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ABC MADRID 22-11-1955 página 33
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ABC MADRID 22-11-1955 página 33

  • EdiciónABC, MADRID
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A C. 23 VÉ NOVIEMBRE DE 1955. EDICIÓN DE LA MACANA. PAG. 39 país, a despecho del desacuerdo entre loa miembros permanentes del Consejo de Se- guridad. -Canadá busca con ello no sólo la afirmación de un principio que. considera de vida o muerte para la O. N. U. sino tina posición de prestigio internacional en el conflicto entre las grandes potencias. Mis informes son de que jugará su carta, pase lo que pase, si el Consejo de Seguridad fracasa. Creo que tendremos otra semana de forcejeo y que durante la próxima habrá su- 1 ficientes elementos de juicio para saber eri qué parará esta extraña tempestad en un vas. o de agua. -José María MASSIP. NECESIDAD DE REVISAR LA CARTA DE LA O. N. U. Sede de las Naciones Unidas 21. La Asamblea General 1 de la O. N. U. há acordado, por 43 votos contra seis y nueve, abstenciones, que se constituya una Comisión encargada de estudiar el modo de que se reúna una conferencia para revisar la Carta Rusia ha dicho que se trata de un nuevo intento para eliminar el veto. La Comisión deberá formular su recomendación de Conferencia a la Asamblea General de 1957, lo que hace poco probable de aquélla se celebré antes dé 1958. -Efe. A B C en las Naciones Unidas APLAZAMIENTO INDEFINIDO DE LA REUNIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD Continúa el forcejeo ruso- norteamericano en el asunto de la admisión de nueyos países Nueva York (Nac i o n e s Unidas) 21, (Crónica telefónica de nuestro corresponsal. La reunión que el Consejo de Seguridad tenía que celebrar mañana, martes se ha aplazado indefinida- mente. Que el aplazamiento sea largo o corto depende de qué los cinco miembros permanentes del Consejo se pongan o no de acuerdo en Ja delicada cuestión de la admisión en la O. N. U. de los dieciocho Estados que Id tienen solicitada. El sábado pasado no hubo acuerdo en el almuerzo ofrecido por la delegación sovié tica a los jefes de las delegaciones americana, inglesa, y francesa. Los rusos daban mucha importancia a la comida, a la que. fueron invitados, además, los embajadores soviéticos en, Londres y Washington. Cuanr do los comensales se despidieron, se dio una breve nota que decía: No se ha- llegado a ningún acuerdo, Las conversaciones continuarán. El presidente de turno del Consejo de Seguridad es el enviado de Irán, Nasrollah Entezam, un diplomático muy fino, que no quiere conflictos. Cuando Entezam convoque el Consejo a reunión es que habrá habido acuerdo previo entre los miembros permanentes: De lo contrario, no. habrá convocatoria por ahora; ¿Para qué? La idea de que está desorbitado el problema tiene nervioso al presidente del- Consejo ¡de Seguridad y confusa a la mayoría de las naciones, que quisieran ver esto resuqlto cuanto antes. Ello es muy complejo dentro de una organización internacional de las proposiciones de ésta, constituida por 60 naciones, con intereses y opiniones propios y, frecuentemente contradictorios. Hay la- pugna politica entre Estados Unidos y Rusia. Hay la cuestión eje prestigio de la China 1 nacionalista. Hay la inquietud de países coloniales como Francia, Inglaterra y, acaso, la mis- ma Bélgica, ante la perspectiva de que entren pronto en la O N U- como caballos en una cacharrería, cuatro o einco, naciones que se unirán instantáneamente al bloque más agresivo de este cónclave, que es el anticolonialista. Sin embargo, puede hacerse uña afirmación: ía inmensa mayoría de la Asamblea General sostiene el principio, de la universalidad