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ABC MADRID 14-10-1956 página 76
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ABC MADRID 14-10-1956 página 76

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. D O M I N G O 14 DE OCTUBRE DE 1956. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 78 ¡Levanté la pluma y puse punto final a mi artículo a n t e r i o r Keynes y el keynesismo después de ensalzar y ponderar los méritos de la teoría keynesiana y su eficaz aplicación en los tiempos modernos para estimular la expansión económica y anular el paro forzoso, cáncer social de las posguerras. Pero anunciaba también- -y ahora me dispongo a justificar el anuncio y a razonar la advertencia- -que una mala inter. prefación de las teorías keynesianas ofrece peligros ciertos. Es decir, que un empleo abusivo de los instrumentos cuyo uso prudente preconizó Keynes pueden acarrear males, a veces peores que aquellos mismos que se pretende eludir y remediar. En realidad no puede decirse que el célebre economista inglés autorizara jamás el jus abutendi de sus teorías. Más bien puede haber ocurrido que sus discípulos y seguidores- -poniendo en máxima tensión su admiración por el maestro- -hayan interpretado mal algunas de sus geniales ideas. Y en esto están conformes muchos de sus biógrafos, entre ellos el español D. Lucas Beltrán, que pone de manifiesto muchas de estas exageraciones llevadas a cabo por los exegetas y continuadores de Keynes, principalmente por Kaldor, Beveridge y Hansen, K? ynes -dice Beltrán- -estima que cuando la Jemanda efectiva por parte del público dé lugar a una depresión, los Gobiernos deben aumentar sus gastos, elevando así esta demanda. Pues bien; algunos de sus discípulos dicen: como la demanda efectiva del público es siempre insuficiente, los Gobiei nos deben realizar gastos constantemente, con objeto de completarla. ICeynes sostiene que en algunos países modernos (Estados Unidos r e Inglaterra) la acumulación de capital es j a suficientemente grande para que la inversión de nuevos ahorros encuentre ciertas dificultades. Algunos de sus discípulos razonan como si todos los países del mundo estuviesen sobresaturados de capital, en tal forma que la inversión de nuevos ahorros fuera prácticamente imposible; vienen a suponer que todos han llegado a ser lo que se ha llamado economías maduras Keynes opina, en fin, que si para combatir una depresión el Estado ha de aumentar su Deuda pública, el daño que ello significa es generalmente inferior al que habría. ocasionado la depresión no combatida y el paro obrero producido. Lo cual ha sido interpretado por algunos de sus discípulos en el sentido de que el aumento indefinido de la Deuda pública no, presenta ningún inconveniente. Claramente se advierte la diferencia que va de lo vivo a lo- pintado; entre lo que Keynes pensó y de lo que se pensó que había pensado. Pues bien; precisamente en estos momentos, y no en España por cierto, se están tocando las consecuencias de una posible deformación, de un auténtico deslizamiento de las teorías keynesianas. Muchos países de Europa están- sufriendo en estos momentos una grave tensión inflacionista que ha obligado a los Gobiernos respectivos a tomar medidas de prudencia y coordinación en el manejo de los diversos factores económicos y financieros. En algunos casos ha sido necesario dar marcha atrás en su generosa política de expansión económica y echar todos los frenos ál alza de los precios y a ¡a excesiva facilidad crediticia. Y no se crea que han sido países de los considerados como económicamente débiles o subdesarrollados los que han acusado los síntomas de dificultad económica, porque entre ellos se encuentran los escandinay 05 con un elevado nivel de vida y CUANDO SE ABUSA DEL KEYNESISMO Dinamarca, Inglaterra y F r a n c i a por ejemplo. El caso más aleccionador es, sin embargo el de Noruega. La política tradicional de sus Gobiernos ha venido coincidiendo con las fórmulas keynesianas de provocar la expansión económica mediante la política de dinero barato, la de fluidez monetaria, la de salarios