ABC MADRID 22-10-1955 página 37

ABC. SÁBADO 22 D E O C T U B R E D E 1 S 5 S EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. OT A B C en Washington NAOA SE HACE EN POLÍTICA EXTERIOR SIN LA CONFORMIDAD DE EISENHOWER Sin embargo, sería una crueldad inducirle a la reelección UN CANDIDATO ESCOGIDO POR EL PODRÍA DERROTAR AL DEMÓCRATA W a s h i n g t o n 21. (Crónica de nuestro corresponsal. Salvo contratiempos, puede considerarse vencida la crisis constitucional que amenazó al régimen de Estados Unidos al producirse la enfermedad cardíaca del presidente s Eisenhower, hace casi sia! un mes. Ello no quiere decir, sin embargo, que esté resuelto el problema político planteado por el hecho de que el presidente es un hombre con el corazón enfermo. Este hecho significas a) Una prolongada convalecencia, que tendrá al presidente alejado de la dirección inmediata de los asuntos de Estado por un tiempo relativamente largo. b) La certidumbre virtual de que Eisenhower terminará su mandato en la Casa Blanca en enero de 1957; y c) La necesidad de un nuevo candidato republicano a presidente para las elecciones generales de noviembre de 1956. Por lo que hace a la marcha de la Administración, puede decirse que, en un noventa por ciento, se ha normalizado. La reposición del presidente es más lenta de lo que se esperaba, pero su contacto con los miembros de su Gabinete y sus colaboradores inmediatos es- -en el Hospital Fitzsimons, de Denver- -cada día más frecuente. Después de tres largas semanas de cama, el presidente utiliza ahora una silla de ruedas y se le dejará levantar y moverse por su propio píe dentro de muy b r e v e s días. Prácticamente, todos los miembros del Gabinete se han entrevistado con Eisenliower. En el futuro inmediato, este contacto se intensificará. Mientras redacto este despacho, Foster Dulles se encuentra en Denver, por segunda vez, conferenciando con el presidente. El motivo de la conferencia es la próxima reunión de los ministros del Exterior en Ginebra, a fines de sues. Ello quiere decir que, en lo fundamental de la política exterior, no se da un paso sin informar al presidente y recibir su opinión. No creo que pueda hablarse todavía de que el presidente líeva- -como llevó hasta el día de su ataque cardíaco- -la iniciativa, la dirección personal de los asuntos exteriores, sobre todo por lo que a Rusia respecta. Pero puec e afirmarse que no se hace nada sin su expresa conformidad. Seirún mis informes, los médicos deseaban -porque! o creían bueno para él- -ahorrar al presidente, durante varias semanas, toda preocupación relativa a decisiones de alta política. Pero en cuanto el presidente salió de su estado de gravedad, se vio ue la inquietud de sentirse aislado era más nociva para salad que la información y n contacto con los secretarios de su Gabinete. Por ello, en cuanto fue posible, se autorizó una primera entrevista con Foster Dulles, a la que siguieron, inmediatamente, visitas de Sherman Adams, el vicepresidente Nixon, su hermano Milton Eisenhower. el fiscal general Brownell, el secretario de la Tesorería, el de Defensa y, prácticamente, todo su Gabinete. Puede decirse, pues, sin sacar las cosas de aufcío, 1 ¡presidente, como jefe ejecutivo ái: la nación, supervisa, en las cuestiones importantes, a marcha de la Administración americana. No se da un paso de consideración sin que se le informe y se obtenga su visto bueno. Por lo que hace a la cuestión política de las próximas elecciones presidenciales, la situación es muy diferente, porque todos los supuestos tienen que formularse sobre la retirada del presidente al término de su mandato. Los republicanos prefieren no plantearse por el momento lo que para ellos es un terrible dilema: los demócratas proceden como si la retirada de Eisenhower fuese un hecho consumado. Creo que los hechos darán la razón a estos últimos. Esta situación se produce- -y creo que es una verdadera desgracia para Estados Unidos- -en el momento de la máxima popularidad de Eisenhower, cuando prácticamente toda América, republicana o demócrata, es eisenhowerista. Cuando había encontrado al hombre que la unificó y la tranquilizó, después del tumulto partidista de las Administraciones Roosevelt y Truman. Es una de esas ironías de la Historia que no hay más remedio que aceptar. Una inmensa mayoría de americanos quisiera que, a pesar de todo, Eisenhower se presentara a la reelección, y puede predecirse que le votaría abrumadoramente. Pero ni ellos ni los dirigentes republicanos pueden imponer una carga semejante a un Eisenhower cuya salud dista mucha de ser buena. Una avalancha de adhesiones y entusiasmo llevaría, acaso, al