aquí en esencia el problema que tiene planteado el jefe del Estado más poderoso del mundo. La fuerza por sí sola ¿es suficiente para imponer la paz? ¿Para defender una política? Vietnam y Checoslovaquia y el polvorín del Oriente Medio responden elocuentemente a la cuestión. Sin consenso o sin legitimación de poder, aceptada por los demás, no hay estabilidad p o l í t i c a internacional que dure. Precisamente, uno de los libros de Kissinger, A world restored aborda el período post- napoleónico en que la Santa Alianza de los grandes de entonces trató de sentar en Viena las bases que iban a sostener durante cien años el equilibrio europeo, que era, en aquellos años también, el equilibrio del mundo. Ya no hay cultura universal enraizada en la creencia religiosa. Nuestra civilización es técnica, agnóstica, racional y pragmática. Encontrar el denominador común de una legitimación de poder es tarea sobrehumana para ser aceptada por los grandes de hoy. Acaso por ello terminara Nixon su peregrinaje europeo en San Pedro de Roma. Allí donde resonó una voz que al darle la bienvenida repitió con insistencia que el cristianismo es, sobre todo, una fuente perenne de energía moral. José María DE AREILZA SOLECT 1 V ELEVES

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