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ABC MADRID 04-09-1959 página 3
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ABC MADRID 04-09-1959 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO TR ADO G I tus DE IN. DIARIO T R A DO I? ILÜSDE IN- F 0 RM ACI 0 N EN E R AL Furf FUríDADO EN 1905 POR DON TOBCUATO LUCA DE TENA 0 RM A C I 0 N G E N E R A L L V e r a n o es propicio a toda suerte de demost r a c i o n e s mujer. No se le perdona detalle- -y es Quién más quién meno pone al descu lógico- -que pueda poner en riesgo la mobierto lo que es, con una sinceridad desral y la decencia. Es más: se hace depreocupada, ofensiva y mpntaraz. Con pender, la salvación dé lá sociedad y el pretexto ds la estación, se licencian las retottip a l a s sanas costumbres de que normas rnás elementales de la educación la mujer entre por el camino de la pro- y de la convivencia y a vivir, en estado pía estirnación y de la dignidad exigida de naturaleza, que no tiene nada de inoo se dispare, y la mujer disparada no cente como pretenden los roUEOnianos retrasados, y los psicólogos que postulan tiene remedio- -con el freno roto por alegrías y desaprensiones. Y entonces no con toda seriedad, que, para evitar, comhay nada que hacer. Mucho ha perdido, plejos y propensiones psicopáticas, el remedio eficaz y más seguro es no cohibir! sin duda, una gran porción dé lo ciue podríamos llamar hemisferio femenino, instintos y dar rienda suelta al desahogo. amenazado, de sombras y desfiguraciones. Nada ds luchas ni de contenciones. La La rnujér ha cedido en. interés cuanto ha ascética va siendo desplazada por una perdido en dignidad. mística extraña y piuy cómoda, que sirve La palabra pudpr hace, sonreír a las para justificar todas las conveniencias jcvencitas que están al cabo de la calle personales, cuando no los desafueros, y extravagancias de los partidiarios- de la y han impuesto un tipp de belleza desvergonzada y agresiva. La Bardot v ia moral individual, que es eí mejor recurso Sagan son frutos espontáneos, dehiscenpara no tener moral ninguna. tes, de una generación femenina que ha La elévacióri de la temperatura parece abdicado de la decencia más elemental. ser que se hace incompatible piara muchos El feísmo en el arte ha descendido nafüristas es decir, candidatos a la a la vida y ha impuesto formas y gestos selva, con el rigor, con la norma, con el inciviles, selvaticoid. es. Y el existenciabuen gusto. Hay como una urgencia d; liSmo literario ha abortado toda esta gedemostrar que lo que le va bien al homr neración triste, desganada, que exhibe su bre es la indomesticidad, lá abolición de impudibundez moral con cínica complaeso, que se llama tC 1 ti oposición cencia. La mujer, en gran parte, ha sido a natura que es la vigencia de lo pripresa fácil e indefensa de este triunfo migenio, ds la desnudez, del alarido. de la desvérgüenza, de la incivilidad. Todoj los días leemos referencias ediL a m o t o por ejemplo, ha despresficantes de las hazañas y sorpresas de tigiado a la mujer, que con sus posturas, la gamberrería ambulante, cada vez más más grotescas que obscenas, ha matado suelta, ante la pasividad de las gentes la estética, la seducción y ha dejado que cultas que deben respetar los derechos prevalezca el ¿a mí, q u é? La genera naturales de esos orangutanes en liberlización dé las gafas negras es posible tad, que, sOn, sin duda, el resultado y el que no sea más que ün recurso para evacastigo de una sociedad que ha dado 6 n dir la mirada ds ese espectáculo gratuito 1 a confusión y en lá anarquía por exdel feísmo llevado a la vida con todas ceso de ideas por querer sustituir unas sus consecuencias. normas de vigencia ineludible de moral Pero, ¿y los hombres? No cabe endoy de sensatez por técnicas científicas y sar toda la responsabilidad de ésta situa P o r procedimientos psicoanalíticos de ción a la mujer, como acosturnbran a eso que llaman nueva comprensión d; l hacer moralizadores y sociólogos, que hombre I Pero no se trata ahora de gamberros que tañibién, tienen derecho a vivir de sus habilidades, como otros viven, de! cuento. E s cuestión de ente nder que la hürnanidad progresa y regresa en marchas alternantes, Y de adaptarse a estos que llaman tiernpOs nuevos No es de eso de lo, que se trata. Es wXvK de algo acaso más alarmante y más admitido y corriente que lo. del gambsrrismo. Se extrenlan las llamadas, las diatribas; las condenaciones en lo rejerente a la honestidad femenina. Se nioraliza sobre los escotes, sobre las medias, sobre las mangas, Ids cabellos y el rimel de la Y DE LOS HOMBRES, QÜE? sólo eñ la mujer encuentran el secreto de todas las decadericias e inmoralidades. ¿Es que al hombre no le obliga la decencia y la educación como a lá mujer? ¿Es que hay una moral que le permita al hombre disfrutar los fueros del mono y qué, mientras descarga todo su rigor sobre la mujer, tiene una tolerancia irri table con los. desafueros y groserías de los hombres? ¿Es qué hay derecho a que se nos propinen esos espectáculos repelentes de tíos selváticos, lanudos, adiposos, que imponen, su silvestre desnudez ds tarzanes averiados o de faunos grotescos, lo mismo en ia ciudad qué en la Sierra, lo mismo en ios caminos qus en las playa y que no se recatan de proclamar, con los hechos, que lo que: le va bien al hombre es vivir al natural, sin prejuicios inórales, én pugilato agudo por regresar a la selva, al desnudismo integral, es decir, a lá ineducación como sistem. a de vida? ¿Desde cuándo el hombre está eximido del pudor y de la vcrgüsnza, que él, a la hora de la verdad, exige a la mujer con rigor puritano o le endosa cobardemente la responsabilidad de poner en peligro la moral cómoda d, el hombre, qUe admite epiqu syas que no pueden permitirse a la m. ujer? ¿Es que un hombre puede: ir en cuero? retostados y sucios, sólo porque es hombre, conducieildo un coche y reducir su atuendo veraniego a- un hipócrita tapujo que sorprendería a los pobladores de la s ¿lva? ¿Por qué tanto clamor y tanto escándalo con las liviandades y frescuras de la mujer y tatíta condescendencia con la grosería, con la rusticidad silvestre y desatada de los hombres? El feísmo ha hecho acaso más estragos entre el sexo mal llamado fuerte qUe entre el sexo fdébil Esos jovencitos devencijados, desnivalados, vencidos. con sus moviníiéntos apáticos, qué- nci pueden con los pantalones en ánienáza de desprenderse, -rivales risibles de Cantinflas con la corbata mal anudada y el gesto caído, nos dan una triste idea del predominio de la tontería, de la reverencial sumisión e imposiciones del mal gUsto y del feísmo invasor. No hay dos morales, sino una sola moral para el hombre V para la mujer r aunque no pocas. Veces sea la mujer, la más condescendiente con las irregularidades del hombre y sea ella la qué cotiza al bala perdida al que la. ha corrido b i e n a n t e s para luego usufructuarle con más seguridad. ¡Oh, tontería humana! tienes ombre de mujer, momos BANDEIRA P. Félix GARCÍA

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