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ABC MADRID 29-11-1955 página 50
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ABC MADRID 29-11-1955 página 50

  • EdiciónABC, MADRID
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MARTES 29 DÉ NOVIEMBRE E 1855. EDICIÓN- DE XA MAÑANA. PAG. 54 Bosch también mejoró mucho, y como estaba más atrasado pudo cortar y servir. Todo esto y el cansancio de los egipcios, que poco acostumbrados a terrenos blandos habían quemado muchas: de sus. energías en la primera parte, fueron las causas por las que también el. equipo presentó otra cara distinta en conjunto, y la nueva, del interior Salih que sustituyó a Shrif y que se distinguía por la falta del correspondiente número en sv, verde camiseta. Como unos segundos antes de que hubiera transcurrido el priraer minuto Badenes, en un centro de Liz, dio ventaja al equipo, la tranquilidad permitió- el mejor juego, y aunque a veces los egipcios rompieron el ritmo del dominio español con arrancadas de cierto peligro y los remates de los nuestros no llevaban la dirección apetecida, la seguridad en el triunfo se iba enseñarcando de todos los españoles, al tiempo que los egipcios comprendían que su, derrota era inevitable. Y allí estuvo Badenes para resolver con su oportunidad alguna de las muchas jugadas que el equipo creó, aunque quizá- terminasen en gol parte de aquellas en las que no- parecía ése el final más adecuado. Por eso vimos cómo a los veinticuatro minutos Pepillo disparó fuerte y Trimiritis rechazó con apuros el balón para que Badenes se encontrase con, él en su carrera hacia la portería y lo empujase- con la rodilla hasta la red. Inmediatamente después, en un saque de esquina de Lis, Badenes otra ves obsequió a Tr imir. itis con un nuevo gol que decidía el partido ¡y daba ocasión a los nuestros de permitirse el lujo de hacer algo jreás lento su juego y de buscar el lucimiento. Se sucediéronlas ocasiones, pero sólo én una de ellas, ajos, cuarenta y cuatro minutos, Pépülo iavaV Sócdsi. porla parcela de Liz y al borde del área- lanzó un fuerte tiro que reohazói sin detener el portero egipcio, buscando eV- re- ivate estaban Badenes, Úribe y Tejada, y itodasíintentarón él gol, pero fue Badenes eVcmeCacertó, vara redondear así su eiicacia. -quefeíeoabaa cinco la cuenta de los españotesly a cuatro su cuenta particular. Poco quedaba 2 tó por hacer, y el arbitro Sr. Marchetti, olvidadizo a veces deja ley de la ventajaren contra de los españoles se apresuróla señalar el final del juego, sin terterien cuenia que en el. primer tiempo faaMa i señalado el descansó medio, minutoMt esty, que había habiáo algunas interruvci 0 f es. Con él- habían alternado el español G- ardeazabal y el egipcio Latif, aue, a veces, con el banderín debajo del brazo, nos hacía la competencia a los que vemos los ppríidos pluma en ristre y cuartillas en laXwiano. -GÓMEZ ABOSCrU CLASIFICACIÓN, BE LA COPA DEL MEDITERRÁNEO J. G. E. P. P. C. P. 4 Francia- B S Italia B 3 Grecia 5 Egipto 5 Turquía 3 Espafiafís. 4 1 0 0 0 0 4 2 3 3 2 0 2 0 2 2 1 17 S 2 3 4 1 3 12 1 10 14 2 8 8 4 3 3 2 dio Bernabéu se encontraba muy pesado. Destacó la actuación de Pepillo y de Badenes, y afirmó qua. en su equino había alineado a cuatro suplentes por lesión de los titulares. En el vestuario ds los españoles, numerosos directivos y aficionados estrechaban la mano de los jugadores felicitándoles por el triunfo. Pero quien sobre sí atraía la atención de informadores y curiosos era el andaluz; Pepillo, que contestaba cuantas preguntas le hacían con la misma serenidad que había jugado, seguramente, uno ás los mejores partidos de su vida deportiva. Edad, condición, encuentros disputados, aficiones, estado de ánimo, todo le fue preguntado y tedo fue contestado por el interior del Sevilla al mismo tiempo que. buscaba su camisola y su pantalón de internacional. En otro rincón Alonso aseguraba que el tanto egipcio, lé había sorprendido por la dureza. Preguntado sobre si los defensss españoles habían hecho mal labarrera contestó diciendo que le habían cubierto bien la- puerta, -pero eme no pudo hacer nada por detener el balón, qus entró en su meta como una exhalpxióh. En otro