presidente a inclinarse ante el clamor público, pero sería, en el fondo, una crueldad. Un republicano, Mr. Jacob Seliger, ha enviado una carta a los periódicos que trata de encontrar soluciones imposibles a este caso de conciencia. Dice Mr. Seliger: Tenemos que resignarnos a la conclusión de que sería inhumano permitir que el presidente Eisenhower se presente a reelección en noviembre 1956. Sin embargo, nuestro país podría bene- ficiarse da su capacidad y experiencia si aceptase el cargo de vicepresidente en una candidatura encabezada por un hombre de su selección. Ese hombre en la Presidencia, y el vicepresidente Eisenhower a su lado, nos asegurarían cuatro años más del programa Eisenhower sin que ello significara un desgaste físico excesivo para éste. No podemos prescindir de los servicios de Eisenhower, si podemos obtenerlos sin poner en peligro su salud... Esto es fantástico, pero se justifica en la enorme confianza que Eisenhower ha sabido despertar en la América de 1955. La presencia de Eisenhower en la Casa Blanca, como presidente, como vicepresidente, como lo que sea, tranquiliza al país, le hace dormir tranquilo. Esta es, acaso, la máxima calificación a que puede aspirar un conductor de pueblos. Para el partido republicano esta adhesión americana a Eisenhower es una tragedia- -si Eisenhower se retira en 1957- pero es también, en cierto modo, una bendición, si Eisenhower accede a escoger a un sucesor y a ofrecérselo al país. No faltan dentro del Fartido voces- -la del senador William Knowland, entre otras- -que se revuelven contra semejante eventualidad, pero ésta aparece en el momento presente como la única fórmula eficaz para contener y quizá derrotar al candidato demócrata. Un candidato escogido por Eisenhower, y recomendado por éste al electorado, sería temible, quienquiera que fuese. Lo que hizo Theodore Roosevelt con William Howard Taft en 1908, podría probablemente repetirlo Eisenhower el año que viene. Aspirantes, no faltan. Richard Nixon, Harold Stassen, WiJJiam Knowland, el gobernador King, de California, acaso Thomas Dewey, el mismo Herbert Brownell. No pueden excluirse el actual presidente de la Corte Suprema, Earl Warren; el consejero íntimo del presidente, Paul Hoffman; incluso- -en las altas esferas republicanas se cita estos días su nombre con sorprendente insistencia- -el doctor Milton Eisenhower, hermano del presidente, el miembro más querido de su familia y uno de sus más respetados confidentes. La magia del apellido Eisenhower puede ganar muchas batallas políticas, sea Dwight o sea milton... me decía el otro día un conocido abogado republicano de esta capital. Nos encontramos en un inusitado momento político americano. -José María MASSIP. EL GOBIERNO FRANCÉS ACORDÓ AYiR CONVOCAR HAN SIDO PUBLICADOS LOS DOCUMENTOS DE LA CONFERENCIA DE GINEBRA París 21. El Gobierno, reunido cu Consejo, acordó esta tarde presentar el martes a la Asamblea Nacional un proyecto de ley disolviendo el Parlamento y convocando nuevas elecciones para diciembre. Al término del Consejo de ministros, Edgar Faure fue interrogado por los periodistas acerca de las elecciones. Edgar Faure contestó en tono brusco que si el Parlamento aprueba la medida, se celebrarían entre el 4 y el 11 de diciembre. que no permitirán que Rusia lance a. los miembros de las Naciones Unidas a una discusión prematura. El embajador norteamericano, Henry Cabot Lodge dio esta respuesta en la Comisión de Desarme a las acusaciones del delegado soviético Sobolef: Estados Unidos- -dijo Lodge- -han dado ya pruebas firmes, e incluso espectaculares, de sus intenciones al reducir su potencial armado de 12.302.830 hombres durante la guerra, a 2.935.107 el 30 de junio del año actual. Se espera- -agregó- -que para el mes de junio de 1956 se hayan hecho nuevas reducciones en las fuerzas armadas norteamericanas, que afecten a unos 75.000 hombres más. Terminó desafiando a Rusia a que exhibiera cifras de su cacareada reducción de las fuerzas armadas. -Efe. fiusia acusa a Norteamérica del fracaso del pían de desarme Sede de las Naciones Unidas 21. El delegado soviético en la Comisión de Desarme ha culpado a los Estados Unidos de no haber llegado a un acuerdo sobre el desarme general. No aludió Sobolef- -la reunión había sido solicitada inesperadamente por los sovietsai plan de Eisenhower de inspección militar recíproca. Por su parte, los Estados Unidos han declarado hoy que desean un verdadero debate sobre la cuestión del desarme pero Los documentos de la conferencia ds Ginebra Washington 21. El presidente Ei: -nliower rechazó firmemente, en la C o n v e n cía de Ginebra, el plan soviético para es-