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ABC MADRID 31-01-1969 página 23
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ABC MADRID 31-01-1969 página 23

  • EdiciónABC, MADRID
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V I E R N E S 31 DE E N E R O DE 1969. EDICIÓN PE LA MAÑANA, PAG. 23. ficio. Se comprende que no resolte poner de acuerdo dos posturas destinadas ABC EN BRUSELAS a llegar a situaciones tan distintas. Naturalmente, nadie sabe todavía qué fórmula podrá reunir el acuerdo de todo los miembros del Mercado Común, teniendo en cuenta, además, que el capítulo agrícola de los proyectados arreglos es una empresa de extremada dificultad, como lo es siempre cualquier operación de comercio agrícola, y que, lógicamente, el nivel de beneficios arancelarios concedidos a loa productos industriales estará en función dfl las ventajas que consigan los campesinos Los españoles podríamos correr el peligro de vernos mezclados en una nego- europeos sobre los mercados consumidores de Inglaterra. Por eso resulta muy difícil ciación interminable y ajena a nuestros intereses calcular el nivel de desarme aduanero que encerrarán los arreglos, cuando se firmen Bruselas 30. (Crónica telefónica de nues- todos los productos industriales originarios algún día. Y ahora es cuando conviene hatro redactor, enviado especial. El pro- de los cuatro países solicitantes que han blar de España. blema de la ampliación de la Comunidad, sido objeto de una rebaja en la negociaA nosotros lo que nos interesa es liquidar es decir, de la admisión de nuevos miem- ción Kennedy, sufrirían una disminución nuestra negociación lo antes posible en sus bros al hermético Club de los Seis viene del 60 por 100 al entrar en el Mercado términos actuales o ligeramente variados, arrastrando desde hace seis años, con di- Común, mientras con la fórmula francesa resolviendo nuestro p r o p i o problema, al versas presentaciones, el mismo balance apenas alcanzarían la mitad de este bene- margen de la complicadísima negociación negativo que abrió con su famoso veto de enero de 1983 el general De Gaulle, y que no se desmontará mientras el palacio presidencial francés no cambie de inquilino. Todos los intentos de armonizar los puntos de vista de los cinco miembros partidarios del ingreso de Inglaterra con los del solitario país opuesto a su admisión no han tenido mejor suerte que la vieja pretensión inglesa de ingreso directo. Las habilidades han tenido tan mala fortuna como los antiguos choques frontales. Como nadie creé en Bruselas que el general De GauIJe pretenda reclamar de los electores en 1972 la renovación de su mandato septenal, todos los cálculos se hacen con la vista puesta en dicha fecha, que, sin duda alguna, modificará el clima de malestar existente actualmente en una Comunidad nada comunitaria, donde cinco países están en desacuerdo casi permanente con uno solo. Por eso los arreglos comerciales con los países solicitantes, que los alemanes propusieron como fórmula intermedia entre el ingreso y la ruptura, tenían la intención de cubrir esta fase de tiempo sin p e r d e r l o enteramente. Los acuerdos comerciales debían cubrir el período 1969- 1972 con su modesto contenido, pero también con la esperanza de su transformación, asegurada en un ingreso posterior con todos los honores. Pero ni siquiera eso parece posible. Francia acepta naturalmente que se pacten determinados arreglos comerciales con los cuatro países aspirantes al ingreso- -Inglaterra, Dinamarca, Irlanda y Noruega- pero se niega a admitir que puedan constituir una fase incial del proceso de la definitiva integración. Para el gaullismo, el acuerdo comercial debe constituir un fin en si mismo, sin complicarlo con promesas ulteriores que destiñan sobre ellos el menor Nuestros Departamentos le ofrecen: contenido político. La negativa a la ampliación de la Comunidad sigue siendo tan Surtidos renovados. enérgica como en 1963. Todo esto, en el sector político. Pero tampoco en el comercial la posición franLa alta calidad de siempre. cesa se acerca a la alemana, aunque los arreglos se presentasen de aparente acuerY ofertas del máximo interés. do entre los dos países, puesto que los alemanes desean alcanzar una rebaja aduanera muy superior a la qué avanzan los franceses, con lo cual se pone en evidencia una vez más que las relaciones entre Francia y Alemania, unidas teóricamente por un pacto especial, tienen muy poco de confiadas en los momentos presentes. La diferencia es importante, y los españoles, como veremos después, tenemos un gran interés en conocerla, porque podrían darse ciertas m a l a s influencias de estos acuerdos sobre nuestras negociaciones. En principio, los alemanes quieren aue las rebajas aduaneras de un 30 por 100 que los miembros del Mercado Común concediesen a los ingleses, noruegos, daneses e irlandeses se contasen a partir de los derechos actualmente en vigor, mientras los franceses pretenden que la misma rebaja del 30 por 100 se considere a partir de los derechos aduaneros resultantes de las rebajas concedidas en la Kennedy Round, con lo cual, y siendo la base menor, también la incidencia del porcentaje de beneficio será más pequeña. El 30 por 100 de una cosa chica tiene que ser. lógicamente, menor que el de una cosa grande, diría con toda razón nuestro cazurro Pero Grullo. PRECIADOS, 3- GOYA, 76 En la práctica, con la fórmula alemana. ABC. CÍA SOBRE ELCONTENIDO DE LOS ARREGLOS COMERCIALES OFRECIDOS A INGLATERRA SEENERO la más gigantesca promoción comercial del año. ES UNDÍA PARA AHORRAR PARA ECONOMIZAR, PARA REALIZAR SUS MEJORES COMPRAS.

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