ABC MADRID 08-09-1955 página 13

M A D R 1 D, 1 U EVE S 8 E SIEPT 1 E MBR E i i U NA ANO CU ADR AGE- s 1 M 40 P O OCT AVO 1 EJEMPLAR PE S E T A A B C en Washington N U M E RO A G I 5. 4 4 5 ÑAS DISCRECIÓN, INQUIETUD Y RESERVA ANTE EL VIAJE DEADENAUER A MOSCÚ Existe la impresión de que el canciller y sus consejeros llevan ideas quizá excesivamente personales ¿SÉ TRATA DE CONVENCER A LOS ALEMANES DE QUE LA MUTILACIÓN DiE SU PATRIA ES UN HECHO HISTÓRICO IRREMEDIABLE? W a s h i n g t o n 7. (Crónica teléf ón i c a de nuestro corresponsal. El i m p on e n t e ejército de ayudantes y expertos que el canciller Adenauer lleva consigo a Moscú esta noche ha causado aquí un cierto asombró y no poca inquietud. Vista la negativa soviética en Ginebra a tratar de la unificación de Alemania, condicionándola a un Tratado general europeo de seguridad, aquí se contemplaba la misión. Adenauer a Moscú como un hecho de segunda importancia, bueno para cubrir las fórmulas protocolarias; un compás de espera destinado a sondear a los rusos y ganar tiempo hasta llegar a la Conferencia de los cuatro ministros del exterior en octubre. AlgO así como una misión pro- forma. El aparato de que ha querido rodearse el canciller, la deliberada, solemnidad que da a su viaje la categoría y número de los expertos que le acompañan, se compaginan poco, sin embargo, con la idea que Washington tenía de todo ello después del impasse de la Conferencia de junio en Ginebra. Esto ha producido aquí ansiedad. No es que se haya perdido la confianza en Adenauer, en modo alguno. Pero tanto aparato ha dado la impresión de que el canciller y sus consejeros van a Rusia con ideas muy personales, excesivamente personales acaso, sobre las posibilidades de su misión. DISCRECIÓN Y RESERVA Desde hace días la posición de Washington oficial es de acentuada reserva. Aquí se habla del viaje de Adenauer lo menos posible. El presidente y el secretario de Estado se encuentran de vacaciones. Los altos funcionarios del Departamento no dicen esta boca es mía. La Prensa política comenta poco y con muchas reservas. En contraste con la importancia del viaje de Adenauer, la información de los corresponsales es escasa. Se diría que hay aquí yna consigna implícita de discreción. La misión del canciller es muy delicada y aquí se tiene conciencia de ello. Antes de Ginebra se sostenía la teoría de que todo estribaba en que la República de Bonn mantuviera su solidaridad con los aliados, entrase en la N. A. T. O. y se dedicara a rearmarse. La firmera y la fuerza, se decía entonces, abrirán e! camino para la unificación de Alemania. En Ginebra se vio QU a proposición dejaba mucho que desear cuando los rusos. condicionaron toda concesión alemana a la cuestión previa de un Tratado de seguridad general europeo, basado en garantías mutuas, entre Occidente v Oriente, evacuación militar v desarme. Aquella actitud modificó completamente las perspectivas del viaje de Adenauer a Moscú, porque colocó, una vez más, al canciller entre; la espada del rearme y la pared de la unificación. Todo lo que puede esperar Adenauer, en opinión de Washington ahora, es el reconocimiento diplomático de la Alemania occidental, es decir, el reconocimiento de una Alemania mutilada y la aceptación del hecho consumado de la presencia de dicha Alemania en la N. A. T. O. LO POPULAR Y LO IMPOPULAR Políticamente, ésta es una mala perspectiva para el canciller. Lo popular en la República Federal es la unificación; lo impopular es el rearme. Hasta ahora se había vivido pensando en que la existencia de dos Alemanias era una fórmula interina. Ahora, después de Ginebra, Adenauer se expone a establecer relaciones diplomáticas con Rusia a un precio muy peligroso: el de convencer EN ESTE NUMERO El Comité del Istiqlal, reunido en Roma, ha acordado exigir a Francia la marcha de Mohamed VI y el regreso de Ben Yussef como condiciones previas, entre otras no menos importantes, para la constitución del proyectado Consejo de Regencia en Marruecos. (Pág. 17. La multitud turca promueve graves desórdenes antihelénicos en Estambul y Esmirna, mientras fracasa la Conferencia, de Londres sobre el problema chipriota (Pág. 18) Normas del Ministerio de Trabajo para la disposición; por parte del Instituto Nacional de Previsión y las entidades colaboradoras, de los fondos con que han de cubrir los gastos asistenciales del Seguro Obligatorio de Enfermedad (Pág. 21. a los alemanes de que la mutilación de su patria es un hecho histórico irremediable. Y ello puede ser de pésimos efectos políticos para el partido en el Gobierno de la República Federal de Bonn. La solemnidad del viaje no haría más, en este caso, que solemnizar el drama nacional de Alemania. Después de Ginebra, una Rusia amable es mucho más peligrosa que una Rusia agresiva en sus efectos sobre la opinión pública alemana. Por esto Washington se pregunta hoy si había realmente necesidad de tanto aparato y de tantos expertos en ese viaje de! canciller alemán a Moscú. José María MASSIP. ABC en Francfort RUSIA PUEDE PONER A ADI ENTRE LA ESPADA Y LA PARED Quizá le ofrezca una Alemania entera a cambio de que abandone la N. A. T. O. y el rearme Francfort. (De nuestro corresponsal. Desdéla ventana de la casa del profesor Müller se ye una serie de tejados negruzcos- -los viejos- -o exageradamente relucientes: los de la trasguerra. Por encima de todos los edificios destaca el gigantesco de la I. G. Farben, hoy oficina central de los servicios norteamericanos en Alemania. -Pocas veces se ha hecho un viaje con menos ilusiones- -me dice el profesor- -ni con más ayudantes. Estamos comentando la noticia de que Adenauer va a Moscú con centenar y pico de auxiliares. -Entre ellos van representantes de la oposición socialista- -le digo- Adenauer quiere que estén presentes cuando los rusos formulen sus proposiciones. La responsabilidad es extremada, sin ninguna duda, y, sin embargo... es la primera vez qu í al canciller le asusta tomar una determinación. En los difíciles años transcurridos desde la catástrofe siempre ha decidido él y siempre lia terrdo éxito. -El profesor Müller me mira. Luego vuelve a la ventana y habla lentamente- -Esta vez es distinto. Moscú le ha tsndido la más diabólica de las trampas políticas, y Adenauer ha querido, en vano, que- le enseñase sus cartas aníx- de partir. Los rusos han respondido c, z cuando se inician conversaciones se pusde haíjlar de todo. ¡Naturalmente! ¿Cuál es esa trampa, según- sted? -Sencillamente: acabar LÜU lenauer