ABC MADRID 29-12-1955 página 75

He aquf la difícil tarea de enderezar las varas de fresno. El artesano de la Izquierda fiace fuerza con el vientre, que para tal menester lleva protegido. Unas grandes horcas invertidas sirven de punto de apoyo, y luego con el vientre, en sucesivos tanteos, las van enderezando. Luego viene el empaquetado, que, de igual modo, requiere una técnica y adiestramiento especiales. LAS COLLERAS Otra de las típicas artesanías de Colmenar es la collera. Su producción anual es de unas once mil, que se distribuyen por toda España. Los habitantes de Colmenar son especialmente mañosos para la confección de estos arreos, motivo por el que sus colleras son solicitadas incluso más allá de nuestras fronteras. En su composición entran exclusivamente los siguientes materiales: encañadura de centeno, arpillera y piel de caballo, procurando siempre que este último elemento pertenezca a un cabalTo lo más viejo posible, ya que su piel es más dura. En esta artesanía trabajan determinadas familias que, desde hace muchos años, sé vienen relevando en su labor Producción esta de menor importancia, en cuanto a cantidad y beneficio económico se refiere, pero no por eso menos digna de mérito. También los animales son un poco presumidos y, por lo visto, las caballerías se encuentran mejor con las colleras de Colmenar que con ninguna otra. i POR BOTAS ARTESANAS Es Colmenar una muestra ejemplar de pueblo laborioso y productor. La importancia de la artesanía, como medio económico y turístico, es algo indiscutible. Y así Vemos cómo pueblos pequeños, sin grandes recursos económicos, pero fieles a la tradición, qué les legaron sus mayores, se van, poco a poco, superando y sobresaliendo, merced a sus propios méritos. Y es que sus pobladores están imbuidos de ese orgullo artesano, tan español, que les hace seguir antiguos caminos, rutas artesanas, si se quiere, lentas, pero que conducen a un magnífico y honroso amanecer. V. M. O. El empaquetado de las varas. len de los talleres artesanos en las mas opuestas direcciones. La mayor parte de los colchones en que dormimos los españoles están vareados con varas de aquí. Como el fresno no crece en Colmenar hay que ir a buscarlo a los montes más cercanos, en el cual menester intervienen unos muleros, que la bajan desde el monte a la carretera, y unos transportistas, que la traen al pueblo. Después de un descanso de tres meses, la vara está en disposición de trabajarse. Una á una, pacientemente, las varas van quedando mondas, sin ramillas adicionales. En este requisito hay que procterar que los nudos sean lisos, sin asperezas. La labor Je enderezarlas; es también típica. -A- La muía espera Impaciente. ¿Le tnesrin la doliera que ella desea? (Fotos Núflex