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ABC MADRID 17-11-1955 página 28
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ABC MADRID 17-11-1955 página 28

  • EdiciónABC, MADRID
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A S C. JUEVES 17- BE NOVIEMBRE BE 1955. EDICIÓN! E LA MAÑANA. PAG. 33 bral y desciende la escalera con lentitud, va- j cilante, trémulo. Las tropas presentan armas. La banda de música interpreta el himno jerifiano. Evolucionan en el aire, a escasa altura, los cazas de la escolta. Los fotógrafos, operadores cinematográficos, operadores de radio rompen la barrera de. policía y abordan a la comitiva imperial. El bajá de Salé apenas si puede hacer al Monarca la tradicional ofrenda de leche y dátiles. Luego, I. rohamed V intenta revistar las tropas. Y lo hace, pero rodeado materialmente, de subditos, de oficiales de la Guardia Negra, dé fotógrafos de Prensa. Saluda a las banderas. Remotamente, tras el ensordecedor griterío, la Marsellesa Luego, ofrenda de flores, desvanecimiento de mujeres, lágrimas en los ojos de todos los marroquíes. EL CORTEJO EN MARCHA Apresuradamente, en el seno de una tre menda efervescencia humana, he conseguido llegar al autocar y subo al techo. El cortejo se está organizando. El Sultán ha conseguido también franquear el desborda- miento de la muchedumbre y se encuentra ya de pie en un coche descubierto. Nuestro, autocar se pone en marcha siguiendo a la caravana del residente. LTna vez en la carretera me hago exactamente con la dimensión física del acontecimiento. Se trata de un espectáculo fabuloso, -inimaginable. Desde nuestro vehículo la carretera hasta Rabaí es el eje de la perspectiva. En la llanura y en el horizonte miles y miles de marroquíes saludando en tra nce de exaltación máxima al. hombre que encarna sus tradiciones, las esencias propias del pueblo, al hombre cuya obedienc; i interpreta su libertad. EL ISTIQLÁL, TRIUNFADOR DE LÁ JO. BNABÁ La marcha es, por otra parte, un rotundo triunfo del. Istiqlal. La masa humana da vivas al partido y al Monarca. ¡El Istiqlal por Ben Yussef! Consigo sustraerme al imperativo del momento y detengo la mirada en alguno de los soldados que cubren la carrera. Son jóvenes reclutas, que tienen un aspecto inconfundible. Son elementos extraños al paisaje. Ni espectadores ni protagonistas. Se adivina en Su rostro cierta confusión íntima, no disimulada: tras el rigor de su postura militar. Por lo demás, el miedo se ha disipado y no hay nadie capaz de sustraerse al espontáneo y correcto entusiasmo de los indígenas. temblor claramente perceptible. Por fin, habla. He aquí sus palabras: Amado pueblo- -dijo el Soberano- gloria a Dios, jué nos lia permitido recesar para poner fin a nuestras dificultades y llevar a término nuestros esfuerzos. Pueblo fiel: mientras permanezcáis firmemente leales a la fe, ningún mal puede alcanzaros, cualquiera j; ue sea su fuerza, ya que en este mundo no hay pruebas difíciles que duren siempre. Amado pueblo: prometisteis ser fieles y habéis mantenido plenamente vuestra promesa. Habéis sido de los eue perseveran y Calidad, elegancia... VIOTS para traje de chaqueta y abrigo, a LANAS jaspeadas para vestidos a 15 y 19 precios de LA ENTRADA EN EL MEXUAR Las puertas del Mexuar han sido abiertas y la muchedumbre se ha precipitado en el interior del recinto, ávida de contemplar, una Vez más, el rostro de su Rey. Como a la Prensa se le han dado las máximas. -facilidades, nos emplazamos exactamente a seis metros del templete desde el cual el Monarca va a saludar a su pueblo. La Guardia Negra forma en cuadro y, alternando con sus soldados, la Guardia especial del Isti qláí: una milicia política de riguroso uniforme, pantalón y camisa negros, pañuelo, escultista al cuello, con los colores jerilianos. No tarda el Sultán en aparecer, acompañado por sus dos hijos El príncipe heredero, Muley Hassan, -parece asesorarle. Contemplo detenidamente el rostro de Ben Yussef. Parece acusar cierta- fatiga espiritual. Sin detrimento de la- majestad de su presencia, tiene apariencia recatada. Quizá la emoción- ha conseguido