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ABC MADRID 08-10-1960 página 3
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ABC MADRID 08-10-1960 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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i tu T R A D O VI DE I N; p TARI 0 P. I AR I Q I L u í T R Ai. ti Ó D -ir F 0 R M A c I 0 G EVí E R A FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA I0 N G E N E R A 11 TERRIZAR en C o i n t r i n y encontrarse a Ginebra, un día radiante, empavesada de carteles roja y gualda con el inquietante nombre de Don Juan Tenorio, no es mal número. Tampoco lo es el que recoja la maleta, a la puerta del hotel, un chico de Palma dé Mallorca, o sirva en el restaurante un mozo de Pamplona. Y no d i g a m o s echarse a la calle y empezar a ojr hablar español por todos lados, con todos los acentos, sin que falte la contera rotunda del taco que se cree a salvo de oídos prácticos. No es que Ginebra esté llena de españoles- -el censo acusa siete mil residentes, un tres y medio por ciento de la población- ni que en ella no se hablen otros cien idiomas, aparte del francés romance. Le que pasa es que el español se echa a la calle en cuanto puede, sobre todo si el- tiempo convida a ello, y 1 habla siempre, donde quiera que esté, más alto que nadie. Por si fuera poco, la misma noche, en el Pare des Eaux Vives, hay una verbena, con sus farolillos, sus mantones de papel, sus cornamentas y sus carteles de toros. Y en el comedor, atendido por camareros de sombrero ancho y faja colorada, reproducciones de cuadros del Prado: caballeros del griego, majos del aragonés y santos del que más y el que menos. En la carta) paella, cochinillo asado, tortilla de patatas, jamón serrano... Marcas acreditadas de Jerez y de Málaga, de Valdepeñas y de la Rioja. Y chocolate con churros, para la madrugada. Ginebra prolonga su noche hasta horas desusadas por una vez, con fondo de guitarra. Algo inesperado y violenta (español, en fin) ha tenido- que suceder para que en los mismos días en que vemos recitar en alemán los salmónicos conceptos cal- F 0 RM A c GINEBRA COMPUESTA Emilio Burgos. Para después se anuncia el prodigioso preciosismo de Andrés Segovia y el huracán de la Oi- questa Nacional, conducida po -la joven maestría de Rafael Fruehbeck de Burgos, y nada menos que Gaspar Cassadó y Gonzalo Soriano como solistas. Y, por añadidura, unos documentales de jardines y de monumentos españoles en la pantalla del Museo de Arte y de Historia. No es natural que esta hermosa Ginebra- -cuyo parcial parecido con San Sebastián advirtió ya Pérez Galdós- que ha reparado la memoria de Miguel Servet con una estela en la colina de Champel, donde fue quemado vivo por la Inquisición calvinista, y en cuyas calles se veriden La Vanguardic de Barcelona, y A B C. de- Madrid, celebre su Septiembre de este año como si de una Merced, un San Miguel o un San Antolín se tratase. Se debe esta sorpresa- -que no será, por mucho, bien agradecida- -al entusiasmo generoso de M. Pierre Buffard, consejero de Bellas Artes de Ginebra, que ha puesto en marcha, que nos ha regalado esta hora de, España, con ayuda de la finura inteligerte de nuestro embalador, marqués de Miraflores, y la gran artillería de la actividad y la oportuna eficacia de Víctor d? la Serna, que pone tanto Madrid en lo cue tocan sus manos. Sólo una clara simpatía, jugada con largueza, puede teñir de España la ciudad no pocas veces evocada por don Pío Baroja y hacer que suenen Falla y Tárrega en su. aire transparente, y que a orilías del lago Leman, a pocos metros de donde encontró su mala muerte la deronianos, en una representación de El j Emperatriz Sissí, se escuchen, de labios Gran Teatro del Mundo ante la facha- de Mary Carrillo y Carlos Lemos, los da barroca del Monasterio de Einsiedeln, apasionados versos c ¡e la escena del sofá. Ese Don Juan que ha suspendido el y comemos en un Restaurante Emilio de Zurich, con el equipo del Real Ma- ánimo de los ginebrinos y que jamás, ni drid, y su Saporta a la cabeza, tras un con Mozart, ni con Moliere, ni, menos, encuentro con el once- local, y detecía mos- parejas de baile flamenco en las boites de Lucerna, se ofrece a nuestros ojos una Ginebra compuesta como para una Feria, con sol importado directamente de nuestro ciclo y los puentes del Ródano jugando a ser un poco pvtentés de; Sevilla. Parecía que la tarde se ponía más morena Pocas fechas antes ha pasado por allí el raudal luminoso de los Coros y Danzas, y la música celestial de Nicanor Zabaleta. Don José Zorrilla ocupa el escenario, del Gran Casino, de la mano de José Tamayo, con ilustraciones musicales: de Ernesto Halífter y escenografía de con Goldoni o coiivShaw, se había presentado tán: impertinente, tan apasionado, tan retador, tan gallardo y tan caíavera. Nunca los actores suizos podrán dar la llama de esa representación ha dicho un crítico) A su ladoi en la mal mirada Hostería del Laurely se agruparon bulliciosamente u tí o s- malditos ocasionales, funcionarios españoles délos organismos internacionales de las Naciones Unidas- -médicos, abogados, economistas, traductores- -que se ofrecieron como comparsas sólo por la nostálgica alegría de vivir la ilusión de una mascarada sevillana, y que, olvidados de su papel de actores, se convertían en especia- dores reales, inmediatos, pendientes de; los bizarros extremos dé los dos ínozos más gentiles- de España De este Tenorio, y de su improvisado acompañamiento, escribió La Tribuna de Genéve Les s q é n é s, d ensemble comme le carnaval du debut, (oú trente figurants sont groüpés sur le plateáu) son réglées c o m, m e des mouvements d horlogerie Para un diario de la ciu dad donde se fabrican los mejores relojes del mundo, la comparación de este montaje teatral con 1 úná pieza de relojería no puede significar, mejor elogio. España ha estado, así, con su música, sus bailes, sus versos, sus platos. y sus vinos- -como con la presencia de algunos de sus mejores- -viva, evidente, en una ciudad tan abierta y tan. cerrada... a un tiempo en sí misma como Ginebra. Por unos días ha soplado un viento caliente del sur, y todo. sé ha puesto a purir to de copla, de procesión, de crirnen pasional o de pronunciamiento, que sort nuestros puntos cardinales. Un poco más, y los encajes del país se tornan mantillas y se les suben á la cabeza a las be- Has ginebrinas para asomarse a esas veh tanas suizas donde, hasta en los bancos y en los ministerios luce el encanto de las flores más tenazmente cultivadas del mundo. Un poco más, y las navajas dé mil utilidades que. se ven en los escaparates se vuelven agresivas, para un solo uso, con un Viva m i dueño eti cada hoja. Un poco más, y los ginebrinos empiezan a veirsc de su sombra y a. matarse con ella, si hace falta, y aunque no la haga. Tanto así más, y les nace una totémica casta s las, vacas apacibles, y, a sones de charanga, una mañana septembrina cualquiera corren ante ellas, en tropel, unos moceíones. rubios por los rec; veces medievales de la Gran Rué. No se puede jugar con- fuego éspañ. v impunemente, t o m o lo ha hfec hb ¡est año de gracia el abierto. españolismo dt: M. Pierre Buífard. José LÓPEZ RUBIO

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