ABC MADRID 18-01-1969 página 92
- EdiciónABC, MADRID
- Página92
- Fecha de publicación18/01/1969
- ID0000878417
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y poesía, cada día CESAR GONZÁLEZ- RUANO La incomparable pluma periodística de César González- Ruano oscureció- -ante la lama pública- -el interesante poeta que era. No fueron, sin embargo, pocos sus libros de poemas, llenos en muchos casos de grandes hallazgos. Buceó poéticamente en muchas direcciones- -desde un gracioso ultraísmo hasta un equilibrio clásico, pasando por un superrealismo contenido- -y en todas ellas hizo brillar su agudeza inventiva y sus grandes preocupaciones- -el amor y la muerte- Sus obras poéticas más maduras son Aún (1934) Ángel en llamas (1941) y Vía áurea (1944) Había nacido en 1903 y murió en 1966. NO SE LO DIGAS A NADIE Déjame esta noche estar en tus ojos. Dormirme en ellos, soñarme. Mañana por la mañana ¡nadie quiera despertarme! (No se lo digas a nadie. Quiero quedarme en tus ojos, quedarme en ellos, quedarme. Hacerte daño en los ojos y que tengas que llorarme. (No se lo digas a nadie. Quiero mirarme en tus ojos, morirme como un cobarde. Te enseñé a mirar las cosas... Aprende sola a enterrarme. (No se lo digas a nadie. SOBRE QUIEN ERA AQUEL QUE DIJO... Alguien, cuando pase el tiempó y encuentre mi calavera, el tiro que no me ha dado buscará en la sien entera. Y en las cuencas de mis 0303 querrá adivinar tal vez lo que vi... cuando veía y que yo nunca miré. A ese piadoso erudito que busque eü paso borrado- ¡un débil paso terreno! de la vida de un cansado de sí mismo, quiero dar esta confesión tardía resuelta en un epitafio, pues que puedo todavía. Vino, venció. Fue vencido n lo que quiso vencer. Escribió, y en el tintero dejó lo que quiso hacer por hacer lo que quisieron Y se fue. ANUNCIACIÓN Por esquinas del aire mal dormido nubes con intención de telegramas algodón inflamado por las llamas de un día apenas en la luz crecido. Herida va una vos, casi gemido, buscando a San Gabriel entre las camas y el nardo ya lo sabe y las retamas y él topo que sin verlo lo ha creído. Pisando tiernos rizos de madera San Gabriel presuroso como el día trae un clamor sin sobre entre las manos, y en Roma no sospechan los romanos que una palma de sol rubia y entera se borda sobre el vientre de María.