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ABC MADRID 26-03-1967 página 75
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ABC MADRID 26-03-1967 página 75

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. D O M I N G O 26 DE E 1967. KDICff PE 1 LA PAG. 75 uiio mismo en menos El Aaiun. (Crónica que cantaba un frailo. de nuestro enviado especial. Debo dePorque ésta es otra. cir que muchos treA fuerza de parecer una chos del Sahara no Y oches. -La voz que clama en el desierta- -Un cuento l a s me han sorprendido demasiado. Para exsu falta de puntos de El espejisiao que resultó plicarlo debidamente r e í e r e n c i a la deshabrá que tener en orientación en el Sahara puede ser mortal de necesidad. Se ad cuenta que no es siempre el desierto como tarse a los tiei, en que no habfc npes a echa a andar y se llega a otra soledad sale en las películas y las novelas. Es ver- de nada. Antei p oes a u e las factoría d dad que hay dunas, y arenales, y sirocos queras de los lencos saharianos t u í igual, y a otra, y a otra. Eso, durante la poca andadura que da de si un mundo sin tremendos. Pero eso es tan sólo una parte peso en el ir yel v e n u Cuando el J a a agua y abrumado por el sol. Pronto emde la verdad. Y como no hay mentira ma- ra era tan sol, J a m o r e n a espalda d e l a a Ias piezan a verse huesos blanquecinos, mienyor que una verdad dicha a medias, habrá defensa canaris s i e m P re expuesta tras en lo alto buitres y cuervos trazan que añadir inmediatamente que también E s t a f u e l a nmelentos círculos. Y así se ve llegar el fin hay pedregales inmensos que recuerdan ro en el desiít 0. Y de todo. Esto que puede pasar hoy en cualmucho a algunas de nuestras zonas estepaa fue quier momento, a finales del pasado siglo ello no se rias, aunque, eso sí, con mucho mejor debía de ser cien veces peor por el mal clima. i uc codicia, puesto? bia tener en los medios de mal podía darsfe éste donde nada h t a s- arregloyque podríaasí como de comunicaPorque ésta es otra. Resulta que el tes busca rebusca, Tan es así e t o q n e el lector de rrible desierto de los tremendos soles es 6 ción, para tales intentos. Fues bien, en eso para tales intentos. Pues bien, en eso verdad en las inmensidades del interior h e i l e o n o tna d o que ni una V? don, crónicas habrá A, taiin sola Pero en los días de invierno de rana m a d 6 n ellas un equivocado gZ es en lo que se metieron los cuatro aballecostera es suave, grato y sanísimo. Hay S S E J L M J común en los m a n o T encuna les salió bien el u e g te asunto. que abrigarse discretamente, así como en fieren al que se Tan bien les salió que llegaron hasta las Sh buenas. Algunas veces, mucho frío. decidido someter- TM rios de grandeza, Tampoco es verdad lo de la monotonía. va desde Blanco- -jucoas y demás adornos lo queTammar, lo cabo suponía hasta El desierto cambia constantemente. Y Adrar cual el domidesde las dunas y pedregales que antes bales que c o n f i n a n la idea del colon nio de la bahía del Galgo y con ella la citábamos, hasta el fantástico mundo de lismo? Todo esg aplicado a España, my seguridad de nuestras aspiraciones. No ñas pasa de 4 er rm c u e n t o de las mi? las montañas petrificadas en el horizonuna noches. T verdad es muy otra. creo que sea necesario insistir en el cate, hay todo un paraíso de matices, en y La verdad t s g u e i a primera presei ¿al rácter pacíficono conciliatorio de la expedonde tanto juega el calor como las fordición, pues cabe adjudicar las etimas. Lo que ocurre es que se pasa de española a m a p o r U n título toen quetas de la violencia y de la invasión a esta determinatfla p o r la compra que founos a otros tan lentamente que no se sólo cuatro hombres, por muy de pelo en perciben cambios de ninguna clase hasta 1881 hizo la so e i e d a d Pesquerías CanatMa pecho que fueran. S e ahí lo que debió doAfricanas a loj, notables saharauies de V lerles la contrapartida de su éxito. Porque que nos sumergimos en una nueva semblanza. Es decir, que las sorpresas ope- peninsula de I o d e O ro con fines estrie ¡tan flojo debía de ser aquel Gobierno, y ran más sobre la reciente memoria que tamente come c i a l e S j y a q u e m bjefeí tan echado solo a perder andaría, que no sobre un normal y holgado presente, fren- consistía en n teB 1 er que volver con se atrevió ni siquiera a formular la declate al que hay que situarse con un punto pesca hecha h a s j canarias. Con Iguaf. ración colonial consiguiente sobre los 1 objetivo se est biece después, con nuevos territorios. Y no andaba muy desde nostalgia en los ojos. Política del hecho consumado podría llamarse a esos sus factorías, laf Compañía Mercantil His, trances del alma en vuelo vivo. Pero yo pano- Africana. y gói 0 C l i a n d o e i inglés prefiero relacionarlo con las variaciones Mackenzie se ¿estableció en cabo Juby, paredes. de todo lance de amor. Porque más tiene pensando extenderse hasta Río de Oro, fue an parte de lo que ya que ver con todo ello cuanto queda dicho cuando tí Gobierno español se decidió a llegamos al Tratado de sobre la lentitud en las mutaciones, la una ocupación militar, a la que se habla desde el Tratado- sorpresa ante los frescos y lozanos re- venido negan $0 