reducirle. Quizá ha. cedido a sus efectos. Los Reyes son hombres. PALABRAS D E MOHAMED V r Mohamed V niira a izquierda y derecha, se ríe levemente, bondadosamente. Le brot a e l agradecimiento en las mejillas, en un Tejidos de gran clase y novedad para abrigos Lanas lisas y jaspeadas a 65 Otro tipo a 9 Otra calidad a 75 Terciopelo cortado y jaspeado a. 79,50 Paños en colores lisos a 89 Otra calidad a 99 Cheviots a 85 Para vestidos Lanas jaspeadas y lisas a Otra calidad a. Lanas escocesas, gran variedad, a. 28 35 25 Y una incomparable colección de la nas negras para vestidos, trajes de chaqueta, abrigos... ¡a Jos precios üe SEDERÍAS CARRETAS! a quienes Dios, como recompensa, catira de bendiciones. Amado pueblo: como vosotros, nosotros hemos permanecido fieles. Como vosotros, nosotr- QS hemos cumplido nuestro deber. Estamos aquí, ante vosotros, como siempre nos habéis conocido, siempre al servicio de nuestro amado país. Alabado sea Dios, que en su misericordia ha puesto fin a nuestras pruebas. Una ensordoeedera ovación acogió las palabras del Monarca. Por último, se retira. Pero su imagen ha quedado ya hecha presencia en el corazón de todos los marroquíes. Y asi arrecian los alborozos. Decido sumirme en ellos, vivir, vivir la experiencia de compartirlo. El hombre tiende a unirse, a fundirse en los fabulosos afanes del pueblo cuando hay una razón y una emoción que sustenten los cía- mores. RECEPCIÓN. OFICIAL EN PALACIO Por la tarde, en el Mexuar, la recepción del residente y del Cuerpo Diplomático en el salón del trono. Los periodistas disfrutamos de una franquicia. absoluta. Tanto, que nadie me impide situarme inmediatamente a la derecha del sillón del Sultán, Junto a su hijo el príncipe Muley Abdel- Lah. Lo fastuoso del Palacio Imperial es una leyenda. El salón del trono, aun siendo suntuoso, parece modesto. Mohamed V- -le observo la contracción de sus mandíbulas, el par padeo, la nervosidad de sus manoS: -debe ser hombre sensitivo, afable, sentimental. En corro casi familiar, en torno al Trono: el residente; el Consejo de Guardianes, Ben, Suman, el Cuerpo Diplomático, altos funcionarios franceses y marroquíes y nosotros, los periodistas. Hay intercambio da discursos. En sustancia, la actitud de los países respectivos que han conducido a la reconcilaición rubricada de manera absen luta por una y otra parte. Observo al prín- c cipe heredero. Se muestra impasible, domina sus emociones y adopta una postura entre enérgica y cortés. Parece seguro de sí mismo. Le alienta, sin duda, una fe resuelta en los destinos de su país. Terminados los discursos, las personalidades vuelven a estrechar las manos del Sultán. Después le abordan, eludiendo todo rigor palaciego, nuestros colegas marroquíes. El Sultán los acoge afablemente y dialoga con cada uno de ellos. Luego lo hacen brevemente algunos europeos. Yo me abstengo, de ello, le veo fatigado, rendido, por la intensidad de la jornada que ha vivido. Poco después nos invitan a abandonar el salón imperial. Alrededor del Mexuar siguen millares de marroquíes aclamando a Ben Yussef. Rabat resplandece por doquier, aunque ha anochecido. El día fue como lo quiso el Monarca: da jubilo, de alborozo, de reconciliación. Marruecos halla de nuevo su rumbo; Ben Yussef ha recuperado el cobijo de sus techos imperiales. Para los marroquíes, la jornada ha sido! a de una victoria ganada a fuerza de tesón y heroísmo. -Manuel CANTARERO. BEN YUSSEF FUE DESPEDIDO POR EL EMBAJADOR ESPAÑOL París IÓ. El Sultán ha realizado el vuelo desde París en un avión tetramotor, acompañado de sus hijos y su hermano, el príncipe Muley Hassan; el coronel Touya, que acompañó al Sultán desde Madagascar; los asesores jurídicos del Soberano, profesores Izard y Weil; su médico particular, Sidi Mamen, -y varios 1 amigos íntimos del Sultán. r- En un segundo avión han efectuado el viaje as veintitrés esposas del Sultán y él séquito. El Sultán Beñ, Yussef iba vestido con chilaba gris azulado y sus tradicionales babuchas. Sus hijos iban vestidos a la ea- ropea. En París, el embajador de Espaíia

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