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ABC MADRID 22-03-1968 página 3
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ABC MADRID 22-03-1968 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO PRENSA SOCIEDAD POR ESPAÑOLA, ANÓNIMA M D R I D DIARIO FUNDADO ABC EN 1905 POR DON TORCUATO R E D AC C 1 0 N ADMINISTR A CI 0 N y DE TALL E RE N 0 s SERRA TENA 6! i LUCA STA de moda el p l a n t e a miento p o 1 émico de una dualidad entre los tecnócraias y los políti- dencia y tomó parte activa en las bacos. Proponer esto así, como enfrenta- rricadas de París. Se trataba de una liiriento o perplejidad, me parece un tanto bertad tan teórica que resultaba interartificioso. La pregunta ¿técnicos o polí- cambiable, y lo mismo podía defenderse ticos? no tiene demasiado sentido, por- en un país que en otro. Quizá los últique el político, al fin y al cabo, lo que es mos escritores que fueron a una guerra es el técnico de la política por unos objetivos ideológicos fueron Lo que sí ocurre es que los políticos los que acudieron a la guerra civil espavivieron un par de siglos últimos ma- ñola, casi todos en la zona roja. Aunque, nejando una técnica que era ñor una una vez en nuestra tierra, parece que punta, técnica jurídica y doctrinal- -di- lo que más les interesó fue la violenvisión de poderes, soberanía nacional, cia por sí misma, la guerra como especfórmulas electorales, representación- táculo, malestar y crisis. Luego Hemingy por la otra, técnica operativa e instru- way confesaba ya claramente que la viomental que trataba de superponer a lencia como tal le atraía, y que le imuna doctrina una picaresca- -caciquismo, portaba menos por quién doblan las pucherazo- -para limar las aristas doc- campanas Viene a ser como el que se trinales y almohadillar sus absolutismos mete en una iglesia y asiste a un funeral sin saber quién es el difunto, porjurídicos. Pero ahora estamos asistiendo a la que lo que le interesa, por sí mismo, es aparición de un distinto rumbo de la el funeral. política considerada como técnica. Casi Lo mismo podría decirse de la novepuede decirse que gran número de je- lística surgida en torno a la guerra munfes y conductores políticos de la actua- dial o a la nuestra. Ninguna ha sido lidad, lo que escriben o elaboran es la exaltación de un ideal determinado que técnica de la violencia. En el siglo pa- justificara la sangre. Han sido las nosado y en los principio de éste hubo velas de la sangre misma, como horror esa técnica que dije, para falsificar o y atrocidad. Son novelas contra la gueamortiguar el Derecho Político; ahora rra, más que de la guerra. En realidad parece que se trata, redondamente, de los tipperary o madelones d e la una técnica para cargárselo de una vez. guerra del catorce fueron las últimas Regís Debray ha escrito un libro sus- canciones del entusiasmo bélico; e n tancioso que se llama Revolución en ellas, como en un motor que se para, la Revolución Las violencias revolu- produjo el romancero sus últimas excionarias, como las marrullerías maquia- plosiones. vélicas o las picarescas electorales, eran Ahora lo que se ha considerado va unos planteamientos puramente prácti- lor traspasable de unos a otros- -como ancos y casi vergonzantes para conseguir tes los objetivos abstractos- -es la técniunos fines pragmáticos. Pero ahora lo ca de esa otra revolución surgida, coque escriben los conductores políticos mo un parásito, dentro de la revolución: es la técnica de la revolución misma, el reglamento concreto del golpe de Esanterior al relleno ideológico que se le tado, la lucha callejera, o la guerrilla. vaya a meter dentro. Desde que Sorel es- Todo eso está en la linea empírica que cribió sus Reflexiones sobre la violen- presiona la actual producción literaria. cia ese tema instrumental ha sido co- Lo ordinario es que, estadísticamente, mo el eje de muchos planteamientos po- arrojen mayor demanda que las obras líticos. La doctrina de Fidel Castro es una de creación los libros sobre objetivos exposición detallista de la técnica de concretos: para construir en casa una la lucha de guerrillas. La doctrina de Mao radio de pilas; para prepararse para cuales, en buena parte, el desarrollo de la técnica, no menos minuciosa, del pueblo en armas Como la de Lenin fue la técnica de la lucha en la calle y de la constitución de los soviets como minoría actuante frente a las demoras doctrinarias de Trotsky. Como- -por otro lado- -Curzio Malaparte explanaba la técnica del golpe de Estado pero del golpe por sí mismo, sin clara determinación de lo que hubiera de ser golTEMPORADA peado. DE Hasta principios de este siglo, lo que i n t e r e s a b a absorbentemente eran los PRIMAVERA ideales abstractos. Byron se fue a Grecia para luchar por la libertad. Espronceda estuvo apuntado en lista para irse a Polonia a guerrear por su indepen- E DE LA VIOLENCIA quier carrerita corta. Algo así le ocurre a los libros políticos. Los que se venden profusamente por el mundo son los manuales para la organización de la violencia, que casi se podrían titular modo de reclutar un maquis modo de volcar tranvías manera de desenfilarse de las esquinas etc. etc. Y lo gracioso es que todo esto, que parece tan empírico, ha tenido su raíz en lo más intelectualista y teórico que produjo el siglo pasado: el hegelianismo que, predicando ese zigzag de borracho teorizante con la tesis, la antítesis y la síntesis, explanó, a través de Marx, la idea paradójica y confusa de que poner muy mal las cosas es un modo de que luego se pongan bien. La dialéctica de la catástrofe se revela hasta en la fraseología. Una vez en Quito, desde un restaurante ya en el campo, me hicieron ver por los prismáticos a unos obreros que sobre la cumbre de uno de los cinco volcanes que rodean la ciudad se ocupaban de abrir una boca de emergencia para evitar las erupciones. Estos hombres, literalmente, estaban sobre un volcán pero estaban del único modo civilizado que se puede estar, haciéndole esta especie de traqueotomía salvadora; no esperando a que ocurriera la catástrofe y aplazando la esperanza para la posterior reconstrucción. Es como cuando se dice casi con dialéctico gozo catastrófico: estamos en un callejón sin salida No creo q u e existan, de verdad, callejones sin salida. Todo callejón tiene una salida, que es e! sitio donde se ha entrado. Retrocediendo a la entrada se sale de todo callejón. Pero ocurre que el verbo retroceder no es de recibo para la psicología revolucionaria. Uno llega a pensar, a veces, si el tipo humano que sustituirá al Pierre Garine, el héroe violento de ¡Malraux, será el de esa juventud cada día creciente que no parece dispuesta a ser reclutada- -aunque sólo sea porque los soldados tienen que pelarse- -y que anticipa un cierto ascetismo de renuncia social al hacer camping o auto- stop con un maletín y una muda de camisa. Pero me temo que toda esa posición de apariencia tan pacifista esté nutrida por una violenta parcialidad. Como esas manifestaciones pacifistas contra la guerra de Vietnam, de las que ya dije que llevan la bandera de los Estados Unidos para quemarla, sin comprender que si se manifiestan, de verdad, por la paz, tendrían que llevar también para que la acompapañara en la hoguera la bandera norvietnatnita. No se es de verdad pacifista mientras no se queman dos banderas. Lo otro es ser pacifista de la mitad de la guerra. José María PEMAN De Ut Real Academia Esvañola

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