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ABC MADRID 06-11-1955 página 19
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ABC MADRID 06-11-1955 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página19
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DESDE ALEMANIA COLONIA Y SU EVOCACIÓN DEL PASADO UANDO el tren se aproxima a Colonia lo primero que divisamos en el paisaje gris y lluvioso ion las altas torres de su Catedral; el más bello edificio gótico de Alemania. A lo lejos, esas torres emergen grandiosas, rematando la oo losal mole de la antigua iglesia episcopal; pero hay algo que nos sobrecoge e impresiona más aún cuando nos vamos acercando a la estación. Es como una visión fantasmal que surge da improviso ante nuestros ojos, reavivando una pesadilla que creía mos olvidada; algo con lo que no contábamos ya y que cobra inesperadamente su realidad dramática! la patética y desoía dora imagen de la guerra. La primera impresión que el viajero recibe es esa muda acusación de sus ruinas. Quisa en ninguna otra ciudad sintamos una sensación tan viva y directa. El tren, a la vista de las primeras casas de Colonia, bordea tan de cerca algunos de sui edificio que parece que va a penetrar por sus ventanas en el interior de los mismos; pero esos hogares que debían experimentar antes la vibración de sus cimientos al paso de los trenes, y la curiosidad ilusionada de sus moradores, nos ofrecen hoy los monstruosos muflones de sus heridas al aire frío de la tarde, su soledad patética y sus sombrías minas, Desde el vagón vemos manganas enteras de edificios destruidas, y solares abandonados sobre los que erees, al descuido, la hierba, Todavía se observan las oquedades de las bomba los muros derruidos, y algún detalle que nos evoca que allí, entre aquellas paredes, vivieron familias que quedaron sepultadas, tal vee, bajo los escombros. El drama de la guerra adquiere al llegar a Colonia, su estremecedora realidad. Y esa delación silenciosa, de tremenda elocuencia, nos produce una emoción incontenible, ¡Es el testimonio palpitante de la Historia; de la que se escribe no en los libros, sino en la vida, con sangre, dolor y odio, Los ataques a é r e o s borraron en su mayor parte la fisonomía urbana de Colonia. Sin los alrededores de la estación, sobre un paisaje que parecía desértico, u maravillosa Catedral gótica fue uno de los pocos edificios que quedaron en pie, proyectando entre las ruinas su sombra gigantesca, Actualmente brigada de intrépidos obreros trabajan en, su restaura clon. El andamiaje cubre parte de sus fachadas y de sus naves interiores. Sus maravillosas vidrieras policromas, el prodigio de sus arcos ojivales y sus joyas de arte permanecen ocultos tras los andamio que impiden que los admiremos de nuevo, entretanto duren las obras. El visitante reflexiona ante el contraste. La Catedral de Colonia, que tiene cérea de 16,000 metros cuadrados de superficie, se e m p e e ó a construir en 1248 y hasta el 1880 no quedó terminada. Transcurrieron seiscientos treinta y dos afios! En amblo, bastaron unos minutos d clgadti de obwo trabajan eon mtcepidwt tobe bombardeo par que la la Jti toM et d l BFMlatfe temólo. C tntpe lat futrías, se Ka tpttndldt la eate deái te Óslenla el mis bello edificio oitleo da Alemania espléndida joya arquitectónica quedara seriamente afectada, iMidt sus torres, de 180 metros de Altura, a las que se asciende tras subir 0 A escalones, se domínala ciudad: a un lado queda la estación, y al otro, una de sus más Importantes VÍAS fluviales ¡el Rhin, oon sus barcaxa y vaporea y sus bellísimos puentes de hierro algunos tan modernos en IU concepción orno el que ie inauguró no hace mucho en los alrededores de 1 A capital; frente A 1 A Catedral se alta i edificio de 1 A televisión y, destacándose del plano abigarrado de la ciudad, elevados rascacielos que dan hoy A Alemania 1 aspecto de las grandes urbes norteamericanas, Cualquiera diría, contemplando deade lo alto las chimeneas de sus fábrica el tráfico populoso de su alies, la potencialidad de su industria y comercio, sus modernas construcciones y su extraordinaria vitalidad, que la guerra no afectó siquiera a esta gran capital, si no nos encontráramos al paso, en la vías céntricas, 1 A delación dramática de esas CASAS mutiladas y de esoa solares en los que rece la hierba, como en los viejos cementerios Abandonados. Alguien me ha dicho que no se han reconstruido Aún estas ruinas para recordar A los que las contemplan 1 A crue y el martirio de un pueblo que, pese a todo, ha vuelto A levantarse por sí mismo. Rafael NARBONA

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