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ABC MADRID 24-12-1957 página 39
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ABC MADRID 24-12-1957 página 39

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página39
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HUÉSPED DE LAS NIEBLAS, VECINO DE SORIA A biografía es un género literario utópico y casi mpracticable, necesariamente frustrado, porque la vida ¿humana excede siempre de toda formulación, es opaca, arcana, y si no infinita- sí indefinida. Rebosa por todas partes, y cuando se intenta encerrarla en un libro, se derrama como un fluido o se- escapa como un pájaro cuya jaula no se pueda cerrar. A pesar de ello, nada interesa más que las vidas de, los oíros hombres, reales o ficticias, y éstas son aquello de que se nutre la nuestra, porque el hombre, en un sentido esencial, es radicalmente antropófago, J lAhora se ha (publicado en Madrid un libro de extraño encanto, de calmosa andadura, escrito con una sencillez a la que no estamos accstumibjradiast Se titula Eécquer de par en par lo ha escrito- -se ve que lentamente, sin ¿prisa, parándose a leer, a pensar, a buscar papeles viejos, a recordar una. rima, a pasear por las calles o campo, a mirar lsjanías 1 azuladas o cárdenas- -Beliodoro Carpintero. Es menos que una biografía, y acaeo por esa modestia ha conseguido más de lo que éstas suelen darnos. M tema es particulasimente difícil: ¡Gfustavo Adolfo Bécquer es una de las figuras más desdibujadlas de nuestra historia literaria; lo que sobre él se ha escrito ha contribuido a envagueoenlo. Huésped de las nieblas dijo Bécquer mismío, y envuelto en ellas! 5 s ha presentado siempre. L IHeliodoro Carpintero se ha limitado a ejecutar una senciila operación: tomar en seTÍO el hecho de que Bécquer, en el último decenio de su breve vida, residió mucho tiempo en Seria, Noviercas y Veruela, vio nacer allí a dos de sus hijos, tuvo felicidad y desgracia, escribió buena parte de su obra, la vio brotar de aquella tierra y de su propia vida. Dicho con otras palabras, Carpintero ha renunciado a muchas cosas imprecisas a amblo de una sola: circunstancializar la vida de Gustavo Adolfo Bécquer, en la medida en que podía hacerlo de un modo efectivo. (Porque Hisliodoro Carpintero, levantino, de origen soriano, vive en Soria desde nace veinte años casi, y la ha poseído- -la presente y la pretérita- -cen una intensidad y perfección excepcionales. No salo porque la ha visto día El autor de este articulo (a la izquierda) conversa con traa día, con mirada serena, el del illbro a que se refiere el mismo, t Heliodoro Carpintero. curicsa y complacida, a v C 3 S divertida, a yeces va poco nublada de emoción; no sólo porque se ha transmigrar a otras y hacerlas sentir casi remontado, aguas arriba de su tiempo, de de bulto. su pequeña historia universal, como huLa imagen de la Soria de Bécquer- -habiera gustado a Uns. muno, sin perder un cia 1860- -que traza Carpintero en su liviejo periódico local bro es de tan fino e intenso sabor, que- El Avisador Nu- nos parece estar, como él, allí. Y aparece mantino El Avi- como un fragmento significativo de ía sador Scriano La España isabelina, que en tantos aspectos Voz de los Munici- sobrevive aún, al cabo da un siglo. En! ese pios -un documen- escenario donde todo significa algo, consto, un rincón, una truido con menudos elementos regles, vileyenda, un recuer- vificado por la imaginación- -la facultaddo que guarda, co- más sustancial, según Unamuno, la que mo un rizo deste- nos hace penetrar en la sustancia del esñido, una visjecita; píritu de las cosas y de nuestros prójino sólo porque ha mos- pone a vivir a Bécquer, a su siemHELIODORO CARPINTERO recorrido, palmo a pre malentendida mujer, Casta, a Valepalmo, toda la ex- nano Bécquer, a tos tres niños q u e traordinaria, igno- alientan por debajo, siempre pasados por rada, e n t r a ñable alto y en les que se posa con ternura la tierra de Soria; no mirada de este biógrafo de nuevo estilo, s ó l o por eso, sino un poco doméstico y que por ello aporp o r q u e ha hecho ta una perspectiva intacta. Las averiguaallí una porción de- ciones de Carpintero son. muchas e imcisiva de su v i d a portantes; los estudiosos de, Bécquer se de par en par rehaciendo el resto lanzarán ávidamente sobre ellas y las dispasado, anticipando cutirán acaso; sobre todo, la figura de el porvenir; porque, Casta qu aquí aparece, y que es tan sobre todo, no sol 3 distinta- -en si misma y fn la biografía ha visto la tierra de Bécquer- -de lo que ta- adicionalmente de Soria, sino que se ha pensado. la ha recreado imaPero hay algo aún má $i mportante que ginándola, la q u e ha soñado, al hilo todo eso: al entrar en la irnrasdiatez de de sus p o e t a s de la circunstancia sorjana, al mostrarse en Bécqusr a Machado un escenario concreto y minuciosamente y a Gerardo Diego, visto, n a d a abstracto, veraz, Gustavo más a, i5o al inven- Adolfo Bécquer par- eee desembozarse de tar, día a día, tan- su capa de niebla- -y de tópicos- -y adetos miles dé su vida lantarse en persona hacia nosotros. Lo cotidiana. Carpinte- vemos a él mismo oon un relieve que ro no ha v i v i d o nunca tuvo en nuestra mente; empiezan tangente a Soria, a encontrar Jugar y encajarse los hechos sino que ha hecho de su biografía, sus versos, su prosa, tan su vida de ella, de soríana. Yo quisa hubiera preferido ibitularsu s u s t a nciá geo- esta libro Bácquer en persona Su autor, gráfica e histórica, con tanto amor, con discreción y experienusándola de mate- cia de la vida, con humana sabiduría, ha ria para tejer con conjurado al huésped de las nieblas, vaella una vida de ra- liéndose de su tangible, efectiva, (humilde ra autenticidad, ca- y realísiroa condición de vecino de Soria. p a z p o r eso de Julián MARÍAS BÉCQUER

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