ABC MADRID 13-11-1955 página 31

AL MARGEN DE LA GUIDE BLEU Vista de Florencia Por G. GÓMEZ DE LA SERNA I I Aroo de Triunfo, d Florencia, i IXEN se atreve con Florencia? Ni en cinco días, ni en cinco años se ve Florencia. Florencia se ve, acaso, en cinco minutos de éxtasis, acodado en la alta baranda del Piazzale Michelangiolo, sobre la colina, mientras la tarde navega por el Amo con sus últimas luces desplegadas y la ciudad va encendiendo en la prima noche su fantasmagórico secreto. No sé; no sé qué color tiene Florencia en esa hora de misterio cuyas campanadas barajan las fronteras del tiempo; sólo diría que sobre su cuerpo de tierra tostada por la Historia se cierne una aureola dorada y añil, y que la ciudad se asoma a mirar en el dulce espejo del río toda su increíble belleza; y que sonríe entonces, cómo una hermosa mujer, contenta de si misma; Si sé que parecen hechos para ella los versos que, Mlcer Dante Alighieri compuso cuando paseaba por está misma ribera sus dieciocho años enamorados de Beatriz: Quel ch ollA- par quando uu poco sorrlde, non si pi i dlcer. ntf teneru a Miento, ki tí novo ralracnlr e genlile. Allá abajo está el milagro. Está la más grande concentración de belleza, la mayor densidad de espíritu que es capaz de albergar una ciudad. Ni siquiera Roma guarda mejor tesoro que Florencia; ni siquiera Siena alcanza pureza; mayor. Desde este Pinzzale Michelangiolo- -a la espalda la maravilla románica de la iglesia de San Miníate al Monte- -se divisan, a la izquierda, en esta misma orilla del río, los jardines de Boboll, que ocultan la enorme masa renaciente del Palacio Pittl, sede de los Médicís desde el XVI, y más allá sobresalen las torres del Santo Splrito y del Carmine; cerca, junto ai Palacio, el Ponte Vecchio pasa sobre el Amo su abi- i II palacio viejo de Florencia, y en primer Wrmlno, alegoría de MH rapto de la