ABC MADRID 10-11-1955 página 33

ABC. del imperio. J U E V E S 10 DE NOVIEMBRE DE 1955, EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 33 vo Sultán serán capaces de resolver de la noche á la mañana la crisis marroquí, ni probablemente la acción de los terroristas, que ha tomado amplio vuelo en los últimos meses. cioso no por guardar su personal silencio, sino por haber sabido guardar, custoSi bien puede achacársele con harta radiar, y anteriormente crear el silencio de zón él haber jugado siempre coü. parcialiParís. El impresionante y modélico silencio dad e incluso con pleitesía la carta frande París. El vacío acústico de París, como cesa, no cabe negar que en ocasiones graconté en su día, empezó en agosto de 1954 ves supo defender enérgicamente, gracias aprovechando la pausa de las vacaciones. a su prestigio personal, los verdaderos intereses de Marruecos. Su posición actual Los inclinados al pesimismo nada esperaban es fuerte, no sólo por su parentesco con de la disciplina de los automovilistas; no el nuevo Sultán (también le unen lazos París 9. (Crónica les creían dispuestos a sacrificar sus frenos familiares con el derrocado Ben Arafa) y telefónica de n u e s- a la bocina, i Ah, cuando regresen los qué con El Glaui, de quien es suegro, sino por tro corresponsal. El están; de veraneo... decían los recalcitranel papel que desempeña en el Consejo del n o m, t) r amiento del tes, sin admitir el fenómeno. Pero llegó oc Trono como principal colaborador del GoConsejo de ministros fubre y la ciudad- continuó enmudecida. Los bierno francés. Claro está que también sus de hoy en favor del coches se deslizaban sin otro ruido que el compañeros del Consejo disfrutan de la prefecto de París, An- producido al rasgar el aire. Los automoviconfianza de los. mediosi militares y polídré Dubois, para sus- listas demostraron estar más hartos de los ticos franceses. Si Bekai, coronel de cuarenta y ocho años, lier. ido en el frente de tituir en la Residencia bocínazos que los mismos peatones. Sedán, en 1940, es amigo íntimo de Ben general de Marruecos Yussef. Si Sbihi, de setenta años, nacionaAI principio la velocidad de la circula a Boyer de Latour, lista moderado, es un ulema, o sea intérno ha sorprendido a ción disminuyó un poco. Mas pronto recoprete de la ley coránica y representa, por nadie. La salida del bró casi su ritmo normal, porque cada contanto, al cuerpo de los ulemas, que, son general Boyer de La- ductor guardó su derecha y todos los peaen total setenta dignatarios. Si Tahar tour. la. hizo inevitable tones utilizaron más los ojos que las pierUassu, de treinta y ocho años, fue teniente El Glaui hace ya días. nas para cruzar la calle. Hoy, oír un bocide spahis, y desde siempre favorito y protegido del general Boyer de Latour. A Dubois, cuyo nom- názo en París es como oír una blasfemia bre había circulado en un salón. No sólo el culpable es fulmiLas tareas qué- realiza dentro y fuera del Consejo del Trono Si Hadj El Mokri, tiempo atrás como po- nado por las miradas de sus circunvecinos, son abrumadoras. Pero el viejo político las sible gobernador ge- sino que. cualquiera de nosotros experimenta al oír él bocinazo un sobresalto tan desha comenzado sin desmayo, y lo que re- neral dé Argelia, se le sabía ya con un pie sulta más chocante, con sincera confianza. en Rabat, aunque él guardara silencio. agradable como el que puede sufrir cualY eso que un hombre de su perspicacia no quier paleto, puede ignorar que ni el Consejo ni el nue- Mas a Dubois se le ha llamado el silen (Es fácil seguir el ejemplo de Dubois en otras capitales? Sí; siempre que los cuines no sean demasiado viejos y. -tengan- buenos frenos; siempre que el vehículo lento deje pasar a su izquierda al más veloz y, final mente, siempre que no abunden los peatones suicidas. Dubois, en todo caso, ha. conseguido con su silencio un tan clamoroso éxito, que el ¡Gobierno lo reclama ahora para acallar Marruecos. ¿Silenciará Dubois las medinas, como ha enmudecido los Campos Elíseos? ¿Achicará el- tráfico en el Atlas, como ha ordenado; la circufación en los; bulevares? ¿Restablecerá en las ciudades- norteafrica ñas: rlas coexistencia- -entre franceses y. ma rroquíes- -como la logró aquí entre peatones y automovilistas? i Dubois nació eri Argel, y sabe de África del Norte tanto como de urbanismo. Es un? urbanista con urbanidad. Los agentes- del -tráfico- de París no sólo llevan guantes blancos; actúan, además, con ellos. Lai. i grúas del Ayuntamiento se llevan los co; ches, mal estacionados a las cocheras muní cipales. Pero no muchos, y más a guisa de advertencia que de venganza. A los coches parados en los Campos Elíseos les coló can papelitos de colores distintos en los neumáticos, para indicar las horas que llevan allí por encima- dé las dos permitidas. Pero esto es también un apretar sin ahogar. La medida más clemente inventada por Dubois es, de. todas maneras, el falso policía apostado a la entrada de algún pue. bla o en alguna bocacalle. Cuando el automovilista ve desde lejos al gendarme, levanta inmediatamente, el pie del acelerador. La mayor parte de ellos pasan sin mirarle demasia do. Y es así como siguen su camino, sin enterarse- siquiera de que quien les -ha hecho ser más prudentes es un simple maniquí de cera vestido de uniforme. MS V ¿Podrá Dubois en Marruecos producirse con la misma suavidad que en París? Allí, los gendarmes al estilo de los museos de figuras de cera se fundirán ba. io el sol, y... bajo el paqueo, más difícil de acallar, probablemente, qué las bocinas de París. -Can los SEliTJS Mokri evitó la anarquía y la disgregación M. DUBOIS, RESIDENTE DE MARRUECOS más perfectos en ejecu; k ió U $0 I Zapatos magníficos de señora, de hombre y de niño PRADO, Publicidad Taipeh. Fuerzas de los. comandos nacionalistas han capturado tres embarcaciones rojas que transportaban municiones y equipó militar, cerca del río Man, al sur d, e la isla Mjitsu, JBS: