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ABC MADRID 06-12-1955 página 29
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ABC MADRID 06-12-1955 página 29

  • EdiciónABC, MADRID
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A s o. BSÁitt- tí 6 DÉ- MflüsMBÍíE BE 1965. EBÍCKW 1O) E l, A M 5 tSSANA. PAG. SS íinieiones y un concepto exacto de la lla- se íunda en última instancia en una nece- Rouseau. Según Rpuseau, la T autoridad sidad vital de la misma existencia y con- viene en último término del pueblo á mada opinión pública. vivencia humanas, en sociedad. Porque sin la voluntad general. Según San Pablo, la i ANTE UN VACIO DQCTSMNAIi esta prerrogativa padece en. su raíz más autoridad viene- de Dios, aunque la perSe lia dicho que éste era uno de los profunda el principio de autoridad, elesona que la ejerce sea señalada y acepaspecto. menos desarrollados en nuestra mento esencial de toda sociedad humana. tada por el pueblo. Nosotros, entre San doctrina de la información. Es cierto. Pero Sin esta prerrogativa, el principio diri- Pablo y Rpuseau, seguimos, naturalmente a San Pablo. es qu 3 nuevamente volvemos a encontrar- gente quedaría inmovilizado en sus, funnos con una de las incongruencias más ciones de conductor y arbitro; quedaría Pero al defender que la autoridad, el reducido a mero ejecutor material de un xlagrantes de la Edad Contemporánea. Se poder de obligar de hecho y en conciencia habla constantemente, con una insisten- mandato, que, por añadidura, procede de viene de Dios y no de Wmitad más une, cia casi eníenráza, de la opinión pública. quien es naturalmente elemento colaborade voluntad Puede afirmarse que en su honor se han dor y subordinado. Tendríamos, además, expresión a lala autoridad general, no suponemos desplegado ingentes recursos oratorios y que la responsabilidad directa de la ges- los dones de infalibilidad een posesión d impecabilidad literarios. Fue y es el mito del liberalismo, t, ión pública recaería sobre la autoridad, El gobernante, como pero también es cierto que las aportacio- mientras que la iniciativa de la gestión- puede equivocarse, y dela opinión, pública nes doctrinales, solventes y serias de los vendría señalada por quienes no tienen ni aún supuesta la rectitud hecho so equivoca, de intensión y l? s escritores y publicistas sobre la naturale- esa responsabilidad directa ni esa función. mejores cualidades. ra, factores determinantes, objeto, cauces, Tales son las consecuencias a que conduce P. or esta razón, comprobado! el error, la límites y fines de la opinión pública, no la rebelión liberal del individuo contra la; autoridad al elevar a imperativo qué hay, autoridad, en aras del bien común, tiene brillan por su profundidad ni por su abunque acatar siempre mecánica y automá- -i obligación dé rectificar su líne. a de acción dancia. la voluntad informe e indiferen- í pero sostenemos que en la, discreparla Estamos otra vez ante la carencia del ticantentela masa saber positivo, formulado en expresiones ciada deendosa la popular, al mismo tiem- i en la duda, dentro de la. leyíy en matarías responsabilidad exclusi- opinables, es la opinión y la determinación concretas y reguladoras; estamos otra vez po que al gobernante mandatario. de la autoridad la que. debe prevalecer y la ante un vacío doctrinal; nos hallamos de vamente la nuevo, ante la necesidad de construir pie- DOS CONCEPTOS BE LA AUTORIDAD que debe conseguir el asentimiento y los obediencia si no queremos barrenar dra a piedra, desde la base, a la cumbre, el No existen, en término, cimientos sistema de ideas, criterios y preceptos que. dos concepciones último autoridad, más que cisamente del edificio social. yY- esto predel, poporque en deba utilizarse con garantía de que no se der de obligar de de la y en conciencia: la necesidad y elañrmamos cr. -eemosuna hecho valor urgente de quebrará, entre las manos al aplicarlo en la que predica San Pablo y la que expone sana opinión pública, como irao de los la ordenación del bien común y los intereses nacionales. No debe de arredrarnos, sin embargo, tan grave obstáculo. Contamos como punto de partida con la luz del derecho natural y la doctrina católica y los principios fundamentales del Movimiento. Sobre estos ejes de marcha, con la humildad, docilidad y sinceridad que en todo momento queremos presida nuestro limpio afán de llegar a la, verdad, permitidme hacer en voa alta algunas más extensas reflexiones sobre la opinión pú. tolica. CESTEZA NO SI PRE ES SINÓNIMO D E EDA Filosóficamente, el concepto opinión Equivale a un asentimiento de la mente con temor de errar. En contraposición. al concepto certeza, que equivale a un asentimiento de la mente sin temor de equivocarse. En la opinión, nuestro entendimiento asiente, pero no con la firmeza ni con la seguridad que caracteriza al asentimiento determinado por la certeza. No parece, por lo tanto, admisible en principio convertir en un mandato terminante, en un dictado indiscutible al que hay que obedecer siempre y en todo mqColores rojo, negro, beige, marrón, a rasnío corno a norma inapelable, a la opinión aunque sea pública, ya que por su misma naturaleza entraña fundamentos objetivos para el temor y la duda. de- ante negro, desde 125 Pero en técnica política, opinión pública tiene matices propios que no se agotan. ién- gran surtido de bolsos da en el mero concepto filosófico expresado. La opinión pública puede tener un estado de certeza moral difuso y expresado a la par dentro del cuerpo social; pero certeza no siempre es sinónimo de verdad, de raEón y de justicia; cabe certeza en el error, D lana, en colores, a 15,96 en la arbitrariedad y en la injusticia. En consecuencia, la opinión, aunque sea púDe lana fantasía 29,90 blica, no puede aceptarse si es contraria En tejido lavable, -colores neBe nsion, a. T. 7. S 7.90 a los principios del derecho natural o a los gro, blanco y amarillo 3 9 del derecho positivo demostrados como Otra calidad, a 22,50 De piel, negros, lisos y. per plenamente válidos. Be punto inglés, a 8i90 forados, a 39, Entre estos principios figura el de que De saper- gasa, rayón, a 13,80; la autoridad y el ciudadano no son dos factores sociales en piano de igualdad, porque es evidente en tesis- que el principio PARAGUAS dé SEÑORA rector es superior a la parte regida, aunque la razón de ser del principio rector a 8 9 s 105 y- 14O sea el servicio de la comunidad. Sn segunDe sará, 50 x 50 cms. i,9 a do lugar, conceder siempre- a la opinión De crepelina, 80 x 80 19,75 pública la función de juez y arbitro supreSicos de lana mo en cualesquiera materias opinables de MONEDEROS. de M A N O De mano, estampados 10,50 interés común, que es lo que en teoría 2,53 mantiene la escuela liberal, parece una De maño, blancos, en batís- T subversión de valores y un atentado a la a 5,90, 6,90 y 9,50 ta suiza 3, S 0 recta razón. En tercer lugar, si la recta razón está con natural diferencia a favor del principio rector, en caso de discrepan ¡Y otros rnuchos pególos finos, dé buena calidad, a los precios áé SEDEcia en materias opinables, la presunción de acierto juris tantum esto es, que RÍAS CARRETAS: elegantes confecciones, ropa interior, prendas de punto, admita pruebas en contrario, está en prin bisutería del mejor gusto; ropa de cama y mesa, cortes de vestido, abrigo, etc. cipio de parte de la autoridad. Esta pre sunpiÓ 3i juris tantum en pro de la autoridad legítima, que obra conforme a l a ley, para, el

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