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ABC MADRID 19-01-1969 página 11
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ABC MADRID 19-01-1969 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
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NIXON SE BASTA A SI MISMO UANDO Richard Nixon designó al oscuro gobernador de Maryland, Spiro Agnew, como su acompañante en la carrera hacia la presidencia en calidad de vicepresidente, hubo extrañeza que nadie intentaba ocultar. Nadie conocía a Agnew, de origen griego, y el número de sus ex compatriotas- -o así- -son diez veces menos numerosos aue los polacos, que, mediante Muskie, ex gobernador de Maine y senador por el mismo Estado, acompañaban, por lo menos teóricamente, a Hubert Humphrey. El running mate del candidato republicano se mostraba tan poco hábil en la campaña electoral que los magos predecían el fracaso de Nixon. Ya sabemos que se equivocaban, aunque no de un modo convincente; Nixon fue elegido, si bien con una ligera mayoría apenas mayor de la kennedyana, ocho años antes. No era posible compararla con la aplastante de Johnson, en 1964, frente a Goldwater, por la simple razón de que muchos millones de ciudadanos habían sucumbido ante la terrible perspectiva de una guerra en el Vietnam del Sur, que con el candidato republicano de la derecha les parecía inevitable, y con Johnson imposible. Si hubiesen previsto la realidad... pero ya sabemos que la repetición de las mismas frases e idénticas acusaciones llegan a impresionar a las masas. 1 senador por Arizona (ha vuelto a serlo en noviembre pasado) fue víctima de una propaganda falaz que en nada ha favorecido la reputación de los Estados Unidos; no ha ahorrado vidas ni dólares, y, lo que es peor aún, tampoco ha traído una solución favorable al salvaje conflicto armado. C WH. LIANI P. ROGERS Secretario de Estado MELVIN R. L. AIRD Secretario de Defensa kefeller. El nuevo morador de la Casa Blanca no ha buscado la cooperación de algún que otro demócrata razonable, ni de técnicos fuera de su partido. Todos son republicanos; sin embargo no están en su puesto por la fuerza de que disponen dentro del organismo, sino por la voluntad del nuevo jefe. No olvidemos que el presidente de los Estados Unidos dispone de mayores facultades que un rey; efectivamente nombra y separa a sus colaboradores, que no dependen, en absoluto, de las dos Cámaras, ni pueden pertenecer a ellas. Son los cola- Doradores del jefe de la Unión, y ni siquiera se les llama ministros, s i n o secretarios. Mr. Secretary es el único tratamiento correcto. El Congreso, o ¡Parlamento, puede votar contra un proyecto de ley, pero le es imposible derribar al Gobierno, cuyo único jefe es el presidente de la Repúbííca, y ni siquiera a un secretario separadamente. ¿Cuántos monarcas gozan de parecido privilegio? i Andrés REVESZ no saben que Kennedy es uno de los más corrientes, sobre todo entre los policías de Nueva York. Los Kennedy suelen ser católicos, por su origen irlandés, pero el nuevo secretario del Tesoro, David, es mormón (como Romney) y es de Utah, de la Ciudad del Lago Salado, región que los primitivos mormones alcanzaron en j u n i o de 1847, bajo el caudillaje de Brigham Young, suEn la campaña electoral, Díck Nixon cesor del fundador de la extraña religión, no necesitaba brillantes colaboradores para Joseph Smith, asesinado con su hermano alcanzar la mayor ambición de su exis- mayor. En fin, David Kennedy nada tiene tencia, y una vez presidente electo, tam- que ver con la poderosa familia de Boston. Dick Nixon se basta a si mismo... No poco estimaba que tuviera que rodearse de personajes de gran relieve. Uno de necesita- -estima, -un brillante e q u i p o A ellos, el mas conocido, su rival más peli- éste no le pide sino competencia, trabajo, groso para la designación, o sea: Nelson seriedad, buen sentido y obediencia. En Rockefeller fue rápidamente e 1 i ni inado ningún comentario norteamericano figura por Nixon, y sustituido para la Cartera de el adjetivo brillante ni nada parecido. Ste Estado por un desconocido para el pú- habla de los miembros del Gabinete como blico que se llama William Rogers. Acaso de personas de mediana edad, de la clase jamás se había visto un equipo menos media, de posición céntrica, alejados del brillante que el de Nixon. Se diría que radicalismo d e r e c hista le Goldwater, lo seguía el ejemplo dado por John Kennedy, mismo que del relativo liberalismo de Rocquien prescindió voluntariamente de Adlai Stevenson, porque preveía que éste sería menos obediente que el modesto, aunque bastante eficaz, Dean Rusk. Lo que le pasó a Kennedy con Stevenson, dos veces candidato demócrata a la presidencia, Nixon lo ha hecho con todos los secretarios, o ministros. ¿Cuántas personas conocían en el extranjero, e incluso dentro de los mismos Estados Unidos, los nombres de William Rogers, Melvin Laird, Robert Finch, etc. El único que no era extraño al conocimiento de los ciudadanos es George Romney, gobernador del Estado industrial de Michigan y uno de los jefes de la Iglesia de los mormones. Intentó presentar su candidatura a la presidencia, pero al enterarse del sorprendente éxito de Eugene McCarthy en las elecciones de tanteo en el Estado norteño de Nuevo Hampshire, se retiró de la lucha que hubiera sido costosa, sin la menor perspectiva de buen resultado. Nixon tuvo realmente suerte: primero la renuncia de Romney; luego la sorprendente retirada de Johnson, igualmente por Nuevo Hampshire; luego el asesinato de Robert Kennedy, y las vacilaciones de Rockefeller... Muchos europeos verán con alguna sorpresa el apellido KenDAVID Ni. KENNEDY nedy entre los colaboradores de Nixon; Secretario del Tesoro ROBERT H. FINCH Secretario de Salud, Educación y Bienestar

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