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ABC MADRID 23-12-1959 página 3
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ABC MADRID 23-12-1959 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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p. 1 A; R I 0 R, AJ? 0 F C R A C I 0 N GE i E R 4 V L U sDE 1 N. i: DI A R I O ILU DE I, N F 0 R M A C l 0 N Gi ERA R AD 0 i FUNDADO EN 1905 POR DOM TORCUATO LUCA t E TENA LEVAMOS puesto el IMAGEN D EL A miindo corno xái traje. Desde ía niríez sé nos ha ájust a d 0, prolongaeictndenuestro cuerpo: i Inglaterra. queda de- unitivamente delante, -África a nuestra espalda Italia y Grecia a la derecha, América á la izquierda, y lejos; ha que es tirar el brazo paira señalarla. -Sí, ya sabemos, que no es así, que él inundo es redunde y sobre su superficie convexa nos desplazarnos, -y prorito saldrernos dej, ella y 1o veremos desde fuera pero una cosa es saber y otra es vivir. Nuestra corporeidad nos circunstañcializa, localizándonos y dándonos lina, orientación desde la cual vivirnos toda realidad. Al cabo de. los años, de mucho leer y mucha víajar, de ver los mapas (escala i i) desde las ventanillas dé los aviones; de- hablar lenguas extranjeras y acostumbrarnos a que nuestro mundo sea Bostón, Los An r geles, Lima o Buenos Aires- -y qué Es- paña quede inesperadamente a la derecha poco a poco empezamos a sen tir el mundo eti torno; merio rígido. -rae- nos definitivamente encajado. Pero, con todo, lp único que hemos conseguido es una mayor holgura en ese traje que: nos abriga y aprisiona a un tiempo; ahora tenemos vestiduras iMiá -arripiias, y hasta hacemos o. ndearsus pliegues, como los de una toga o uriá capa; ya no es España, ni siquiera Europa: jes Q cadente; pero todo lo demás sigue siendo périferia borde, lo otro Cumpliendo las; leyes de la perspectiva todo el resto del mundo se desvanece en vaguedad y lejanía; últimos píanos inevitablemente secundarios; es -ya lo, hemos dicho- -el resto del mundo: lo que queda de él cuando quitamos- el nuestro, el que cuent a e i m p o r t a No es fácil superar esa ferina de instalación en el mundo np sé siquiera si es posible. Acaso a lo más qué se puede aspirar es a caer én la cuenta de Hay quiero. decir; a séníirla como. tal, a ejes- cubrirla como limitación, á vivirla corno mutilación, y servidumbre. Esto- -que es tan pecó- -no puede conseguirse más que efi vírjudvde una experiencia re. ál de al; gtfna intensidad, de alguna intuición enérgica, que nunca: es probable. Debo decir que hasta ahora nunca la había tenido. Ñ 6 había sah do del TriündQ: Óecidental más que para penetrar brevemente én. el Qrieñte próximo, mediíerráneo; pero era demksiado jo vén y, adérhás, estuve, siempre rodeado i de españoles. v! íeridríá qué contar, para no olvidar nada, Un tangen- ciál experiencia hacia el Extremo Occidente, junto al Pacífico, én el Cuzco, donde el Occidente deja ya dé seflp. Peirp tan efi el límite; y todo ello ivuelto en. la lengua española. í. No, sólo ahora? ha sido; ahora: en qué, pdr unas semanas, mi circunstancia ha sido la India; V y v LA N IÁ COMO El visitante fe La plaza de Berkeley mo, tan lejos de Occidente, tan distante de ¡os países árabes, creo que; tan ajena a, la China p, al Japón. Todo sabe a Iri. d i a V y e s t e s a b o r d o- mina todos los acentóricaríiente indiscíernible, sólo sgparado tos provinciales (áürique se trate dé por la religión -np enteramente- -y. la po provincias de treinta o; de sesenta milítica. No; hay una. lengua común la lénllones de- habitantes y de compleja his 1 gija- oficial, el hindi- -que tiene dos, escritoria turas enteramente diferentes, la dévana. Cuando digo que por unas semanas mi gari y otra, dé caracteres redondeados, circunstancia ha sido la India, tertgo que muy difundida en; el Sur- -sólo es hablada explicarme. Debo, ante todo, confesar por una fracción relativamente; pequeña que, salvo la casi soñada Iridia- dé la ind; Ja población. Son catorce las lenguas farlciá, no había sentido debilidad por principales: además del hindi, ürdu, bénella. No, es fácil, a través de libros, sin. gálj (o bengoli, másíexactamerite) tamil intuicióil directa, comprender otra forma telegu; gujefati; mahrati? kánnada; punde vida y. cuando se tiene xierta expe- jabi, assamés, oriya, kashniirii