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ABC MADRID 19-11-1955 página 22
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ABC MADRID 19-11-1955 página 22

  • EdiciónABC, MADRID
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A B. -C. SABABO 19 J? NOVIEMBRE DE 1955 EDICIÓN OE LA MAÑANA. PAG. 33 los cronistas madrileños, va a ser recogida por la disposición legal en proyecto. La repercusión que han- tenido en la masa popular Unas declaraciones, municipales relativas al tema es señal inequívoca de que rio nos encontramos en presencia de una cuestión de orden secun- dario. Con un presupuesto equilibrado y con un sistema de transportes adecuado a las necesidades de Madrid, la Alcaldía Presidencia permitirá un amplio lucimiento. En él supuesto de que sea vencido el problema del transporte, el Municipio tendrá ante sí un camino llano. La continuidad de la tarea municipal no excluye que ciertas fases de ella requieran discreción, habilidad y paciencia sumas, en tanto que otras, más brillantes y populares sólo exijan entusiasmo. En las circunstancias más difíciles, el Municipio madrileño ha pasado, bajo la presidencia del conde de Mayalde, la zona de los temporales, y ahora se encamina hacia las grandes realizaciones que la capital es; pera. íp dos Unidos, Mr. George F. Kennan, uno de los hombres que mejor conocen las realidades de Kusia, echaba, hace días, por la borda, las ilusiones que el Departamento de Estado, lo mismo que la Casa Blanca, mantenían en. relación con sus contactos con el comunismo ruso. Se quejaba de esas ilusiones y razonaba su amargura con argumentos claros, lógicos e incuestionables. ¿Cómo, es posible- -decía- -esperar que los rusos admitan la reunificación de una Alemania cuya parte occidental está integrada en el sistema político- militar de los adversarios, o al menos rivales del bloque soviético? Nadie objetará nada contra la incorporación de la Kepública Federal al bloque atlántico- per se aunque sí contra la ilusión de que tal incorporación facilite la unión de las dos Alemanias. Tal equivocación es hábilmente explotada por los moscovitas, que, con alguna lógica, pueden presentar. a los alemanes del Oeste la alternativa N. A. T. O. o unión en el sentido de que sólo la política de Adenauér estorba el abrazo de los hermanos que viven en ambas orillas del río Elba. El. viaje del canciller de Bonn a la ca, pital soviética fue un indicio bastante claro para que los rusos lo comprendiesen. Si Adenauer no tuviese numerosas críticas, dentro de su misma coalición, no hubiera aceptado la interesada y maquiavélica invitación moscovita. No le, hubieran faltado pretextos para la negativa su edad, su salud quebrantada, la facilidad con que Bülganin se hubiera trasladado a Bonn, o simplemente la inuírüchd de tal visita. Pero sé ve que el anciano canciller (dentro de dos meses se convertirá en octogenario) tenía- necesidad de demostrar que haría Iq posible para negociar la: unificación nacional, y que el eventual- -o probable- -fracaso no dependía de él. Los fuses: no son tan lerdos para no darse cuenta de que Adenauer efectuaba eí viaje acuciado por los descontentos, que no sólo se- rechitaban entre los socialistas y de que, con prolongar la división, apuntando siempre hacia la M. A. T. O. minarían la posición áel jefe del Gobierno de Bonn. El programa ruso consiste en esperar pacientemente, riéndose de la natural impaciencia de alemanes y nortearnenca- nos, y servirse del Gobierno del Berlín oriental para dejar entender a los germanos del Oeste que, negociando directamente coa Moscú, conseguirían rancho más que con escuchar la repetición del programa del pío deseo de los aliados. ¿Qué pueden ofrecer ésíes? Buenavolunta d. Nada concreto ni paip? b! s. Por el contrario, como los moscovitas mandan de un modo incondicional en la Ale maitia del Este; pueden imponer r Gabinete Groíewohl cualquier condición que fomente los intereses de Rusia, nque resalte más favorable para Bonn que para Pankow. ¿Más favorable para la República Federal que para la República ppDivlar ¿Por qué no, siempre qn? aquélla se sepárase de los occidentales? Kennan denuncia la posic n rígida y estéril de los norteamericanos, que t ermiten a los moscovitas que en su política alemana prescindan de los aliados y sólo se entiendan con los propios germanos. Con servirse de su no tradicional aplazarán- la resolución hasta que el sucesor át Adenauer se distancie un tanto de os occidentales, colocando la unidad nacional, por encima de cualquier otra consideración. El cálculo no es descabellado y ouede dar fruto: los alemanes del Este ¿aben- que no deben e erar la liberación y los del Oeste se dan cuenta de que los Estados Unidos no pueden ofrecerles la unidad e su patria. i EDITORIAL PRENSA ESPAÑOLA SOSCBIPCION D A B C: MADRID i Y PROVINCIAS. TRES MSSK. 78 pts. REDACCION Y ADMINISTRA CION: SERRANO. 