altos y la de impuestos directos reducidos, además del pleno empleo y las inversiones elevadas, gracias a AVISO R. G. OUN Co. BRODSTREET, S. L. Se complace en participar a sus clientes y al comercio en general el traslado de sus oficinas en Madrid a para gravar los beneficios se transformaba en blanda y paternal benevolencia para gravar ¡as inversiones, con lo cual de hedió se producía un drenaje hacia estas últimas, sin duda tan excesivo y abrumador en los últimos tiempos que las inversiones en Noruega han- llegado a representar- el 30 por, 100 de la renta nacional. Cifra que no ha sido alcanzada por ningún otro país- -si acaso por la Unión Soviética, con un ficti- ció ahorro estatal- pues Suecia aun con problemas económicos similares a los de Noruega, no llegaba al 23, quedando Francia en el 20 por 100 y Estados Unidos, con su gran potencia inversora, en el 17 por 100. Todo ello ha determinado que en lg. economía noruega se produjera un impacto depresivo que se ha maniestado principalmente en los precios y en la balanza de pagos. En los primeros produciendo una elevación tan acentuada que Noruega puede considerarse como uno de los países donde más rápidamente se ha encarecido la vida; y en la balanza de pagos porque la posición deudora de este país frente a la Unión Europea de Pagos fue subiendo de 51 millones de dólares en 1950 a 70 en 1951, a 77 en 1952, a 197 en 1953 y a 232 millones en 1954. Avda. José Antonio, 47 Tels. 472826- 472827 SELECCIÓN CALIDAD ESTILO COLORIDO Características indiscutibles de nuestros tejidos, que han. logrado imponerse en la moda masculina. ¡Véalos antes de elegir su traje o gabán de invierno! ¡Los preferirá por la incomparable finura y elegancia de sus clases... El Gobierno noruego tuvo que empezar a tomar medidas antiinflacionistas desde 1952, medidas que tendían a estimular el ahorro privado y a mantener entre límites prudentes el volumen. de las invasiones. Este límite, según M. Brofoss, presidente del Norges Bank, puede considerarse definido por la suma del ahorro nacional y los créditos exteriores efectivos. Pero cuiahdo el Gobierno noruego dio muestras áe su empeño decidido de cortar las consecuencias de una maja interpretación de las doctrinas keynesianas fue cuando sacrificó implacablemente las nuevas construcciones navales, estableciendo un impuesto del 10 por ioo ad valoi em sobre los contratos de construcción de barcos de más de 2.500 toneladas. Hay que tener en cuenta que la navegación es la principal fuente de divisas de Noruega. Aparentemente esto producía un daño considerable a la economía noruega, aunque realmente contribuyó a sanearla, impidiendo, por lo menos, que los síntomas alarmantes de 1952, continuaran progresando. Y aunque no se ha conseguido restablecer el equilibrio quebrantado, en 1955 se pudo suavizar un poco el control de los precios y el bloqueo de los dividendos, así como la política de alquileres. Finalmente se tomaron otras medidas igualmente encaminadas á restablece- r la fluidez económica y financiera del país imponiendo sendos gravámenes del 10 por 100 sobre los negocios de la industria de la construción- -independientemente de restringir las licencias de construcción de edificios no dedicados expresamente a vivienda- -y sobre la importación de automóviles; limitando a 550 millones de coronas el déficit admisible para la balanza comercial en 1955- -déficit que se ha reducido a 320 millones en 1936- -y encarecimiento y restricción del crédito bancario. Tales son los orígenes y las consecuencias de un caso típico de exceso en la aplicación de las teorías keynesianas y la valiosa experiencia que para corregirlo ha aportado un país de economía tan adelantada y progresiva como Noruega. Aunque lo mejor será, sin duda alguna, manejar con moderación los estímulos keynesianos hasta donde tienen de saludables creadores de riqueza sin llegar a provocar nunca la tensión mñíáonííií. -s- Antonis Q MIGUEL COMPRO CASA Céntrica, planta, libre, hasta 3.0O0.0 D 0. Escribid; Número 161- Alas -Alcalá, 33.

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