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ABC MADRID 22-01-1969 página 13
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ABC MADRID 22-01-1969 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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LCAKTARA es una de las localidades más representativas de Extremadura. En ella se enlazan lo monumental y lo histórico con la íuerza de evocación y arte que le dan su grandioso puente romano, el recuerdo de la famosa oráeu militar de su nombre y el haber sido cuna de San Pedro de Alcántara. Sobre el caudaloso Tajo, que allí corre encajonado en honda zanja, entre abruptos y pintorescos riveros, se alza la mole de enormes sillares graníticos del aludido puente, el más importante del mundo entre los de su género y época. Fue construido en tiempos de Trajano y lo remata un arco de triunfo. Son tan grandiosas sus proporciones, que sus ojos centrales son tan anchos como la madrileña Gran Vía, con una altura en la que cabe el edificio de la Telefónica. La Orden Militar de Alcántara escribió capítulos gloriosos de la historia de Extremadura y de España, dejando en esta su sede monumento tan importante como el Conventual de San Benito, edificio con exteriores que decora primorosa labra del Renacimiento, claustro gótico y templo de tres naves con desbordada y finísima ornamentación plateresca. Aquí, en bellísimo sepulcro, está enterrado el gobernador de las Indias fray Nicolás de Ovando, que fue comendador mayor de la orden. Recuerdo que la noble Milicia es también la vieja parroquia de Santa María de Almocobar, que tiene elementos románicos y góticos, y que conserva tablas del Divino Morales. Una pequeña iglesia ocupa hoy el solar en que naciera San Pedro de Alcántara, el gran asceta reformador de los franciscanos, que escuchó consultas espirituales de Santa Teresa y de Carlos V. La casa solariega del hermano del Santo, el historiador Barrantes Maldonado, con otras numerosas mansiones blasonadas, conventos, murallas y una de sus puertas, completan la monumentalidad de Alcántara. Todo esto es lo importante y conocido; pero junto a ello hay datos curiosos y olvidados, como el de las golondrinas, que es realmente pintoresco y fue incluso recogido por Gil González Dávila y comentado en el siglo XVH 1 por el marqués de Valdeflores en un manuscrito de curiosidades extremeñas, que se guarda en la Real Academia de la Historia. El suceso se dice ocurrido en tiempos del obispo don García de Galarza, gran procer y amigo íntimo de Felipe II, que rigió la diócesis de Coria, a la que Alcántara pertenece desde 1579. He aquí cómo lo cuenta un viejo texto: En este mismo tiempo sucedió en la iglesia mayor de esta villa que entraban en ella muchas golondrinas, que ensuciaban los altares y con su canto eran molestas en los oficios divinos. Su arcipreste, el protonoario D. Jorge de Quirós tenía la jurisdicción eclesiástica; procedió contra ellas con censuras, declarándolas por descomulgadas si entraban más en la iglesia: al punto obedecieron las censuras y desde aquella hora ¡hasta los años ¡presentes no han entrado más en ella. Con escéptica ironía, el viajero comentarista de dos siglos después, dice: Parece que las golondrinas destos tiempos no tienen noticias de estas censuras, porque entran y salen en la iglesia como en otra qualquiera parte. Este episodio de las golondrinas, nimio pero curioso, pone un matiz pintoresco en las evocaciones solemnes que Alcántara simboliza con su puente, su Orden Militar y su Santo. A LAS GOLONDRINAS DE ALCÁNTARA Iglesia conventual de Alcántara EL CONDE DE CANILLEROS

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