ABC MADRID 06-04-1958 página 9

tener una lucha prolongada. Declarada oficialmenite la guerra eatre- Rusia y Alemania, el pueblo HUSO sospecha que ha sido elegido por Francia como parachoques en (D la Memorias de un dipíomáíic tre ella y sus enemigos. Y Quizá no se engaña. Los mismos franceses llamaron a sus PotELViZCONÚÉDEPEGULLAL aliados moscovitas le rouleau russe t En este ambiente, tan escasamente propicio. Rusia invadió la Pimía Oriental el día 7 de agosto; el 20 entraron en Oumíbinnen, donde habían batido a los alemanes, y el 26 se inició la batalla de Tannemberg. Aquí f- ué completain ¡sate, derrotado, después- de cuatro día- s de matansía, el Ejército de Samsonoff, y tuvo que batirse. en retirada, no sin cuantiosas pérdidas, el mandado por Rsnnenkamipf. El artífice de la victoria- alemana se llamaba Hkndenburg. ¡Para acallar disensiones públicas, se habló de que, caso de una victoria aliada, Rusia recibiría los Dardanelos, A pesar de todo, la cpinión no se mostró conforme; y menos aún cuando, dos o tres semanas más tarde d ¡e Iniciadas las hostilidades, se estableció un sererísiino régimen, de abastecimien. tos. La medida era tan rigurosa, que se prohibió hasta el alcohol. No sólo se penaba la venta del vodka la bebida nacional, sino la, de cualquier clase de vino, agua de, colonia e incluso barnices. Rusia era incapaz por sí sola de ¡producir las ingentes cantidades de material bélico que precisaba. Los aliados se comprometieron a suministrárselo, pero, obligados por las circunstancias (el único camino posfcle para los transportes de material desde los puertos del Pacífico era. el largo El Zar, la Zarina y sus hijo yJento ferrocarril transiberiano) encomendaron esta misión a los japoneííes, tos cua Elisia no tardará n caer n nutre? cias con el- gran duque Cirilo Vladimiro- tes, enemigas seculares de Rusia, no se faoeión entonces: rió sé yo cuál será el cauterio universal Sju tensta, Dios Dreyich. mostraron demasiado diligentes, hacando Darado para aíiuella, universal podreTras el atentado de Sarajevo, el %8 ¡de la demora a las pésimas comiunicacicnes. dumbre. Yo creo niás fácil una révolu oión en San PeteraburBC qué n ¡Lonjunio de 1914, origen inmediato de la Gran dres. (Donoso Cortés: Discurso sotee Guerra, las Cancillerías empezaron a moPíurona 30- I- 18501 V HORIZONTE SOMBRÍO Si un tiavor- religioso no me impiverse apresuradamente. El 23 de julio diera noner los ojos en esos i tiertiDOs for mklabíes, no me seria ctiiicü aboyar un Austria exigió a. Servia, entre otras cosas, Lo qus restaba del año 1914. y todo el rooderosas razoiwi de anatoaíaJ la opiel castigo de los criminales la supresión 1915 transcurrió en un gran desconcierto nión de cree el srr n imperio anticristiano será, un colosal tañerlo deniasróKieq. del panservanismo, y pidió también se político. La guerra, entretanto, seguía su reeido iDor un plebeyo de satánica era. xila autorizase- a intervenir en las investí- -curso. Los rasos ocuparen Bukovina, -oaip leza. CD. C. Carta a Fornari. 19- VIgaciones del doble asesinato. Servia acce- ituraron otra vez Stantelau y fueren nuedió a lo primero y rechazó lo último, con va- msnte derrotados en el segundo intento lo qué Austria no se dio ¡por satisfecha, de invadir Prusia Oriental. Esta acción, ENCRUCIJADA SINIEíSTRA ordenando a su embajador que abandona- Éabida sobra el mismo escenario de la de ra i Belgrado, y. pese a los buenos oficios agosto de 1914; -se libró en febrero de 191 S, OS años de 1914 a 1918 son ricos en de Inglaterra, que sugirió llevar el asunto duró del 1 a! 3l y es conocida como Ba trágicas peripecias. Rusia especiala una Conferencia, Austria declaró la. guemente fue azotada con violencia rra a Servia, bombardeó la capital y se por acontecimientos imprevistos, indepeniniciaron las hostilidades. Esto ocurría dientes de aquéllos en que sus aliados se exactamente un mes después de la muerte 1 hallaban comprometidos. Pues mientras d- el archiduque Fernando y la duquesa éstos tenía que hacer frente. únicamente Hcsheniberg á ulanos del estudiante servio a los problemas bélicos, Rusia vióse inferGravio Princep. nada por gérmenes. de disolución social Aunque loa rumores de guerra en Rtisia que, en definitiva, ocasionaron el derrocamiento de la dinastía de los Romanoff y habían: sido insistentes, los medios diplomáticos no par cían: creerla tan inmediata. él asesinato de la- Faínina Imperial. Por eso, el presidente de la República ÍMniXJna recapitulación de los principales cesa, M. Poincaré, se ve sorprendido sucesos acaecidos en aquellos cuatro años por los acontectónientosi á la altura de 8 ueno es empresa fácil; Sin. embargo, como ciá, cuando regresa, en unión de su séel tema se muestra, tan altamente intere- quito y del ministro de Asuntos Exteriores, sante y atractivo, vale la pena. intentarla, de; firmar acuclosamiente una alianza con Me creó capacitado para ello, ya que, como los; Zares. secretario en la ¿Embajada de España en Muy bien pudo ser ésfre el origen de cuan. San Pstersburgo, viví aquellos aciagos moto; en Rusia aconteció más tarde. Porque mentos en prüíierísima línea. Rusia, obligada por su compromiso, moviliLa última vez que los Zaras y las granzó fuerzas y las envió a, la frontera austríades duquesas hicieron su aparición oficial ca el mismo día en que Austria ifombardeaen público fue en febrero de 1914, en San bai Belgrado. Alemania, a su vez, replicó a. Petersburgo, con motivo de la visita a Rusia da los Reyes de Rumania, acompaña- Rusia- miandando tropaé a la frónítera rusa. dos de CaroJ, el príncipe heredero. El ob- DGs días después, Rusia recibió -un ultimájeto de ella era concertar el matrimonio tum para que explicara saitisifactoriaments, del príncipe con la gran duquesa Tatiana, en ¡el término de veinticuatro honas, sus inhija de los Emperadores. No se llevó a tenciones. La résl uesta de Rusia fue orcabo tal acuerdo por considerar la gran i denar la movilizáfCión; general, mientras Alemania proclamaba el estado de guerra. duquesa que su pretendiente era muy tími. do y harto, apegado a su madre, la Rsina i- -PRIMERAS mSEÍfiSrO 3 V! E ¡S María, hermana, a su vez, de la gran dutA juzgar por los acontecimientos ulterioquesa Victoria, casada en segundas nup- res, Rusia no estaba apercibida para manE ¡gran d- uque Nieoiás. RUSIA TRÁGICA Y UNA INTERVENCIÓN DE ALFONSO XIII L