ABC MADRID 18-09-1955 página 43

Í! R é Í NUCLEAR láGRIGUlíURA Por ÓSCAR NUÑEZ- MAYO D URANTE la pasada Conferencia de Ginebra, y exactamente el día 12 de agosto, publicaron los periódicos de todo el mundo una noticia cuya justa valoración pasó inadvertida para muchos lectores. Diecía así, textualmente, con ese estilo escueto y sereno de las informaciones de: cada día: Los hombres de ciencia norteamericanos han descubierto ya el proceso de la fotosíntesis. Tal vez, y pese a lo difícil que ahora resulta poner vallas de escepticismo a los progresos casi míticos de la ciencia de nuestro tiempo, no se consiga con las aplicaciones atómicas un hallazgo científico de mayor importancia en el campo de la agricultura. t La fotosíntesis, ese proceso químico medíante el cual la clorofila de las plantas asimila la energía del sol y, a base de aire y agua, forma todos los compuestos que necesita p a r a alimentarse y crecer, constituye el principio del que parte toda la vida del planeta. Gracias a la fotosíntesis se produce la eclosión del mundo vegetal, base de la alimentación de los animales racionales e irracionales. El modo en que se producía esta asimilación y transformación de la energía solar en el interior de la planta inquietó -r En el laboratorio do la Universidad do Seabrock, en Nuevi Jersey, dos botánicos esludun r 8 rebultados obtenidos con la aplicación de isótopos a plantas a lmcnticias. án a estación atómica ae Qak Riuge se iieva una perfecta intervención de las plantas de caoahuetes, de las que se han obtenido notable especies muy mejoradas. a lo botinlcc de todo los tiempo- A io1 a ui fUAindu comu k- mento? ti azadón. los i1 opos radiactivos del carbono, se han podiriii determinar las trayectorias princiri iK eguídas por este elemento, eséticiái en t l n- óceso, investigándose actualmente d- i nndarias y. las reacciones bioquímicas e -pir ticas que lleva consigo la síntesis de o h. o ratos de carbono. Fa e ser que la energía total que aproMCII. la ¡planta del sol es del orden dei 1 pcf 1 QQ solaviente a, la presencia en el vegetal de eleitientos que dificultan esta asimilación. De ser posible eliminarlos, la absorción de la energía nuclear se daría en un mayor porcentaje, multiplicándose así el desarrollo de las plantas y, en consecuencia, las cantidades de alimentación de que podría disponer la Humanidad. Las sustancias nucleares, como ios radioisótopos, además de los inmejorables resultados que pueden dar en el ámbito de la investigación científica, son de gran valor en el tratamiento directo 4 e las plantas.