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ABC MADRID 01-10-1955 página 10
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ABC MADRID 01-10-1955 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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GUADALAUÁRA; MA D ÍUO CUEMCA z CIUDAD REAlA ALBACETE CÓRDOBA ZOMA JA 6 M VALENCIA N A r I (ROJA ZONA material, es decir, el esfuerzo no hubiese sido económico. Era preciso, por imperativo geográfico, seguir la dirección de los paralelos y el agrupamiento de fuerzas y las condiciones climatológicas imponían, el establecimiento en defensiva, siendo fuertes en los flancos (Vizcaya y Galicia) y cubriendo con un criterio de economía de fuerzas, el sector central, respaldado por las guarniciones de Patencia, León y Astorga. Sólo una columna se movía en el Oeste: la destinada a liberar la heroica guarnición de Oviedo. b) Aragón. El Alzamiento Nacional tuvo su apoyo en Aragón a lo largo de un eje que englobaba los núcleos de población más importantes: Jaca, Huesca, Zaragoza, Calatayud y Teruel; cinco pilares cargados de tradición heroica que iban a poner a prueba el temple y la bravura del pueblo aragonés. La escasez de efectivos, la necesidad de atender a dos frentes (Guadalajara y Cataluña) y la reducida disponibilidad de municiones por tener que abastecer a las fuerzas que operaban en Guipúzcoa, descartó desde el primer momento la idea de ofensiva. Por el contrario, el mando rojo decidió la conquista de las provincias aragonesas y principalmente la capital zaragozana. ¿Razones? Zaragoza es un nudo estratégico de gran importancia; en ella confluyen las carreteras procedentes de la meseta castellana, Cataluña, Navarra y Canfranc; su riqueza agrícola es grande y su importancia industrial es considerable por poseer numerosas fábricas y talleres. La conquista de Zaragoza por el Gobierno del Frente Popular suponía apuntarse un tanto de honda repercusión política, económica, militar y moral. La región aragonesa está constituida por dos masas montañosas al, Norte y Sur, encuadrando el amplio valle del Ebro. La zona Norte está formada por las intrincadas alturas pirenaicas, de clima duro y escasas comunicaciones, surcadas de Norte a Sur por los ríos Segre, Nogueras, Cinca y Gallego. Al Sur de la cadena Subpirenaica aparecen las zonas esteparias, que empiezan a enriquecerse con su proximidad al Ebro, surcadas por la sierra de AlouMerre en dirección NO- SE. que constituye la divisoria entre los ríos Cinca y Gallego. Al Sur del Ebro aparece la atormentada provincia de Teruel, formada por acumulaciones de sierras que imprimen al terreno una constante de dureza y de paramera. Las fuerzas rojas, triunfantes en Cataluña y Valencia, se lanzaron con avidez sobre Aragón. Muy nutridas, bien abastecidas y con la moral que les daba el haber aplastado el Movimiento en Barcelona, se aprestaron a la conquista de las tres ciudades aragonesas. De Cataluña salieron columnas que cruzaron Barbastro y se acercaron a Huesca para apretarla en un cerco asfixiante, que hacía concebir esperanzas de inmediata rendición a los gobernantes de Barcelona. La columna más fuerte y mejor dotada se lanzó sobre Zaragoza. Los aviones rojos bombardearon la ciudad repetidas veces y apoyaban el avance de los milicianos, que ocupaban Caspe y proseguían su marcha en duro combate con las fuerzas nacionales. Los voluntarios de la Falange zaragozana, los requetés que se habían incorporado de Navarra y el Grupo de Asalto cooperaban con las escasas fuerzas del Ejército a restablecer las comunicaciones con Huesca, reforzar la guarnición de Teruel y, dando pruebas de una movilidad y resistencia extraordinarias, a acudir a la parada en los frentes amenazados. Quinto, Pina y Belchite fueron muros resistentes contra los que se estrellaron los ataques rojos; un poco más al Norte, su superioridad numérica absoluta les daba ia ocupación de la sierra de Alcubierre, amenazando Zaragoza a unos 25 kilómetros. Por el Sur, las columnas organizadas en. Valencia avanzaron con rumbo a Teruel, ocupando las montañas próximas, y rechazadas en la carretera de la Puebla de Valverde, se extendían por las sierras de Gudar y Albarracín, amenazando el cerco de la ciudad. En el frente aragonés la situación en 1. de octubre estaba determinada por xrna línea que desde el Alto Gallego seguía por este río, haciendo una inflexión hacia el Este a la altura de Huesca, para establecerse a un kilómetro de la ciudad, cercándola casi totalmente para continuar hasta Tardienta, en poder de los rojos, y alcanzar la sierra de Alcubierre. Desde Osera seguía la línea por Quinto a Belchite, enlazaba en la sierra de Cucalón y seguía por la carretera de Daroea a Teruel a ganar las sierras de Albarracín y Montes Universales. A partir de este punto no existe frente continuo y únicamente en algunos sectores pequeños la densidad de fuerzas es relativamente importante. Este frente aragonés, tan dilatado, que pasa de la dureza pirenaica a los llanos ardientes de Belchite para volver a ser áspero y retorcido en los montes de Teruel, no podía tener más que una misión: resistir siendo yunque en el que se estrellasen los golpes marxistas, y Aragón cum- fm Vista, desde ej territorio francés, de la población de Puigcerdá en los momentos en que en ella entraban las fuerzas nacionales.

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