rincón, Uribs manifestaba su contento por su segundo tiempo. No me explico lo que me pasaba en el primero, pero todo me salía mal decía el bilbaíno. Y a su lado, Badenes, otro de los triunfadores, aseguraba que para él goles son triunfos A mí lo Tínica que me importa es marcar goles. Cuando no lo consigo... Por último, y cuando ya casi todos los jugadores se habían marchado, nos acercamos a Jacinto Quincoees. El entrenador. de la selección E española se mostraba contento por la actuación de sus jugadores en el segundo tiempo. Reconoció quo en la primera fase, por la dureza de les egipcios, los españoles habían tardado en entrar en juego, pero que en la segunda, si bien no había nada perfecto, la actuación del conjunto español podía- con- sid. erarse como tal. Y no se debió a que bajase el rendimiento da los egipcios, sino que éstos se hundieron ante el acoso español. Todos sus componentes- -dijo- -estaban bien preparados como lo demuestra él hecho de que tanto en reflejos como en condiciones físicas terminaron el encuentro en magnífico estado. Preguntado sobra si recomendaría la incorporación de alguno de los jugadores que habían actuado frente a los egipcios a la selección A dijo, que su misión se limitaba a informar al seleccionador, Sr. Eizaguirre, de la actuación de cada uno de los jugadores B y que por otra parte, cualquiera podría ir si se le necesitaba en un puesto determinado. -L. La superioridad fiel conjunto español gueda fiemosíraáa no soi por ios tantos que sBibieros al marcador, simo por el- dominio y el. acoso al ene soznetieron la puerta defendida por Trintiritis. Toaos aquellos bien ligados avances e la delantera española ea el segundo tiempo terminaron inevitablemente en gol o ea disparos, que, coa un poco, más de fortuna, se hubieran convertido en tantos. Per el contrario, Alonso, aunque supo atajar con arrojo y vaiemíía dos o tres- -las únicas- -situaciones ds peligro. que se crearon ante su: ni. eta, no tuvo que intervenir naáa más us dos yeces a tiros de los rá- pidos p r o inocentísimos delanteros egjpeiqs. -En otra ocasión hubo de intervenir, pero nada hizo y fiíé el único tanto. -fie Egipto. áa tantas disparos censo hicieron los españoles, cinco- -no los mejores- -saMeron al mar- ¡cador. Mientras, por el íaSo egipcio, de tres veces que tiraron, a puerta, una, la de Alia, entró esi la nieta e spañola como una exhalación. EGIPTO Wahab Allá Wagilr Hamdy Shrif A puerta Fuera -1 1 1 X 2 i a Total ESPAÑA ¿Ca? iito Bóseh Zárraga IM Pepillo Badenes Uribe Tejada 2 S 5 7 3 3 19 Total Las alineaciones fueron Egipto Tiiminfes, Yafean, Daly; Abdel- wahap, Alia, Rafat; Essam, Wagih, Hamdy, Shrif (Salih) Selim. España: Alonso; Argües, Márqsitos, Camto; Bosch, Zárraga; Eiz, Pepillo, Badenes, üribe, Tejada. JMESFUÍBS BEL ENCUENTRO, EN t o s VESTUARIOS Cabizbajos, cada uno en su rincón, los jugadores egipcios, en sú solitario vestuario, procedían a desnudarse mientras en silencio impresionante, y con una disciplina ejemplar, escuchaban una perorata que en árabe les- dirigía el propio Sr. Latif, que durante el encuentro había ejercido al misino tiempo de juez de línea y de notario, toman do nota de cuanto sucedía en el campo. No entendimos nada, pero por las caras que ponían los jugadores y el mismo entrenador, y por el tono empleado por el Sr. Latif sospechamos se trataba de una autoridad del fútbol egipcio. Después le vimos también transmitiendo por teléfono una crónica del encuentro. Respetamos aquel réspice y cuando el polifacético Sr. Latif se dirigió al vestuario del equipo arbitral nos acercamos al entrenador del conjunto egipcio. El señor Fáwzi. reconoció la superioridad española y manifestó que de cuantos contrarios había tenido la selección de su país, la más potente y la más técnica había sido la de nuestros bes Alegó que el rendimiento de sus jugadores había decaído en el segundo tiempo por el mal estado del terreno, ya que ellos están acostumbrados a campos de juego más duros, y el del Esta- LA TECMÍCA SUIZA EN LA INDUSTRIA i NACIÓN Al tLBERTO ACMUSA. 14 RHOD. E PATITOS CORREÓOS INDIO y KHAKT CA. MPEEU HEMBRAS SEXAOAS i CONEJO GIGANTE ESPAÑOL

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