ABC MADRID 18-11-1955 página 29

VIERNES 18 DE NO V 1 E M B R E BE 1955. EJEMPLAR U N 1 A P E S E T A ABC ABC en Washington partidarios de la guerra contra el Imperio soviético. No creo que éste sea un análisis juicioso. La realidad, y éste es el consenso general en Washington, es que la Conferencia de Ginebra era, en el fondo, una batalla entre Estados Unidos y Rusia para la conquista política de Alemania; una Alemania que, unida, hubiera sido la llave del equilibrio económico y militar de Europa. El error fue pensar que los rusos iban a acceder de algún modo, con algún milagro, a la unificación de Alemania, renunciando a su satélite oriental, para encontrarse, en definitiva, con que la nueva nación unida se aliaba militarmente con Estados Unidos. La sonrisas del pasado verano engañaron en este terreno al presidente. A la hora de concretar se ha visto que no hay la más remota probabilidad de que los rusos cedan su parte alemana para encontrarse con un cuarto Reich en el campo militar aliado. Prefieren una Alemania mutilada a una Alemania enemiga. Para los rusos- -y, en realidad, también para los aliados- -ésta era la cuestión central de Ginebra; lo demás, desarme, inspección aérea, seguridad intereuropea. venía prejuzgado por la cuestión alemana. Hasta tal extremo- -y ello ha causado aquí una verdadera sorpresa- -que, en semejantes condiciones, Molotof ha mostrado un completo desinterés en el único capítulo que podía producir algo constructivo el intercambio cultural y económico entre Rusia y los aliados. Cuando se ha pasado de las generalizaciones a los temas concretos se ha vfeto que los rusos no están preparados para discutir, coíno no sea en su propio terreno y a su AÑO CUADRAGEsI MO OCT A V 0 N U M E R O ii 5 5 o 6 6o PA G 1 N A s HA REGRESADO FOSTER DULLES, EL EN ESTE NUMERO En un acto celebrado ayer en la Secretaría General del Movimiento, el señor Fernández- Cuesta impuso la Gran Cruz de Cisneros al ministro de Comercio, Sr. Arburúa, y al capitán general de la P r i m e r a Región, teniente general Bodrigo (Pág. 33. El ministro norteamericano acreditado en Tánger se trasladará hoy a Rabat para entregar al Sultán de Marruecos un mensaje personal del presidente Eisenhower (Pág. 37. La C. G. T. argentina ha revocado la orden de huelga general La sede central de la Confederación General del Trabajo, en Buenos Aires, ha sido ocupada por fuerzas militares La Asamblea Nacional francesa se ha pronunciado contra Edgar Faure al aprobar por 339 votos contra 270 el sistema electoral por distritos 39. El festival taurino pro Campaña de Navidad celebrado en Madrid ha proporcionado 1.049.558,40 pesetas de beneficio líquido (Pág, 43. HJMBRE QUE SE HABÍA HECHO ILUSIONES EXCESIVAS Ayer mismo conferenció con el presidente Eisenhower, en Gattysburg ESTA NOCHE HABLARA POR RADIO Y TELEVISIÓN AL PUEBLO NORTEAMERICANO Pese al fracaso de Ginebra, TÍ I Estados Unidos creen que Rusia no desea la guerra W a s h i n g t o n 17. (Crónica telefónica de nuestro corresponsal. Cuando el secretario de Estado, Mr. Foster Dulles, llegó esta tarde al aeropuerto nacional, procedente de Gfnebra, la expresión de su rostro era la de un hombre que trata de disimular su consternación. Un hombre que se había hecho ilusiohes excesivas. EXL el aeropuerto había mucha gente esperándole. Altos funcionarios del Departamento, miembros del Gobierno, periodistas. El secretario de Estado habló poco y con mucha moderación, tratando de quitar hierro al fracaso de Ginebra, dando la impresión de que las puertas de la negociación siguen todavía abiertas. Inmediatamente, sin salir ds 1 aeropuerto, el infatigable viajero tomó un avión más pequeño y se trasladó a Gettysburg para da r cuenta al presidente Eisenhower del resultado de su misión. No se ha tomado ningún descanso. No ha querido dejar la entrevista para mañana. Casi sin solución de continuidad el secretario ha volado desde Ginebra a las puertas de la- finca de campo del presidente, creador del desvanecido espíritu de Ginebra. Mientras comunico, Eisenhower y Dulles están conferenciando. El secretaria volverá a entrevistarse mañana con el presidente; por la noche, por radio y televisión dará cuenta de la situación al pueblo americano. Unánimemente, los titulares de la Prensa áe hoy utilizan el vocablo fracaso al hablar de Ginebra. La misma palabra se encuentra en labios de todos los diplomáticos, Jos políticos y los periodistas. Es el epitafio del espíritu de Ginebra Aquí hay quien cree que la causa principal del fracaso hay que buscarla en la enfermedad de 1 Eisenhower y en la convicción soviética de que para 1957 Estados Unidos habrá dado un nuevo presidente. Los rusos creían en Eisenhower, en su espíritu de paz y en su palabra- -me decía esta tarde un comentarista- Toda su política de sonrisas se basaba en la permanencia del presidente en la Casa Blanca. Ahora, convencidos de lo contrario, temen que cualquier concesión a Jpccidente refuerce en una nueva Administración la tesis de la incompatibilidad con el comunismo y, por tanto, la posición de- los EDITORIAL España está en trance de recuperación, y el presupuesto del Estado debí servir ese propósito siguiendo unas líneas perfectamente meditadas y trazadas con todos los, asesoramientos técnicos (Pág. 36. propio precio. Las apariencias pueden ser diferentes, pero a la hora de concretar se ve que los rusos son prisioneros de su propio pasado y de la ideología que íepresentan. El Wall Street Journal publica hoy el comentario más realista de América ante la actitvd soviética. Dice: ¿Cómo podíamos esperar de un Imperio militante como el soviético que se replegara de Alemania y entregase, sin causa ni propósito, la parte oriental? ¿Por qué un Imperio como el soviético tenía que desear la inspección de sus armamentos? ¿Por qué ha de querer, si accede al intercambio cultural, que le infecten las ideas del enemigo? El fracaso de Ginebra ha producido aquí un gran desengaño, pero no alarma en cua jyto a los propósitos militares rusos del- futuro. América sigue convencida de q. ue Rusia no desea la guerra. La convicción americana es que Moscú quiere mantener el statü quo No hará concesiones, pero tampoco provocará conflictos irreparables. Por el instante, la gran preocupación americana es, más que Rusia, la Alemania occidental. El fracaso de Ginebra creará mucha presión política alrededor del viejo y enfermo canciller Adenauer, en favor de ne góciaciones directas entre Bonn y Moscú. Dentro de la República Federal dista mucho de existir unanimidad en. cuanto a la éonveniencia de aliarse militarmente con Estados Unidos a través de la N. A. T. O. Esta es una causa de gran ansiedad pá- s los gobernantes de Bonn. Algunos de elloi-