ABC MADRID 07-03-1969 página 17

CRITICA INFORMACIÓN DE LAS ARTES A LA LUZ DE SEMPERE Por Salvador GIMÉNEZ ABC ENTREVISTAS ERUDICIÓN L AS máquinas son los fecundos mitos de nuestro tiempo. Es de ellos de donde parte, a veces, Eusebia Sempere y son sus datos los que elabora y manipula, creador amenté, en buena parte de su obra más reciente. Para explicar lo que hace y comprobar lo que busca, basta acercarse a los resultados. La vista es la que trabaja. Mala cosa si el arte no se nos impone con su sola presencia y constituye casi siempre un fracaso seguro intentar decir con palabras lo que tiene que ser evidente por si mismo. La mirada de Sempere es de largo alcance. Su ojo es un instrumento inteligente y averiguador con el que profundiza y ensancha et horizonte. Desdé Valencia a Cuenca, donde trabaja, pasando por París y Nueva York, el artista ha recorrido uri largo itinerario. Procede dé Levante rietl- te y aÜi se hizo perito en soles, alumno de la luz, profesor de energía laminosa. Es con algo tan natural como la taz, con luz física, con ese milagro qué entra por la ventana y enciende el sol o con la herencia que nos dejó Edison, con lo que Sempere trabaja. Creo que ha sido el primero que en nuestro país se puso, seriamente, a manejar la realidad lumínica y sus efectos. Desde pequeño, Sempere ha andado por la vida buscando la luz, padeciendo el drama de su limitación y orientándose por sus avisos. Por eso pudo advertir, en seguida, lo que había en él op de posibilidad de investigación y búsqueda, cuando el op aún no se llamaba asi, antes de que recibiera el bautismo neoyorquino y su lanzamiento artístico. Las obras cinéticas de Sempere arrancan de Í 95 S. El pintor tuvo más sombras que claridades en su camino. En París, trabajó aplicadamente, en solitario. Naturalmente, no vendía un cuadro. Poco caso le hicieron. Trabajaba con la luz, la hermana luz, ¡oh maravilla! y tenía fe en lo que hacia. Por eso seguía y sigue. ¿Se puede llamar pintura a su obra? -Creo que no. ha que hago, al menos algunas cosas mías, tienen poco que ver con la pintara. Diría, más bien, que son objetos artísticos. ¿Qué tiene que ver un objeto artístico con una obra de arte? -Pues yo diría que en enante lo que pro- pone un objeto son problemas artísticos, estamos ya ante una obra de arte. Pero entraríamos en un terreno filosófico. Toda obra de arte contiene valores artísticos que entroncan con una tradición a u n o sujetos a innovaciones. Hay unos valores formales y otros que podríamos llamar nuevos que son los creados por el artista. ¿Cómo explicaría lo que diferencia a un objeto artístico del diseño artístico? -El diseño artístico está más sajeto a lo temporal y el mensaje que pudiera contener se descarga por el uso basta dejar de ser interesante. Entramos, sin quererlo, en el gran tema de $i el arte debe ser un lenguaje accesible a todo el mundo, que cualquier persona pueda entender y disfrutar o si la popularización y vulgarización de una obra la hace perder en significación y estoma. No están de acuerdo los sabios. Quizá lo que hoy entendemos por arte sea algo amenazado de desaparición Posiblemente, el único arte viva de nuestros dios sea el cine. A veces pienso que una calle de una ciudad moderna llena de color, de movimiento y expre- sividad, tiene un encanto II una fuerza que ninguna pintura nt escultura puede disputarles Le hago na pregunta muy directa y elemental: ¿Qué es arte? -El arte es te vida misma. -Y ¿no están a punto de inventar el escaparate? -Hombre, algunos artistas hicinios escaparate en Madrid con éxito. Fue una manera de popularizar el arfe contemporáneo. Rebasa los limites de la conversación el problema del arte como patrimonio de naminoría, o del arte seriado al alcance de todos con la obra repetida, objeto de especulación y entrando de lleno en el sistema de la sociedad de consumo. Entre el coleccionista burgués v 2 a reproducción en serie, los sistemas de muttiplex, hay mucha teta por cortar. Estos dios, en Parta, unos grandes Galerías venden obras seriadas de Vassarely y Lepare, con éxito. Quizá n día, ¡as maquinas nos permitan tener un fidelísimo Velázguez. ¿Perderte toteré yeláaquez si se Je