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ABC MADRID 31-07-1955 página 53
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ABC MADRID 31-07-1955 página 53

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. D O M I N G O 31 DE J U L I O DE 1955. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 61 Crítica y glosa HISTORIA DEL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL por Luis Sánchez Agesta Instituto de Estudios Políticos, 478 páginas, 150 pesetas. SIN NOVEDAD EN GINEBRA Él número 348 de El Español abre sus páginas con el reportaje ele Ginebra, en el que, después de analizar todas las fases del mismo, llega a lá conclusión pesimista de que sólo los rusos han conseguido sus objetivos frente a la inconsciencia y la ceguera del mundo occidental. En el frente de la guerra fría no hay paz con Rusia, viene a decir en síntesis. El reportaje sobre el Congreso Eucarísiico de Río de Janeiro contiene una relación de los episodios de este acontecimiento de que ha sido testigo la capital del Brasil. Túnez, hoy es una arnena crónica en la. que. se ponen de relieve ¡los problemas que agudizan la situación j del Marruecos francés. En un artículo sobre Valí de. Uxó se exalta la importancia: de una gran industria artesano. la zapatería. ¡Más valiente no lo hay! es una entrevista con el torero de Albacete Chicuelo II En Novedades en el Museo del Prado se da amplia noticia de las obras de ampliación del Museo, donde se ha inaugurado una moderna. cafetería, un bufet y una espléndida terraza para descanso- de los visitantes al Museo. La esperanza recompensada es el título de la interesante entrevista con el Premio Lope tíe Vega 1955, D. Luis Delgado Benavente. Completan el número la novela Laura una crónica de Montilla, un reportaje del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y las secciones habituales de siempre. BÁRRAQUER, TOMAS: OBSERVACIONES Y, REFLEXIONES i I m p Maribel, Artes Gráficas Madrid, 1355. 92 págs. Precio 25 pts. El Dr. D. Tomás Barraquer, eminente oculista, nos brinda ahora este tomito titulado Observaciones y reflexiones en el que su ciencia y sus conocimientos filosóficos y psicológicos han puesto mucho. No es, sin embargo, porque no pretende serlo una obra científica, sino, simplemente, lo que su titulo reza. Cada consejo no tiene más de siete u ocho líneas impresas, pero todos ellos dicen algo importante, por conveniente de tenerse en cuenta, en un estilo escueto, lacónico, pero apretado de contenido. Divide en varios apartados el doctor Barraquer sus consejos, y. así reúne los que llama Las verdades los que agrupa bajo el rótulo Del amor y de las mujeres los consagrados a La inteligen- cia y las pasiones a los juicios a la amistad etc. Es deleitoso leer este pequeño volumen en el que se evidencian la agudeza de un observador. profundo, la sabiduría de un científico y la vasta y varia cultura de un hombre dedicado a leer constantemente los libros impresos y el gran libro de la vida. La obra lleva un interesante prólogo de D. Juan Aparicio. FARIÑAS TAMARDC 3, TOSE: SEÑOR SECRETARIO (NOVELA) Madrid. 1! 5. 23 P püginns. Esta es la novela del secretario de Ayuntamiento. La ha escrito un secretario de Administración Local. Es realista, documento vivo. Figura de la Administración española, calumniada, en vigilante acción frente- a todos los intereses, custodio heroico de los caudales públicos, mucho habría que escribir de la vida real de los secretarios de Municipios españoles, amenazados siempre por presiones poderosas. NTRE las varias claves históricas de nuestro siglo XIX, quizá ninguna sea tan H decisiva como la del régimen constitucional, por las luchas a que da ince- -é santemente lugar y por su constante reflejo en la agitada vida española. Con la pluma o con las armas polemizan áe continuo liberales y carlistas- -o tradicionalistas en- amplio sentido- y todas las revoluciones, revueltas, guerras civiles, pronunciamientos, golpes de Estado o conatos, crisis pilíticas de cualquier índole se deben al deseo- -un tanto obsesivo, bajo la presión del espíritu de los tiempos -o a la necesidad real de promulgar, revisar o derogar Constituciones; ninguna t a n aceptada como la de 1876, que cerró, sin duda, un amplio y azaroso ciclo. Para seguir esa línea, tantas veces violentamente quebrada, y fijaría, en su sentido histórico, como eje alrededor del cual giraba la vida nacional, no faltan ciertamente estudies monográficos, que, aun sumados, no bastan a cubrir la superficie: temática del complejo asunto. Lo que, desde luego, se echaba tíe menos era la visióp de conjunto que ahora nos ofrece el profesor Sánchez Agesta, ya que por su criterio, plan y desarrollo nada tiene que ver su Histeria, con