ABC MADRID 02-03-1969 página 129

A lo largo de sesenta y seis años, el famoso ídolo del muslo- hall ha paaeado por el mundo la graoia y la picardía de la canción francesa. Sus Shows comióos- -arriba- -están llenos de inspiración y de ele ganóla, y a través de ellos se puede hacer la historia del género. Sesenta viajes alrededor del universo musical le han dejado un puñado de souvenlrs premios, condecoraciones, amistades. A la izquierda, el Rey Alfonso Xltl figura en este breve museo Junto a Eisenhower. Chevaller siente adoración por Alfonso XIII, que le salvó durante la I Guerra Mundial. DISCIPLINA UN ARTISTA DEBE RENOVARSE Aún hoy, sigo tratando de lejorar. Hubo un momento que parecía que ya me uedaba muy poco por proar después de una carrera e muchos años y de haber mado parte p r á éticamente n todas sus facetas; p e r o npecé a hacer algo nuevo, or lo menos para mí: interretar p a p e l e s de carácter, onfíeso que fueron los años s que me obligaron a ello, unque obligar probablemenno sea la palabra apropiaa para expresarlo. Es emoionante h a c e r algo nuevo. ecidí convertirme en actor orno antes h a b í a decidido ejar la rutina de los panta nes con rodilleras, porque iempre es posible seguir snerándose. Creo que podría encontrar nuchas otras cosas sobre las lúe pontificar c o m o consecuencia de haber tenido la tuerte de haber llegado a la dad que tengo y del éxito que te alcanzado; pero nada exedería en importancia a esta ecesidad absoluta de una férea disciplina. Parecerá ex- traño que uno piense en la palabra disciplina relacionándola con la alegría y la frivolidad del mundo del espectáculo, pero es un hecho triste que nosotros, más que ninguna otra clase de gente, tenemos que someternos a un a b s o l u t o autodominio. 1 nuestro es un negocio en el que uno no siempre dispone de una segunda oportunidad y la ignominia del f r a caso queda a la vista de todo el mundo. Pero no quiero acabar con una nota triste. No hay mejor profesión que la nuestra en lo que a recompensas se refiere tanto e c o n ó m i c a s cerno personales, en la exaltación del espíritu que produce el hacer reír a otros, el hacerles felices e incluso el hacerles llorar. Somos los que manejamos las emociones en este mundo, y la verdad es que éste sería un triste lugar si nosotros no estuviéramos aquí p a r a animarlo y para mostrar el camino que conduce a los momentos felices. Nuestro constante afán de perfección es una de las maneras de ayudar a hacer un mucho más perfecto.