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ABC MADRID 05-08-1955 página 7
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ABC MADRID 05-08-1955 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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Ü itJARISTlS DiilLBIO OMO otras muchas- ciudades. espa- ñolas, Bilbao es un mundo rlquislmo y complejo en donde conviven los más variados sentimientos humanos. A lo largo y lo ancho de su prodigiosa ria se unen la potencia del hierro y el fuego, el tráfago industrial y marítimo y el alto sentido deportivo de sus remeros, pelotaris y íut, bolistas con las más delicadas y desinteresadas aficiones, que hacen surgir pequeñas y admirables agrupaciones corales, culturales y grupos tíe homares que dedican sus ratos libres a tocar los más diversos y exquisitos violines de Ingres. Uno de estos grupos es el de los pajáristas que, en torno a una mesa de mármol y unos chiquitos de vino, se reúnen al caer la tarde n el bar Portugalete de la pin- íoresca calle Iturribide- -en pleno corazón del viejo Bilbao- -para hablar de pájaros. El dueño de la taberna es, además, un excelente profesor de j? iano, y entre los contertulios pajai istas figuran periodistas y escritores como don Santiago Meatóe y don Juan de Irigoyen, el capitán de la Marina. mercante Bousse, ya retirado, y que durante años y años llevó en su barco toda clase de pájaros cantores de todas las latitudes, llegando a reunir más de quinientos en una travesía: ingenieros, sastres, joyeros, funcionarios, artesanos y obreros. Oentes todas honestas, laboriosas, sanas y alegres que, como dice alguien de la eña tienen pluma en la sangre G 1 03 imjíiristastson gente honrada; ihí paces de hurtarse mutuamente el me; pájaro del mundo. Pero tienen a su imposición todos los bosques de Vizcaya cua do de Santiago para arriba salen con galló -como llaman al amanecer- -p? atraparios, bien con liga, bien con el brp. i que procedimiento definido gráficamei como u árbol póstlco con reclamo, L pájaro cogido con branque demues tener mejor sangre ya que cae en trampa no por ir a buscar comida, M por ir gallardamente a entendérselas con presunto rival del reclamo. Los pajáristas no se consideran crin. nales, sino carceleros. Y uno de ellos MII raya: Carceleros amorosos Los pájaros adultos son puestos uioi te en libertad, con erv ¿ustión- t Los verdaderos pajáristas- -no pajareros, pues esta palabra les suena a mercantilismo -vienen a ser, en total, unos ochenta. De los otros habrá unos doscientos. No están asociados legalmente- -ahora tratan de hacerlo- por lo que sus concursas anuales de Bilbao, Albia, Portugalete, Guecho, Sestao, Santuree, Bai- acaldo, Deusto, Durango, Qndárroa, San Salvador del Valle, Miravalles y otros lugares los organiza ía Sociedad Recreativa Artxanda- Zar. que anima el pajarista Jesús Larizgoitia y los patrocina el Ayuntamiento de la heroica villa. El Jurado para estos concursos lo forman tres grandes pajáristas llamados José Aurtenechfc, Pablo Gai cía y Francisco TJrquijo, mecánico, jeyeró y ex cajero de la Caja ¡ce Ahorros Municipal, respectivamente, jubilados los tres por edad. Los pájaros que participan en esos concursos son los considerados bravias: jilgueros, pardillos, verderoles y jijgueros y pardillos mixtos, o sea hijos de canaria. Los canarios están excluidos por cursis -dicen los pajáristas- -aun cuando alguna vez se les admita excepciónalmente. El ruiseñor, soberano indiscutible de las aves canoras, no se presenta a los concursos, pues por un misterio de su temperamento, deja de cantar cuando se le cambia de sitio. (Lo que no es cierto, al menos entre los ruiseñores vizcaínos, es su supuesta incompatibilidad con la