de la O. N. U. y estima que éste. es el momento de ponerlo en práctica, abriendo las puertas a dieciocho naciones más. Ello significaría que- -can la sola excepción de los tres países, divididos en dos por, la guerra fría, Corea, Indochina y. Alemania- -todos los Estados del mundo con Gobierno propio pertenecerían prácticamente a las Naciones Unidas. El caso chino es especial, porque no se trata de dar entrada a China, sino de decidir qué China, la nacionalista o ¡a comunista, tiene derecho a pertenecer a ja O. N. U. no es nu problema de admisión, sino una cuestión de: credenciales. Sin. acuerdo arriba, hoy, se está aquí en un confuso punto muerto. La negativa americaría, que es, en realidad, una negativa china, a abrir las puertas a la República popular de ípngolia, está justificada como posición política. Al- guien tiene que ceder. En este niomenr to rio parece que nadie esté -dispuesto a har cerlo. Puedo decir ue sé celebran co. nsuLr tas entre los delegados y sus respectivos Gobiernos. Como en todos estos forcejeos diplomáticos, una cuestión dé prestigio se há. interferido en la cuestión de fondo, y ahora, va a ser- muy duro rectificar. En tpdo es (e asunto rió debe perderse de vista la moción canadiense dirigida a la Asamblea General afirmando el, principio de universalidad de la O. Ñ. U. El ministro del Exterior de Canadá, Lester Pearson, se encuentra, desde su despacho de Otawa, detrás de ja propuesta, Y aquí, su jefe dei legado, Mr. Martin, no parece dispuesto en modo alguno a silenciar la opinión de su A. 11 C en, Londres MR. MAC MIllAN HA MARCHADO A BAGDAD Londres 21. (Crónica telegráfica de nuestro corresponsal. Mr. Mac Millan está ya en Bagdad, donde se reúnen Una informaeión del Sunday Times sobre un posible Pacto del Mediterráneo IOS con J 2.000 vofos o favor sobra 79.000 votantes, el público tía Modnd epnffrme, n él gran c mys Q coERC e INDUSTRIAL, lo evidente superioridad de lo óptica M ARTEL! firmantes de la económica y defensiva que trata de enlazar la organización del Atlántico Norte con la dsl Sudeste de Asia. Recordemos que los firmantes son G r a n Bretaña, Pak i s t á n, fi ¡rak, Turquía y Persia, y que una de sus aspiraciones es conr seguir ía adhesión de Estados- Unidos y de los países árabes, PQÍ eí ihomento, Washington, que sólo envía observadores militares a Bagdad, queda la expectativa a causa dé la tensión en las, fronteras de Israel. El Líbano, Jordania y gisia- -inclinados en prmeiyÍQ al acuerdoreservan su e isiójL ffah por e mismo motivo. Esta es fa oeasipn de demostrar que un grupo de países de distintas ra ¿as, religio- nes e historia pusds unir- se Bíira establecer la paz y ía prosperidad gn su órbita ha dicho al partir Mr. Mac. Mílian. Y preguntado acerca de si la intervención de Rusia en el Media Orienta puede desartiealar el Pacto de Bagdad, contestó que las arrogancias tienen con frecuencia la yir- tud de apretar las filas en los países ame: nazados por ellas Pero no es fácil creer en el optimismo del secretario del Foreign Office. Mr. Mac Millan no hablara tanto del Pacto- deBagdad -en Bagdad -como deí conflicto de Palestina y del plan de ¿ir Edén para liquidar esta querella. Con el plan de sir Antóny Edén penetra el Gobierno británico imprudentemente en una polémica envenenada. Más vale no acercarse al hierro cuando está al rojo blanco. Para empezar, el primer ministró de Israel, Mr. Ben Gurion, califica de ultraje Iá maniobra inglesa Inglaterra- -dice- -4 K enía recobrar ru iiifliicncia en el Kiundó árabe a costa de nuestro pueblo. Ing 5 aterra y Rusto tratan de destruir el Estad Ií teeo por caminos distintos y razones n; wr T

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