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ABC MADRID 20-10-1955 página 21
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ABC MADRID 20-10-1955 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
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Bella vista parola! de Candelada, con u feraz campiña, y al fondo, la ageste mole de Gredos cubierta de nie e. Belleza de Candeleda y OMO brota la emoción más diversa, al viajar por cualquiera de los confines españoles! Sin acordarse de rutas turísticas demasiado conocidas. En busca de zonas que no han vulgarizado y aun aplebeyado los viajeros de calzón corto y máquina fotográfica al costado. Como hace nuestro admirado amigo Víctor de la Serna en sus itinerarios, rubricadores de una tesis optimista y cordial sobre la rica variedad de las tierras y paisajes españoles. La visita a Candeleda tiene dos rutas. Ambas atractivas y aun seductoras. Una, por. Oropesa- -interesante castillo y parador del P. N. de Turismo- que permite admirar la gran obra realizada en Talavera de la Reina, transformando secanos en ricas tierras de regadío. Otra, por el fértil valle de Tiétar, hasta Arenas de San Pedro. Después, vencida fuerte, pintoresca elevación, aparece Candeleda, villa desde 1393, asentada en suave pendiente, la parte antigua coronada por la iglesia, que cuenta en la actualidad más de 7.000 habitantes. La ingente mole de Gredos le da guardia, y sierras más próximas, de suave contorno, le deparan abrigado cobijo, haciendo su clima benigno y sus tierras p r o p i a s para sorprendente y variado cultivo. En efecto; la vegetación más inesperada- -tapiz de perenne jugosidad- -nos rodea por todas partes. Huertas abundantes. su comarca Por Ñlfonso Iniesta prados, arboledas, bosquecillos numerosos nos hacen sentir más Castilla, sobre la que tanta literatura deprimente se ha vertido. Si nos colocamos en el puente de la Garganta Blanca, la seducción llega a límites de grandiosidad insospechada. Tx ple encanto nos rodea y envuelve: a nuestros pies discurre fuerte corriente de agua saltarina y ruidosa, que en bella y burbujeante blanca espuma desciende de las alturas de Gredos, desgastando enormes cantos rodados de granito, haciéndonos evocar extensos ventisqueros y poderosos glaciares de pasadas épocas geológicas: una vegetación mediterránea compuesta por olivos, naranjos, limoneros, palmeras, nogales, higueras, laurel, chumberas, granados, con alcornoques, castaños, encinas, pinos, vid, extiende a nuestros ojos su belleza incomparable. Vegetación a la que es necesario unir el tabaco, pimiento y algodón, tres fuentes de máxima riqueza actualmente. Cerca se alzan los montes El Basilio, los Frontones y el Madroñal. Sus cúspides las coronan densos robledales. Entre ellos, al fondo, Gredos, el coloso, con su extensa mole, sobresaliendo sus enhiestas agujas y picachos, al parecer, desde el llano, inaccesibles a la planta humana. Asoman los picos rudos de El Fraile, Riscos de las Hoyuelas, las Cerradillas, el Francés, los Machos... por los que dibuja sus ágiles saltos la cabra hispánica. Ya no falta esta sensación fresca de Calle de la Concepción, oon típicos edificios y empedrado de guijarros.

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