ABC MADRID 05-01-1969 página 102

mostró de manera ¡irrefutable que en Yalta los rusos y los anglosajones no se repartieron Europa. La política de Roosevelt era, por el contrario, mantener la alianza forjada durante la guerra entre los E s t a d o s Unidos y la U. R. S. S. Su esperanza se dirigía hacia esas. Naciones Unidas donde las grandes potencias se habían condenado a actuar juntas al concederse el derecho de veto. La política de bloques no fue querida por los hombres responsables de Occidente. Le fue impuesta por la política estaliniana, por las conquistas territoriales de la U. R. S. S. por el establecimiento de ios gobiernos satélites en Europa oriental, en Europa central y en los Balcanes, por la negativa a cooperar en el marco del Plan Marshall y por e! abuso de! derecho de veto en fas Naciones Unidas. DE GAULLE Y SU POLÍTICA DESINTEGRACIONISTA DE LA A L I A N Z A ATLÁNTICA La obligación de resistir mediante la unidad a la política soviética no fue discutida entonces por el genera ¡De Gaulle. Tampoco lo ha sido cuando De Gaulle volvió al poder. ¿Por qué no se publica el texto íntegro del memorándum que el genera! envió ai presidente Eisenhower y al primer ministro, Macmillan, en septiembre de 1958, en el que, después de realizar un correcto análisis de las insuficiencias de la O. T. A. N. ofrecía a sus dos interlocutores la constitución de un triunvirato q u e resolvería, en nombre de Occidente, los problemas que se planteaban no sólo en el área geográfica del Tratado de Washington, sino también en el mundo entero? Se vería entonces que De Gaulle sólo es adversario de los bloques en la medida en que se le niega en el campo occidental la posición privilegiada que reclama. No habiendo obtenido lo que pedía, comenzó su política tendente a la desintegración de la Alianza Atlántica. PRAVDA NINGÚN PAÍS COMUNISTA TIENE EL DERECHO DE DEFENDER SU SOBERANÍA CONTRA LA U. R. S. S. L o s acontecimientos de Checoslovaquia no tienen su causa ni en la conferencia de Yalta ni en la política de bloques. La tienen en la doctrina comunista y en el im- perialismo soviético. ¿Puede dudarse después de que Gromyko declaró a las Naciones Unidas: Los estados socialistas no pueden aceptar ni aceptarán una situación en ¡a que los intereses vitales del socialismo pudieran ser puestos de nuevo en tela de juicio, ni un atentado a ¡a 6