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ABC MADRID 23-11-1955 página 13
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ABC MADRID 23-11-1955 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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(Cantimmdttt. con sus hombres por los famosos piratas del Sahara, Bens decidió conocer personalmente el territorio español e internarse en el desierto. En sus sus Memorias cuenta que el sol del Sahara despelleja a los hombres y engendra la locura De pronto, un nómada sale corriendo, como si huyera de enemigos invisibles, y hay que perseguirle entre las dunas y amarrarlo. Es peligroso viajar por los cerros de arena, porque el simoun sepulta a caravanas enteras, y a la vuelta de los años otros corrimientos de arena dejan al aire los esqueletos. SI desierto convierte a los homíbres en antropófagos. Al acabarse las provisiones, el agua y los camellos, los piratas de la Inmensa llanura han devorado en primer término a las mujeres. Algunas dé las varias excursiones que Bens realizó a través de los trescientos mil kilómetros cuadrados del litoral sahárlco español duraron más de cuarenta días. Se puso en contacto con las cubilas y con los Santones, cuya influencia era definitiva, y no sufrió nunca ataques ni agresiones. Con riesgo de su vida, pero sin darle importancia, Bens recorrió regiones hasta entonces desconocidas, y se alimentó muchos días con carne cruda y leche agria de. camello. Después de muchas incidencias, y sin disparar un tiro, Bens, ya teniente coronel, ocupó en 1016 las tierras de Tarfaya. El 30 de noviembre de 1920, con medio centenar de soldados, ún secretario de Embajada y algunos obreros del ramo de la construcción ocupó La Muchacha de Villa dañeros. Agüera y cortó las fechorías de los moros que, agazapados en los acantilados, caían en tromba sobre los pescadores canarios, los secuestraban y robaban si se veían en la necesidad de saltar a tierra. ¡Don F r a n c i s c o Besas halló en Villa Cisneros una Factoría c o m e r c i a l bien hecha y una Casa- Gobierno detestable. El cuerpo de guardia estaba en la azotea, y todo el edificio parecía un chiscón inr decoroso. P e s e a sus demandas, no se le autorizaba para hacer o t r a casa. Mejor dicho: no se le contestaba siquiera. En su vista, y como entre el personal canario tenia albañiles, carpinteros, canteros y podía dis p o n e r de peones moros, decidió construir u n a casa digna de España, s ó l o amedrentado por el coste del herraje, la cal y el cemento, que debía pedir a Canarias. Habló a los capitanes de los vapores correos de Indígenas de ta cotonía de Rio de Oro, abasteciéndose de agua en pleno Sahara español. (Foto Cifra. la Trasatlántica, a los de los correillos interinsulares y a los la calle, a cuestas con lá carga pesada de patronos de los barcos pesqueros. Les pre- mis recuerdos. Ni los cariños de la faguntó qué le costarían los fletes. milia- -añadía- nj los hechizos y alegrías- ¡Nada! le contestaron. Lo haremos de una ciudad tan amable y acogedora gratuitamente. Se trata de usted que tanto como Madrid lograron distraerme. bien nos hace. Aprovecharemos al venir En su libro Mis memorias que me en lastre. sirve de guía, Bens señala como honoLos moros vieron al coronel trabajando res que siguieron a su cese unos artículos en un andamio; al teniente, de albañil. de Prensa y el haber sido nombrado hijo Vieron a todos esforzarse voluntariamen- adoptivo de Arrecife de Lanzarote. te, y cómo los moros leales rivalizaban con Después de la Cruzada, el general Díaz los españoles. de Villegas ocupó la Dirección General de Cuando acabó de construirse el edificio, Marruecos y Colonias. Se hizo justicia a el ministro de Estado, don Manuel Gar- Bens. A Bens- -según Díaz de Villegas- -cía Prieto, recibió al coronel Bens en Ma- le reservó España el papel de Adelantado. drid con su proverbial cortesía de aris- Las dificultades agigantaron su gloria. El tócrata, pero con cierto recelo. Llegó a resumen de su labor, mal conocida, demadecirle que había, cometido una falta al siado silenciada por nuestras mismas turconstruir sin permiso la obra Bens pre- bulencias nacionales, el propio Bens la ha sentó toda la documentación, los planos, relatado en forma sencilla, como correslas fotografías y los detalles del mobilia- ponde a la magnitud de su empresa y a rio. El marqués de Alhucemas le miró fija- la espontaneidad de su alma. Gracias a Díaz de Villegas se publicaron las Memomente, y le preguntó: rias de Bens. -Y esto, ¿cuánto ha costado? Yo, fuí a la modesta vivienda de Bens- -Cincuenta mil pesetas con mobiliacuando las circunstancias me tenían al rio- ¡contestó Bens. frente de un diario de Madrid. Fui a pe 1 ministro exclamó: -1 Por Dios, mi coronel! (Cincuenta mil dirle ciertas noticias de África. El glopesetas! ¡Ni que fuera de papel el edi- gloso soldado era tan viejo que a todo el mundo le decía hijo mío Me aseguró ficio! que estaba noté Sin dejar de mirar la documentación, en el curso desmemoriado, pero no loanécde una charla llena de repitió: dotas interesantes. El general Bens se sen- ¡Ni que fuera de papel! tía plenamente satisfecho y contento con Llamó al jefe correspondiente y dio la su ancianidad, porque el Caudillo había orden de que las cuentas se pagaran y triunfado y porque, al fin, se hacía en que le llevasen la orden para firmarla. España una obra digna de sur prestigio En 1925 el coronel Bens fue relevado de africano. sú cargó, porque dicha plaza debía desemParece justo decir estas cosas, hoy, Día peñarla un militar con categoría máxima de África. de teniente coronel. Bens volvió a Madrid, J. dé l a s e P. después de veintidós años en el desierto. (Fotos del Archivo del General Bens, Iba de un lado a otro- scribió- nsln saber qué hacgr, como un Isidro perdido en que figuran en Mis memorias

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