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ABC MADRID 21-10-1962 página 47
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ABC MADRID 21-10-1962 página 47

  • EdiciónABC, MADRID
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GMQ serian de cursis las niñas de fíicour, que hubo que inventar pa A ra ellas una palabra! La palabra cursi es muy reciente y, aunque no lo reconoce asi algún diccionario etimológico, su historia partp del Cádiz de 1835 a 18 10 y sus protagonistas fueron las niñas de Si cour, hijas de un sastre francés que vivia por la Mirandilla. Cualquier gaditano que este vinculado a la ciudad por mas de tres generaciones ha oido contar la historia. Sis inconuprenstble el lecelo coa que muchos investigadores y eruditos acogen la tradición popular y más aún cuando, como en esta ocasión, la tradición se- remonto a poco más de un siglo y nuestros abuelos pudieron damos pelos y señales de las andanzas de las citadas señoritos, de sus paseos por la plaza de Mina y sus trajes llamativos. Quédese, pues, el tal diccionario con sus cabalas etimológicas, buscándole raices a ila palabra y dudando de la verosimilitud de las niñas de Sicour, que no he de ser yo quien intente demostrar osa tan palpable y que, por otra parte, ha demostrado hasta la saciedad mi paisano Donato Milito Cantarera La cursilería llegó a España de la mano del romanticismo, y asi como éste lo impregnó todo y hubo una época romántica, con su literatura, sus modas, mi Ideología y hasta su maneras de vivir a lo romántico, del imdsmo modo la cursilería se coló por España como un movimiento de reacción de la class media baja, ansiosa de mejorar su posición social. lia cursilería tiene su momento ¡histórico. No cabe suponer la cursilería en la antigua Roma, ni en nuestro Siglo de Oro, ni siquiera podría darse lo our i en loo últimos años del siglo XViu, La cursilería es fruto de una equiparación social y necesitaba de la Revolución Francesa, del nacimiento de la burguesía e incluso de que el romanticismo fuera por delante como un modelo al que Imitar ridíeulamsiite. ¿Qué tiene, pues, de extraño que ¡la cursilería entrara en (España por Cádiss, como entró 1 Renacimiento o como entraron las Ideas de la Revolución Francesa? Cádiz fue, al decir de Larra y Federico Rubio, la primera ciudad española donde surgió la burguesía y, aunque Barcelona la siguió muy de cerca, hubo la suficiente diferencia de tiempo para que aquélla se le adelantara en miüflhas cosas. Pero vayamos a la señorita SAmxr, precursoras de la cursilería en España, como Bttlh de Faber lo fuera del romanticismo, aígunos años emites, al polemizar con José Joaquín de Mora en las páginas del Diarlo Mercantil de Cádiz Las niñas de Sicour eran hijas de um s ka francés que llegó un día a Cádiz con los últimos modelos de París. Las niñas, además de mal guato, debían de tener una fuerte personalidad, a su manera y, sobre todo, debían de ser decididas y de las que no m paraban en barras. Lo cierto és que, sin tener medios económicos para, ello, ni elegancia. ni sa posición social que Ja época Imponía para poder figurar en sociedad, se lanzaron un día a la plaza de Mina ds Cádiz dispuestas disputar en elegancia con las más plantadas. Eran ¡os años de 1858 a 1840. Cádia era ambiente propicio para la cursilería. M esplendor de las antiguas fámulas formadas por los comerciantes del siglo XVXH se derrumbaba; los cuadros de las antiguas pinacotecas gaditanas se vendían diariamente a anticuados extranjeros qote esquilmaban la ciudad; aquella antiguas tertulias literarias que mantuvieron en sus catas las señoras gaditanas de finales del XVTH y principios disl XES van desapareciendo. Federico Rubio, que por aquellos años estudia Medicina en Cádia, nos habla de las fiestas que por entonces ae dan en. las casas ¡particulares y que son una prueba, aun en aquellos días, del abolengo pasado. Pero ya van iiaiclendo, por entonces, las tertulias del querer y no poder La laso media se reúne en modestos salones para ensayar o estrenar obras de teatro; las niñas modestas han de dar muchas vueltas a sus cuatro ¡trapitos pana aparentar... Ya no hay dinero en Cádiz, el comercio se ha alejado hace algunos años de su puerto, la culpa de todo la tuvo la Independencia de América. Sólo queda el tráfico de la Habana, pero ese es patrimonio de unos pocos. Su liberalismo, que ee cuela de lleno eo la dudad en BU tercera etapaf rompe por completo cualquier barrera que pudiera existir entre las clases sociales altas. Bl romantilclsmo va pasando, o, mejor aún, se va popularizando, se va achabaca-

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