ABC MADRID 05-03-1969 página 118

y poesía, cada día Francisco Rioja (1583- 1659) fue, como su voesfa. hombre eauilibrado y un tanto seco, profundo mas ttn tanto aburrido perfecto pero no demasiado vivo Gran personaje de su época, culto, erudito, canónigo de Sevilla amigo intimo del conde duque de OHvares. Varios de sus poemas aparecen en todas las antologías más por su sabiduría formal Que vor la tuerza interior de su poesía. FRANCISCO RIOJA A ITÁLICA Estos ya, de la edad, canas ruinas. que aparecen en puntas, desiguales, fueron anfiteatro, y son señales apenas de ens fábricas divinas. ¡Oh, a cuan mísero fin, tiempo, destináis obras que nos parecen inmortales! Y temo, y no presumo, que mis mala así a igual fenecer los encaminas. A este barro, que llama endturecíeraj y blando polvo humedecido atara, fcuánto admiró y pisó número humano! Y ya el fausto y la pompa lisonjera de pesadumbre tan ilustre y rara ubre yerba, y silencio, y horror vano. A LA ROSA Pura, encendida rosa, émula de la llama que sale con el día, ¿cómo naces tan llena de alegría, ai sabes que la edad que te da el rieló es apenas un breve y veloz vuelo? Y ni valdrán las puntas de tu rama, j ni púrpura hermosa, a detener un punto la ejecución del hado presurosa. El mismo cerco atado que estoy viendo viente, ya temo amortiguado, presto despojo de la llama ardiente, Para las hojas de tu crespo seno te dio Amor de sus alas blandas pluma y oro de su cabello dio a tu frente, ¡Oh fiel imagen suya peregrinat Bañóte en su color sangre divina de la deidad que dieron las espumas, ¿Y esto, purpúrea flor, esto no pudo hacer menos violento el rayo agudo? Róbate en una hora, róbate silencioso su ardimiento el color y él aliento t tiendes aún no las alas abrasadas, f ya vuelan al suelo desmayadas; tan cerca, tan unida está al morir tu vida, que dudo si en sus lágrimas la aurora, mustia, tu nacimiento o muerte llora. EL EJEMPLO DE SAGUNTO Date en qué ejercitar el sufrimiento f la grandeza de ánimo fortuna, ¿y desmayas así? Ocasión alguna menosprecias: debieras de tormento. ¿Sabes que es infeliee eJ siempre exento de padecer debajo de la luna? ¿Que un mal sufrido, y aspereza nro número da entre dioses y alto asiento? Mira cómo del hierro y la herida la mal derecha vid orna su frente eon verde reste y con purpúrea gloría. Pues la ínclita Sagunto, poar sufrida más qu a sus fuertes muros y a su gente debe a la adversidad su alta memoria.