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ABC MADRID 02-03-1969 página 111
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ABC MADRID 02-03-1969 página 111

  • EdiciónABC, MADRID
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hasta las diez o hasta moche y siempre enconimos una cama y una da- -asi me ocurrió en slavia- pero él estaba re dominado por su nead de sentirse seguro. entí y en seguida traté de cambiar de tema. Yo había llegado a Mátala ese día a las dos de la tarde y lo primero que hice fue inscribirme en una cosa que alegremente se titulaba hotel, y solamente entonces salí para emprender mi trabajo. TES QUE NADIE PUEDA REHACER LA CIEDAD, TIENE QUE REHACERSE A SI MISMO joven llamado Wayne oord, calmoso, de cábese uro, quemado por el de veinticuatro años de vino en mi ayuda. (Sudía siguiente que había do dos desoladores años Afganistán con el Peace y, en lugar de volver orteamérica ¡nmediatate, prefirió dar una vuelor esos mundos por altiempo. Wayne habló ¡desámente: Yo d e j é jais para averiguar cuá ¡ran mis méritos, y poren una cueva no hay un isor rugiendo en la puere al lado. Me preocupa eamérica, me preocupa enfermarme. Llevo ya años fuera de allí y me contado muchas cosas. por una muchacha de o que los Estados Un ¡se han convertido en un do policía. ¿Puede ser ad eso? No lo sé. Lo úni ue sé es que antes de nadie pueda rehacer la ¡dad tiene que rehacerse mismo e pronto, como ocurre en película del Oeste cuanun puñetazo hace saltar reyerta en todo el sa todo el mundo estaba hablando- -a mí, contra mí, a su camarada, a nadie- Un joven de Seattle, con cara de niño, llamado Jim, se quejaba de que los norteamericanos, en su país, todavía están buscando a los comunistas debajo de la cama otro ridiculizaba la carrera hacia la Luna; otros dos discutían sobre si era o no necesario graduarse. Uno de ellos me dirigió una pregunta: ¿Por qué lian uno que ir a la Universidad? Yo farfullé algo acerca de la necesidad de seguir adelante. En seguida me llevó la contraria: Pero, ¿por qué hay que seguir adelante Y como él había pronunciado la palabra adelante como si estuviera diciendo cáncer, no supe qué responderle. Si estuviera usted en mi lugar, ¿regresaría? me preguntó. No lo sé le respondí. Realmente no lo sabía. Yo estaba cansado ya y ahito de aquella conversación, y me excusé para marcharme. Dejé tras de mí un murmullo; pero uno de los jóvenes me siguió por la playa. ¡Somos computadores humanos exclamó. Me escapé y traté de dormir. SS MEJOR HUIR Y VIVIR EN UNA CUEVA RETAR EL MODO DE VIDA AMERICANO? stuve pensando en esas éctas criaturas- máquina idas para vivir en buenas casas, educadas en escuelas de aluminio y cristal, examinadas mediante tar- continúa El éxodo de la Juventud se produos, según un muohaoho de Los Angeles, para purlfloar la mente Creta, a mellas oon el alienólo y las ouevas, es la meta de la nueva idissa. De arriba a abajo, el friso gráfico muestra a ina muohaoha Inglesa, Bryong Oralg, de veintiún años, iue vagabundea oon varios jóvenes norteamericanos, bailando una dansa de Zorba Los olientes del pequeño café de Malata miran Indiferentes. Qeorge Kottler, de Augusta, en si Estado de Mayne, escribe oon yeso en su malsta el punto de destino- Esparta mientras su oompañero, Pam Prloa, de San Franoisoo, hace la señal la auto- stop para salir de París. La noticia del asesinato de Robsrt Kennedy apenas atrae la atanolón de los lóvenes que dlsouten sobre la violencia. En la azotea de un hotel de Estambul, el alma extraviada sueña y te procura su breva pero nociva dosis de felicidad artliolal. Ua a v e n t u r a es peligrosa, y el final e s t á eroa. Es el saldo triste de la Juventud desorientada.

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