otras anteriores, que incluso por la natural cronología dei tema son de mucho menor alcance: las de Bico y Amst, Fernández de los Ríos, Pi y Margall, Gmeling, Bécker... Y tanto- más cuanto que Sánchez Agesta, para redondear sus consideraciones, relaciona la crisis política fiel régimen eonstiíacional con el. advenimiento de la segunda República. Una de ías novedades que recalcan el interés en esta, Historia del constitucionalismo español estriba, en la in- corporación de un concepto, el sociológico, del que, inexplicablemente, venían prescindiendo los historiadores y comentaristas de la revolución liberal: movimiento que iba. dando contenido- -y no exclusivamente político, claro es- o modelando el ya existente, a la. realidad nacional: desde la economía a la cultura. Fenómeno de tal complejidad, en íhtima relación, además, con otros de valor universa? no; s explica sin tener en cuenta la estructura de la sociedad en que se produce y que tanto es inductora como inducida. Trátase, en efecto, del sustrato social- -palabras del autor- -sobre el que las Constituciones se definieron y al que es preciso referirse para comprender las tendencias que representaron y la práctica peculiar con que el constitucionalismo se desenvolvió Para que la documentada obra de Sánchez Agesta absorbiera eses elementos a que alude sería preciso que preexistieran a su estudio etros trabajos que, por lo menos, hiciesen practicables las adecuadas fuentes ó. e conocimiento. Pero faltan casi en absoluto ios resultados de tales investigaciones, si es que alguna vez se emprendieron. Y así; verbü gratia la influencia de la desamortización en los cambios experimentados por distintas clases sociales o estamentos- -clero y burguesía, en primer lugar- -no puede hoy definirse con precisión de datos, y este ejemplo no es único, ni mucho- menos, de los vacíos con que h a de contar, para salvarlos por su cuenta, todo el que pretenda hacer Historia contemporánea. Más fácil es la. exploración de los Diarios de sesiones del Congreso o del Senado, en que hasta los Ruegos y preguntas transparentan el modo de ser o de vivir de la sociedad contemporánea, y tampoco suelen ser aprovechados, eit tesis general. Bastaría con que Luis Sánchez Agesta señalase la orientación que comentamos y fijara, en función de ella, los puntos dé vista adecuados, para que ese mérito bastase a cualificar su Historia del constitucionalismo españo? Pero el autor va más allá, y mediante el concierto de ios hechos- -documentados gran parte de ellos por vez primera- -y la sistematización del juicio, obtiene cuadros muy vivos y armónicos, sin línea tajante de laces y de sombras. Xa razón histórica zigzaguea de un lado a otro y deja ver, hacia el centro, el grupo de lo ¡3 escritores y políticos que intentaron la conciliación de principios y de gentes: desde Balm. es a Cánovas, quizá a partir de Jovellanos, y con la inestimable aportación histórioo- literaria de Menéndez y Pelayo, que se movió- -no lo olvidemos- -en el área del régimen constitucional. En el proceso del constitucionalismo español se encartan ideas e instituciones varias, en los términos que Sánchez Agesta puntualiza con tanta penetración como objetividad, trayendo a cuento hechos diversos que reelabora en función del tema. Por ejemplo, la decadencia de España, el juego de las ideas en los textos y en la realidad, las prácticas viciosas del régimen, la peculiaridad del espíritu español, las dos Españas, determinadas fuentes literarias... Y, sobre todo, el papel representado por las clases, como antes apuntamos; por la mesoeraeia, singularmente: esa clase media educada y responsable, que no supo convivir con la aristocracia secular, poseedora de un tesoro de experiencias y virtudes peculiares, n i comprendió ni organizó el encaje en el nuevo orden social y político, de las clases ¡obreras Como esta Historia no obstante su inclinación al Tratado, se- sirve (Jé la ex- presión literaria a que el ensayismo jios tiene acostumbrados, hemos de recónocer, en abono de la obra, la tersura, agilidad y propiedad del lenguaje. M. FERNANDEZ ALMAGRO- de la Real Academia Española Acwls esta novela, qm tiene tanto de ter- nura como de recia realidad, a situar al Señor secretario victorioso al fin, en un plano de simpatía. Un día, para éi feliz, le rindieron homenaje al Señor secretario de Montemar. pueblo imaginario donde el drama y triunfo se desarrolla, las autoridades superiores y el propio pueblo. Pero el más satisfactorio de todos fue el. íntimo, familiar, de la esposa, ternura permanente en el centro de su vida, sostén y aliento en los días de lucha. Saludemos, con todo cariño Ip, aparición de esta no-

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