jaula. En plena Gran Vía bilbaína, en el tallerMel sastre señor Cardenal, viven varios de estos maravillosos cantores en asombroso estado de domesticidad. Por cierto que su refinado paladar cuesta a sti dueña Una fortuna en comidas especiales, como corazón de ternera y polvos de gusano de seda, más otras importadas de Francia, cuya enumeración evoca los complicados menús de los banquetes cortesanos de otros tiempos: Patee Duquesne Gros- becs Sluis Bees fins t Oeufs de Fourmis seos Móuches se: hées du Mexique etc. sólo la. s crin s- -de las que muere en el cautiverio un setenta y cinco por ciento- a las cuales se les pone u n maestro un pájaro viejo que les enseña a comer y a cantar. El jilguero y el pardillo no procrean con sus hembras en cautividad, pero sí los machos con las canarias, dando origen a los mixtos, buenos cantores, aunque con resabios malos de la madre en su cántica. Un buen pajarista distingue el cántico de los pájaros de diferentes lugares en distancias dé diez a quince kilómetros; por ejemplo los de Butrón y Basora. En el c á n tico influyen el aire, la altura, la proximidad al m a r y otros factores naturales. Los mejores jilgueros de Vizcaya nacen en las arboledas de Durango y AmorabietaEchano. Estos pájarós, enseñados en domesticidad. son los que acuden a los concursos para los que conceden copas y premios en metálico muchas entidades y particulares. La Sociedad Artxanda- Zar recibe períodi camente cantidades enviadas por vizcaínos nostálgicos que viven fuera de España y sostienen estrechas relaciones con varias asociaciones extranjeras. Algunos veraneantes en Vasconia, que por casualidad presenciaron un concurso, se aficionaron a ellos y ofrecen copas todos bs años. con los pajamayor animafu ndn H i t a n de explicar ii cu) -o i n v i u d o a su tertuíi los dif cr L s cánticos. Cada pajarista interpreta con las más maravillosas onomatopeyas los de sus pájaros predilectos: la llamada, el sallo de rama, etc. No hay cántico digno dé tal n o m bre sin el rechío final. E 3 rechío V- dicen los entendidos- -es como el A m é n del P a d r e nuestro. Imitados por voces varoniles, el invitado, mientras sirven otros chiquitos oye al jilguero: -Bilí, büí, bilí, bilí; tu- bin, t u bín o. Tulín, tulín, tulín, tulín: bilí bilí, bilí, tollí; Seriinchin, bérlinchln, berlinchm. berlinchto, toüí, 0 mi, bilí, bilí; chaü, cliau, chau, rrréchio. Y al pájaro pasiego -que no es el procedente óel vallé de Pas, sino el que va de paso del S u r a l Norte, parece francés y c a n ta peor, aunque su plumaje sea m á s bello. El pastego hace: -Chovin, chovin, chovín, chovín; cach, cach, cach: chufn (Ese chuín pone de manifiesto la mala calidad del cantor. Y a l pardillo- -ei pájaro más barvío después del ruiseñor: -Cho, chb, cho; tolí, tolí, tplí; ibis, bis; m r e e h í o chio, chío, chío; biscún, biscún; rió, rió; Cada cántico- -transcrito con increíble fidelidad y acompañado de uria mímica expresiva que imita la caída de alas, el aleteo, el alzar la cabeza y el hinchar la garganta de los mágicos pobladores de los frondosos bosques vizcaínos- -es comentado acaloradamente por los otros contertulios. Al fin h a y que deshacer la reunión y volver a í hogar, pues es la hora de la cena y las mujeres de- los pajáristas son celosas. -Bon irreconciliables -sentencia u n o de ellos- No pueden ver a los pájaros, porque manchan el sutlo, cuestan dinero y hacen pasar muchas horas fuera de casa a los maridos... Por algo el mayor pajarista dej mundo, l dulce San Francisco de Asís- -a quien sus colegas bilbaínos van a tomar como Patrono por sugestión del qué s u s c r i b e era célibe. Felipe XIMENEZ DE SANDOVAL

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