malaya riencia de eriterider algunas cosas, caulam, sindhi. Cada vina con su alfabeto sa- mucho sufrimiento hacer como que propio, sus libros sus periódicos- -sem- se. entiende. Para decirlo todo, añadiré piezan a, fabricarse máquinas; de escribir que lo que se suele leer sobre lá India én muchas dé ellas- las lenguas. séciin siempre me había provocado alguna redarías sdri más de doscientas. EL: inglés pulsión: és tan frecuente un tono, mis- -todavía oficial, y q ¡ue seguramente lo ticpidé beatp, de iniciados; lá propenseguirá siendo- -sirve dé enlace, dé lensión 1 al. wishful thinking la untüósigua entre los Estados; es la lengua unidad; o, si ño, la compunción y el horror versitaria. la del Parlamento, Ja de muante la; miseriai ánté la infinita infelici- chos grandes y excelentes periódicos; la 1 dad dé la India. He llegado a la India rijayoría denlas revistas y buena parte: de procurando olvidar lo no mucho qme salos libros; es también la lengua del cobía sobre ella, dispuesto a abrir los ojos, merciOj dé los hoteles, de los transporno sobre letra impresa, sino sobre los tes; pero en modo alguno es la lengua campos; los- ríps ¿los espejos verdes de d e l o s i n d i o s -v i s los. árr 0 ¿ales, los árboles enormes, los animales que los pueblan o se, derraman por Hay én la India óiuchás religiones, cbs las carreteras, las aldeas, 4 as- ciudades tümbfesmúy diversas, toda, una gama de y, sobre tpdo, las caraé de las gentes, sus matices de piel, del blanco al casi negro, gestos, sus voces o sus silencios. Los ojos pasando ppr todas tas tonalidades del- i- hé dicho ya, anticipando Una teoría que bíórice; hay. la vivacidad expresiva del- Sur- ¿rio; hay: una constaníe del Sür -algún día formularé en serio- -son el primer inteligible -el reverso de. esa teoén todas partes, a todas las latitudes, eri ría es Otr- a que ya Jie formulado: la vitodos los meridianos, sea Andalucía, Sisión es el sentido del mundo, de la- mun. -ciliá, Provenza, Luisiana, Madras, frént? danidad en cuanto tal, y ésto justifica a lá reserva de todos los Nortes? -r, que la primacía de la interpretación visual no se encuentra en otros lugares, donde 1 de la realidad. Mirando- -he dicho otra la vida tiene difere. ntes temples Y, sin enibargo, existe la Iridia, en- sin- vez- -rse hacen las dos- terceras partes de toda filosofía que no sea una escolástica. guiar, y es lo primero y, lo. más fiuerté. Y así hé intentado ver la realidad en Dentro, sólo dentro, sé perciben las grantorno cotí, aquellos ojos. Es más posible des, decisivas diferencias. De Boínbáy a de lo que; el racionalismo creería: ¿no Bangalpre y a My sore- -y gran parte de sabéis que los ojos propios se reflejan en su... Estado- dé ahí a: lá, costa de Corolos ajenos, anidan rnpmentáneamente eii mande a lá norme: Madras superpoblaellos? Y así tenerla efectivamente aire- da. a Bengala, dondev Calcuta fermenta juntó al HEoógly; a. Délhi vieja y hueva, dedor, hacerla, vitalmehte circunstaficia. a, Agrá y Fatehpuf Sikri, -la Iridia de- los! -El resultadc de esa experiencia, si se mpgolés la de í? iás fuerte huella rriu sulrealiza con Sinceridad, marca probable- mana; siempre; la Iridia, siempre IQ. inís- mente Una huella en la biografía; porque; la India está lo bastante lejos del Occidente para; sentirse unp, arrancado al pro- pio mundo y trasplantado a otrp, con una Impresión acaso análoga a la experiencia tantas veces soñada de vivir en otra épo, ca histórica; pero está lo; bastante cerca de nuestra sensibilidad o es lo bástante transparente pa ra que esa transmigración. sea eféctlvarnente: realizable; para que, uria vez llegado uno. a. ese mundo ajeno, sienta que está en. él, vivo y despierto, no atónito y lleno, de estupor: ¿La India a las Indias? ¿Se puede ha- entre lo ininteligible. blar de la India c. omo de un país, o es El. que de verdad entra en la India se más bien un continente: (un sübconti aserñeja al protagonista de La plaza de henté suelen decir) algo ínás parecido Berkeley cuando siente, que el llamador a Europa que a upa! nación europea? se transforma bajo su mano y. al abrir Son cuatrocientos millones Se habitantes la puerta, penetra- en el siglo XVIII; -lo, serán muy bástáñfe más- -p si sé cuenta eVPafesiánr gepgráñca; chis-

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