n o p a r a afectar ninguna día. Hoy he querido conquista, sp p a r a salvaguardar los decuerdos y, sobre todo, ese punto de misns h a b l a r e m J p rechos legítimos adquiridos por unos esteriosa nostalgia que deja al presente de de por meindicativo levemente ensimismado. El yo panoles que Coincidían con los intereses referirme tan s o l o M U i o s cuentos, insoy se tifie un poco de yo era el yo nacionales en cuanto a la defensa de las Historia, cuando h a y H H noches dio, supera con facilidaJn estoy tiene algunas gotas de yo estaba Canarias. luyendo los de Las mil y el yo deseo se nubla de yo deseaba Esto no gajtó a Francia, que siempre y a cómo España ha sabido entes No sé explicarlo mejor. dio por sentado su monopolio sahariano. todo momento con las gentes del sanáis: Si insisto en estas sutilezas no es por Pero cuando pensó en el arma política Desde los tiempos en los que el desierto era la pura nada, según su significado en puro capricho literario. Es que si no, es para pacificar e l territorio mediante el dialecto hassanía. Y creo que ello es así imposible de entender a esa legión de ena- entendimiento c o n los indígenas, el renorque desde el principio hubo en nuestra morados del desierto que se empeñan en sultado fue fie tal naturaleza que sobretierra enamorados del desierto y una racontinuar viviendo en un medio hostil, paso los calcólos más optimistas. La exzón de permanente amor en nuestras mipedición en a a u e d e j e gó la Sociedad primitivo, peligroso y hasta ahora misesiones Y hubo enamorados del desierto Geográfica Comercial, que con subvención rable. Y no me refiero tan sólo a los nasimilitud turales, a los que allí nacieron ya con ese estatal se ü? ternó en el desierto, estaba quizá por esa que yo no en algunos parajes, que hizo me apego en la sangre de sus venas. Hablo compuesta p r un capitán ée Ingenieros algunos de sus trechos, comoextrañase de al principio de quienes llegaron en misiones de duro llamado don J U IJ 0 Cervera, el profesor de esta crónica decía. servicio, habiendo conocido y vivido otras don Francisco Quiroga, el intérprete señor facetas más leves y amables del vario w j z o y un s. flado indígena de Tiradores Pero hoy es distinto. Escribo estas limundo. De quienes tiemblan ante la idea del Rif con cuyo nombre no he podido neas camino de Bucrá, el nuevo emporio de salir de aquí hacia puestos de apacible hacerme, y b e n que lo siento, por lo am- sahariano, por unos caminos infernales, phamente qut merecería figurar en esta y al mismo tiempo bellísimos y casi deburocracia o destinos de guarnición provinciana. De quienes por aquí estuvieron bella historia ue a tantos cuentos supe- licados. Mis compañeros de expedición son y luego se pasan la vida añorando seca- ra. Porque no ÍS floja empresa la de estos gentes de importancia en estas tierras, y rrales y confines de la vida brava y ese cuatro caballeros del siglo XIX, allá cuan- si callo sus nombres mi trabajo me cuesdo todo alierto fracasaba, en un mundo ta. Hablamos largamente de Bucrá y de viento nocturno que es como la nota sosdonde poco labia para ganar y se perdía la transformación que va a sufrir el detenida de una melodía que no empieza ni sierto con la aparición de los fosfatos. acaba. Hablo, ya digo, de los enamoraDe cuando en cuando, nos cruzamos con dos del desierto. Y para hablar de los nna caravana de camellos que pasa por enamorados hay que considerar las cosas estos panoramas igual que las de hace bajo prismas de amor. siglos. Cuando el calor aprieta miramos Estoy seguro de que a estas gentes enaal horizonte por si el deseo acorta la dismoradas les trae completamente sin cuitancia. Y generalmente, el eco que el hodado lo de las riquezas del desierto. Porrizonte devuelve al encendido deseo es un que una cosa es el amor y otra la mojiespejismo. Vemos charcos lejanos, torrenganga esa de los matrimonios por interés, tes y lagos con plácidas riberas, e incluso surcos recientes de una nave inexistente. lo mismo que una cosa es la caridad y Cuando creemos llegar surgen nuevamenotra la beneficencia. Es más; me atrevete los secarrales del nedregal o la arena ría a decir que incluso lamentan tales con matojos. Luego aparecen un poco más descubrimientos, aunque no se atrevan a Extensa coí. -tión de lépelos selecciolejos. Y se llega a tal sensación de irreaconfesarse dicha pena a sí mismos. Si no nados para ¿ñoras. lidad que a veces piensa uno si Bucrá 7 sale a flor de conciencia este sentimiento sus riquezas no serán también un espees por la nueva aventura que trae consiBrillantinas estampadas, terjismo de la imaginación o una pura fango y, sobre todo, por lo mucho que puede gales, i- jsos algodón y popetasía. Pero con Bucrá pasa como con las reportar a nna economía de vida difícil y lines n nuestra sección de exageraciones, con los lagos y con las pacreciente que no sólo afecta a España y al espesalidades para niños. labras de amor. Algunas veces resultan entero mundo, sino al mismísimo desierto, i verdad. Y entonces cambia el mundo. -Para demostrarlo bastaría con remon- 1 José SALAS Y GUIRIOR. VIAJE A LAS SOMBRASDE ESPAÑA Tejidos pr maveta- verano ea Men ivü- VickY

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