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ABC MADRID 30-08-1955 página 3
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ABC MADRID 30-08-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO fLUST RAD O D E ÍNF O R MA C 1 O N G E N ERA L FUNDADO EN 1905 POR DOH TORCUATO MICA QE TENA AB D hAR i O 1 L SU T R A D O DE 1 H- F O R M A Cl O N G E N E RA L. N el verano representa to modo, una inmortalidad. Y como ellos, tantos otros una liberación el tránque no dejaron Uña obra essito de la marina a la crita, pero que dejaron una pontana. Castilla, la llanura, ha quedado lejos, en plena recolección, piedra, ni una teja, ni una yentana. Hu- vida para que se transmitiese a través de con sus amarillos, sus pinares pensativos, biese sido una desilusión para mí. que muchas generaciones y sean los muertos dando una lección de individualismo, el algo esencial hubiese cambiado. Que cada los que empujen y alecpionen a los vivos. Al recogerme de nuevo en este ámbipinar se defiende jpara no ser bosque, y cosa hubiera perdido su sitio. ¿Desde sus verdes artificiales en las zonas de cuándo Tudanca es así? ¿Alguna vez Tu- to me siento en cierto modo, en unxeregadío. La visión del mar nos da a los danca ha sido nueva, recién construida? gazo. No e escucha ya el río, es una castellanos se primer contacto de hu- ¿Este color suyo de piedra desgastada Tüdanca sin voz, pero esto hace más permedad para no ser tan ásperos y que- por los accidentes del clima y de los ceptibles los matices del silencio. Hay, bradizos, para no ser ni terrón de tie- años, está vieja y con pátina por la ac- a veces, un leve susurro, un canto de rra de labor ni espiga. Mas cuando, ver- ción del o nació ya con pátina, pájaro, un fruto maduro que cae del árdaderamente, nos humanizamos, es con como cosa que renunciaba a tener in- bol, un golpear de albarcas de madera el simple intento de, querer conquistar fancia? Los hombres sí, han pasado, pero sobre las lastras, pero todo esto es leve, cumbres. Quizá por esta aspiración, Her- Vo siento su ausencia menos que en otro suave, dulce, para que en las pausas nos nán Cortés acometió la empresa de cul- lugar, como si el escenario retuviera los haga penetrar aún más en esta sima siminar los Andes hasta descubrir un mar personajes del drama, como si el ámbito lenciosa, en la que la naturaleza parece nuevo cuando, posiblemente, él pensa- no Se resignara a perder a los hombres permanecer en un letargo. Vivimos en y no los hubiere enterrado, sino que los una época de estrépito, en la que da el ba encontrar nuevas tierras. Hacía años qué yo no venía A Tudan- sujetase entre las piedras y los hiciera tono de barbarie más insufrible la moca. De Tudanca hizo una publicidad li- vagar por las callejas y caminar por s- tocicleta, y esté silencio es una cura del teraria dori José María de Perrda. al in- tos caminos dldt- nOs hdua las brañas, alma para que se agucen los demás sen tidos y p a r a que ventar, más bien que nuestro pensamiento co piar, la famosa n la lectura o lá meTablanca dé Peñas ditación, tenga tranf Arriba Ya no me pareadas i n so s peacuerdo a p e n a s de chadas. Y lio nos la novela, ni he yuelv lleva a un ritmo len- to a leerla, admiranto en el paso, en la do tanto como adactitud, en la palaroiro al novelista bra. A gustar la romontañés, p o r q u e tación de la hora no Tüdanca es para mí sólo en sus minutos, una realidad viva, sino en sus seguncargada de recuerdos dos; a frenar t o d a y de nostalgias perimpaciencia y a pensonales. Vine a ella sar que es muy difíde niño, muy de nicil una virtud q u e ño, al solar de la fano sea silenciosa. El íniíia, x seguí vinienmundo antiguo sería do, verano tras veasí, sin duda. P u e s rano, de adolescente b i e n nos hallamos y de m 02o, y p o r n el pasado y nos azares de rni vida no encontramos en él. he vuelto a su regazo s, ino después de treinta años. Releer En tumo nuestro, es mucho más protodas las gemas de vechoso qué leer, y los verdes, pero verasí ocurre en lá vida, des humildes, recarevivir tiene uh entados, como con vercanto más penetrangüenza de s e r verte que vivir. Las reades. Y la luz misma lidades que h e m o s d i f u m i n a las forcreado nosotros de mas, no dejando liniños durante nuesbre el dibujo sino patra vida llegan a para el p e r f i l de las recemos sueños; pemontañas. L o s bosro al recuperarlas sí n ques quedan apenas la única verdad insin dibujo entre las controvertible de los brañas, que es lo jusentidos. Q u i z á la goso de este paisaje, poesía no sea otra v la roca viva, el esUna portalada de Tudanca. (Foto marqués de Santa María del Villar. cosa que h a II a r, de q u e l e t o de estos pronto una realidad infantil. El hábito y remontar las cumbres para buscar una montes que tiene carácter de esqueleto llega a no hacernos ver lo cotidiano. Hay vaca que se ha perdido... Sí, es un lugar humano en dolorosas rasgaduras de una que dejar de ver las cosas y verlas dé en él que los muertos son ausentes y piel joven. Y todo. concitado para crear nuevo para penetrar en su. esencia. pueden surgir de improviso y no pro- el vallé, junto al río, en el que la mies A, Tudanca han llegado impulsos de piamente como espectros; sino como se- de maíz crec. e en escalones. Revivir recuerdos de infancia, recupecivilización. Primero, la carretera que yo res que si perdieron su existencia real vi construir en su parte más dramática, dejaron experiencia, dichos sentenciosos, rar figuras ecos y palabras entrañables, región que parecía inexpugnable; más hechos memorables, rasgos de caráctér ver que hay algo en la vida que no es tardej pantanos, presas y saltos que pro- algo que vive en 1 recuerdo de las ge- efímero, y esta emoción de evadirse de ducen electricidad. Pero todo ello, salvo neraciones áucesivás y que- en las fazas un mundo de lucha, de estrépito, de desque el río Nansa hú, perdido su canción, puras; tiene una JNerza histórica. No ne- confianza, de intrigas, de vanidades, para ya apacible, ya iracunda, hasta despeñar- cesitó Pereda recurrir a lá ficción nove- encontrar esa cosa tan difícil en nuestros se en el mar, permanece quieto, inmu- lesca para que Pito Salces y Chisco ten- días, la paz. Francisco DE COSSIO table, sin que falte en su sitio ni una gan una personalidad hur anajr, ericier- E TUDANC A

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