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ABC MADRID 25-09-1955 página 24
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ABC MADRID 25-09-1955 página 24

  • EdiciónABC, MADRID
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madas, atrayentes. en pos de la aventura más o menos efímera o duradera. Y si los concurrentes al café prolongaban hasta bien vencida la madrugada su estancia en aquellos acogedores divanes, les aventajaban en sus trasnocheos los habituales a los comedores instalados en el piso entresuelo, comedores célebres en Madrid por el bullicio y la animación que en ellos reinaba todavía cuando los ofíniclstas y los comerciantes. se dirigían a sus trabajos. Una noche, mejor dicho, una madrugada- -porque el reloj marcaba las tres, me disponía, en el turno por mi tertulia preferido, próximo al mostrador, a consumir la cena especialidad de. la casa- -consistente aquélla en un plato fuerte, vino, pan y postre por dos pesetas, pero con la condición de que no se servia hasta después de las doce- -cuando surgió mí amigo Eafasl Garrido, terrateniente andaluz, generoso y amigo de divertirse, -Arriba tengo dos invitados- -me dijo efusivo- sube con nosotros. Efectivamente, en uno de los comedorcitos había dos muchachas, bellas, sonríentes y no mal ataviadas. Rafael las había requisado en el Kursaal. Formaban un dueto que cantaba aires nacionales y americanos- las íMesicanitas se hacían. llamar las hermanas Que lo constituían- La mayor, Lola, era una arrogante mujer. La otra, Fifí, da menos prestancia, son aire melancólico. Mediada ¡a cena, el camarero nos anunció que unos señores amigos de Rafael, ocupantes del comedor inmediato, querían obsequiarnos. -jAh! Que pasen aquí- -propuso 0 a rrido, -Eran dos hombres jóvenes, de aspecto un poco achulado, a quienes acompañaban otras tantas chicas frecuentadoras de Fornos. -Son dos buenos puntos- -me informó Rafael, aludiendo a los recién llegados- Se dedican a negocios de minas y ganan. ls t e Bfú, famosa tipie de finas ¡Huy, los billetes que ganan! de! siglo XIX y i de! Bisas, copas y el aviso a Lufslllo el de actúa! la tiori áa para que acu- diera corr su guitarra a, f animar la reunión. p ¡Mientras 1 o s demás V v escuchaban, aplaudían y jaleaban, observé la desgana macilenta de la pequeña Fifí, Y ella, animada sin duda por su deseo de expansionarse, se consideró obligada a referirme su historia, su triste y nada extraordinaria historia, que en otra ocasión me hubiera p a recido aburrida. ...X, 1. a biografía lamentar ble de aquella mujer fue interrumpida p o r una discusión, no supe por qué, entre los que escuchaban al tocaor Y uno de los pretendidos mineros esgrime una botella de champagne todavía intacta, y la arroja contra el espejo. Los cristales caen con gran estrépito, las mujeres chillan y el de la guitarra oprime desesperadamente el timbre. ¿Es muy divertido tirar botellas contra los espejos? -pregunté con sorna al autor de la estúpida fechoría. uno. de les actores más queridos de! José aquellos tiempos. José Riquelme, otro gran el 1900. actor rom ¡También sé tirarlas contra lo hombres! 1 nada grato diálogo quedó cortado por la irrupción de Manolo Pornos y dos o tres camareros. No había pasado nada. La factura, incluyendo ios destrozos del mobiliario. Y. nos separamos, todos tan amigos y tan sa sféchos por tan amena velada. Una de las más o menos características ii ios comedores nocturnos de Fornos. E. M.

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