ABC MADRID 13-08-1955 página 7

tria. Queremos poder tablar de la cultura alemana y comerciar con. nuestros herma- nos, sin cortapisas de ninguna ciase y esperando el momento de la unión. -i Ve usted alguna relación entre el caso aísaeiano y el sarrense? Ninguna. Los álsacianos son más franceses que los propios franceses, aunque hablen alemán. Nosotros somos más alemanes que los propios alemanes. Pregunte, pregunte al hombre- de la calle. Ahora, estoy frente al señor Henn, de la Sección de Propaganda del partido alemán del Sarre. Se excusa, corno el anterior, del estado provisional en que se encuentra c! loca! social: Acabamos apenas de instalarnos: ya sabe usted, sólo llevamos unos días con voz v voto. i- -La discusión sobre la naturaleza alemana del Sarre es inútil- -me confirma- Los franceses son los primeros en saberlo. Ahora se trata sólo de decirt ue no a la preguntó plebiscitaria del 23 de octubre -Pero en 19 7 los sarrenses votaron la unión económica con Francia. -Teraga usted en cuenta las necesidades de entonces, el hambre de la población. posible solución: El Sarre en la luropft unida. -Si, pero con una salvedad Que este nunca fuese superior al realizado con Francia. Y esto es imposible. E fatal que el Sarre tenga una economía ligada con la del otrp lado del Rhin. Si no, es el ahogo económico. Por otra parte, Francia, que tiene las minas y la industria sarreuse bajo su dirección, está renovando, en cambio, el utillaje de las, fábricas de Lorena, al otro lado de la írpntera, mientras nuestra maquinaria se queda anticuada. -4 Eso parece significar que París está seguro de perder el Sarre. un día u otro. -Asi es. Mire usted. Sobre el casi íniUón de habitantes del Sarre sólo hay treinta mil franceses y la mayoría son funcionarios. Los dos partidos hoy en el Gobierno (S. P. S. y C. V. P. tienen menos votos juntos que los c, ue seguramente tendremos rada uno de los grupos pro alemanes. El inti- rés. de Francia por el Sarre nació en 10. ro, cuando las necesidades del carbón le obligaron a fijarse en ésta región. Pero aquí no puede durar. No será hoy ni mañana, pero ía unión, cotí Alemania se realizará. No le quepa a usted duda. Que el sarrense se sienta europeo es lógico, y en ningún sitio cotno: aquí se sintió el derrumbamiento del proyecto europeo, por obra de París. Pero, puestos a escoger, insisto: Alemania siempre. Lo deseamos sentimentalmente y nos conviene materialmente. Salgo a dar una vuelta por la ciudad. Está a medio reconstruir, pero como un otras muchas capitales una primera fila de deslumbrantes escaparates impide ver las ruinas del otro lado. Y por encima de los techos negruzcos se ve un polvillo que indica a Europa dónde tiene la carbonera P. 0. -P. tos alemanes dicen que no al Estatuto del Barre. Por un lado, estaba Alemania destrozada; por el otro, Francia ofreciendo la colaboración del vencedor. Es humano, se peti só primero en sobrevivir. Pero ahora estoy seguro de que un noventa por cientn estará contra el Uísta, tuto, casi él resultado del plebiscito de 1935. A mí me habían dicho que el sarron se medio vería con gusto una prolongación del statu quo que le permitiera comerciar con ambos vecinos. -r- f. n cierto modo, sí, pero tras la unión con Alemania. Es decir, el Sarre quiere ser el centro de una E ti ropa federada. Pero si eso no es ¡posible, desde luego elegirá siempre a Aleimanja, a la que le uñé todo. Aun le diré más: incluso económicamente, Alemania es más interesante para el sa rrenso. Los precios de su industria que corresponde mejor a sus necesidades son menos altos- qué- -los. franceses. -Kl Estatuto que quieren iist 1 lír, ¿permitía e! comercio con Alemania? 1 Et contraataque de ios partidos pro Hay que decir que si (Foiot del autor.