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ABC MADRID 28-12-1955 página 21
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ABC MADRID 28-12-1955 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
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I 4 V I La biblioteca Baker, de Harvard, especializada en problemas económicos y financieros. A he explicado al lector español cómo en una Universidad americana se vive y se trabaja Vamos a hablar hoy dd cómo se estudia los. tres verbos forman un conjunto orgánico intimamente entrelazado. Concebida de esta manera, la Universidad americana constituye un todo que es prácticamente imposible de encontrar en Europa, dónde lo normal es estudiar mientras se vive en la casa paterna. El Collegé inglés o nuestro Colegio Mayor crean a veces un vínculo un poco más intimo entrs el alumno y la institución, pero sólo en América he encontrado ese paralelismo perfecto entre estudiante y Universidad. Cuando aquí veo por la calle a un muchacho con aire de algo que no sabría cerno describir, me digo interiormente: Este es de Harvard. Ess aire do Harvard se adquiereíde prisa; entran aquí los chicos a los dieciocho años y antes han podido estudiar en. colegios conrisntss de California o severos, de ISfássachusetts, pero, unos pocos messs después, Harvardj Jes habrá? igualado con la precí, slón de Una máquina laminadora. No les quita personalidad, no; incluso se la desarrolla, pero creando siempre Uir común denominador, Esa unidad la adquieren én parte por mi proceso de adaptación exterior que comporta obligaciones tradicionales- -como el vestirse correctamente de oscuro cuando invitan a una chica- pero mucho más en virtud de un acoplamiento, interior. En Harvard se estudia de tal manera, que uno se ve obligado a acomodarse, a rendirse casi, diría yo, a lo que Harvard espera de nosotros. No hay una obligación formal de asistir a las clases, pero de veras constituye un punto de honor el no perder una. Se estudia no para pasar sino para aprender P M éso la vida del estudiante no gira alrededor del examen, sino del trabajo realizado. Tres son, a mi entender, las instituciones que crean este ambiente en Harvard. La primera es el profesor, siempre a mano, siempre dando su clase, siempre sonriente; las clases empiezan en punto, pero se prolongan cuanto uno quiere con preguntas personales. El profesor de Harvard es un mago que dispone de una lámpara de Aladino en forma de consejos, sugestiones, ayuda. Pagado por la Universidad con un amplio sueldo que le perImite ser únicamente profesor, se espera de él que sea sólo un pedagogo y un investigador, no, además, un empleado de Banca o un abogado en ejercicio. Entre sus clases y sus libros el profesor universitario americano es el alquimista del sig k XX; ha convertido en oro el material más. difícil, el tiempo, ¡del que es señor absoluto. Del aula al despacho, de la bibliotecaj a su casa, nb es el trapero de los minutos de quien 1 el ilustre doctor don Y Fachada de Kirkland House, uno de los pabellones dormitorios.

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