61. MADRID. í APARTADO NUMERO. 43. TELEÍFONO 25 19 59 IRAWSPORTES MA T D RILE ÑOS ¡bastado algunas predicciones sombre una posible resolución del problema jde los transportes madrileños para que se iniciase un útil y constructivo debate sobre las características de la fórmula fq ue en su momento haya de aplicarse. ¡No cabe discutir el alcance de una disposición legal que se encuentra en estudio y cuya última versión nadie puede adivinar. Pero quizá sea el momento La ilusión ginébrina no tenía justificaoportuno para algunas consideraciones ción ni base real. Había surgido de una defcarácter general. sonrisa y no de una rectificación de coni El- problema de los transportes tnadri- ducta por parte de los- moscovitas. ¿Qué leños procede directamente del repentiestadista, que merezca tal calificativo, no crecimiento de la urbe, y su existenpodía esperar que los gobernantes rusos cia constituye, a la inversa. un freno para renunciasen a su s, proyectos, y menos ese mismo crecimiento. Madrid, más que aun después del viaje del canciller Adecrecer, en el sentido físico de la palabra, nauer a Moscú? Saben que el tiempo les ha aumentado de densidad, es decir, ha favorece y es contrario a los norteame crecido hacia adentro si se nos permite ricanos. Saben que la actitud rígida de la expresión. De tal situación se derivó Washington, sin posibilidad de manioun malestar evidente en el vecindario y. brar, sólo fomenta los designios del una irregularidad, no menos evidente en Kremlin. Puede haber coexistencia, es la fluidez de la vida local, con efectos de decir, ausencia de lucha armada, mas no mayor gravedad que lo que pudiera desobre la base del programa alemán de ducirse de un examen superficial. Desde John Fqster Dulles. En el importante hace años, las páginas de la Prensa madiscurso que anoche dirigió, por radrileña vienen clamando por una soludio el secretario dé Estado norteameri: ción del problema. Y como ocurre casi cano a su nación y al mundo entero subsiempre en este tipo de cuestiones, la rayó él fracaso rotundo de la Conferenvoz popular se dirige hacia la autoridad cia de Ginebra en aquellos tres puntos inmediatamente superior, que en este caso que formaban su agenda y eran la razórj es el Municipio. Pero el Municipio no de esperanzas lejanas- -hoy fallecidas- 3 estaba en condiciones de afrontar una saber: unificación de Alemania, redubi crisis del transporte que había rebasado ciórr de armamentos y contactos en ampliamente las posibilidades locales, y tre el Oriente y el Occidente. Todo estí así lo hizo constar francamente el conde se ha derrumbado. Una vez más, el Ocde Mayalde desde los primeros- días dé cidente no ha podido entenderse con el su gestión. Es el Estado- -dijo y reite- Oriente: They can t rneet corno decía ró incansablemente- -quien debe y puedo Kipling. Desde que se inició la Confeaprestar i los ¡recursos legales para supe- rencia de Ginebra lo habíamos pronostirar esta situación. Y aun fué más excado: no hay, de momento, acuerdo poplícito cuando en cierta ocasión manisible entre las dos grandes fracciones en festó: Me siento avergonzado ante las que aparece hoy dividido el mundo. colas que se ven en las paradas. PaCon anterioridad a este discurso transralelamente a esta actitud, el alcalde de Madrid llevó hasta los órganos centraless cendental, el éx- embajador de les Esía del í Poder la voz del vecindario madrile- ño. sDurante tres anos libró con infatigable; tenacidad la batalla Je la persuasión sobre el indiscutible fundamento de unas cifras que habían dejado de tener relación con las posibilidades dé la hacienda local. Sin embargo, detrayendo de las cajas municipales sumas ruinosas se aplicó a remediar provisionalmente las necesidades más urgentes, y así se logró que la vicia de Madrid no quedase totalmente paralizada. Tenían ciertamente razón KlAQUlFtAS PARA ORILLAR SACOS quienes se quejaban de un servicio cla MAQUINAS PARA BOCAS DE SACOS (MAQUINAS PARA REPASAR SACOS, ETC, ramente irregular e insuficiente Ahora 7 cuando parece que por fin nos acerca) Máquinas Industriales para coser. M A N U E L R O M E R O -Bilbao. mos al feliz término de la crisis, convieDoctor Areilza, 8- Teléfono 31011. ne tener en cuenta esa labor oscura y tenaz, sin la cual- no se hubiera llegado a constituir la Comisión Interministerial de Transportes ni se hubiera abierto caBruselas XVII, buena ocasión, Sagasta, 33, mino la realidad e f rAca. que, según p r i m e r o r DESPUÉS: DE GINEBRA: MOSCÚ PUEDE ESPERAR

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